La Junta de Gobierno Local ha aprobado en su sesión de hoy, de forma inicial, el plan de urbanización de un enorme terreno ubicado cerca del Tarajal, la conocida como zona del amoniaco (por la fábrica que allí existía). La urbanización de esa zona tiene un coste de 24,17 millones de euros y será acometida por las empresas que se encarguen de promover y edificar, una o varias, lo que está por ver una vez se produzca la venta de las diferentes pastillas. En esta parte de la ciudad se construirá una extensa barriada de 1.250 viviendas, 562 de ellas de protección pública y 688 de régimen libre.

El plan de urbanización ha recibido el sí inicial, pero para el definitivo deberá ir al Consejo Rector de la Gerencia Municipal de Urbanismo, ha explicado Raúl López, edil de Ordenación del Territorio. Asimismo, y de forma paralela, también se dio el sí inicial hace un tiempo al plan parcial, que habrá de recibir el sí definitivo también en un Consejo Rector.

La parcela, como se ha señalado, posee 28,5 hectáreas, es decir, 285.000 metros cuadrados. La urbanización supondrá la ejecución de todas las calles. En concreto, conlleva la definición de espacios públicos, la red de abastecimiento de agua, la red de saneamiento de pluviales y aguas negras y su conexión con la red general, la red de distribución de energía eléctrica, el alumbrado, las telecomunicaciones, la jardinería, el mobiliario urbano, el trazado viario, el pavimento, la red de riego y otras actuaciones de esta naturaleza, dejando así sólo libres las parcelas que acogerán las viviendas. Las obras de urbanización tienen un periodo de ejecución de dos años.

Las 1.250 casas tendrán una altura de baja más cuatro más ático, es decir, serán edificios de una altura parecida. Habrá 29.300 metros cuadrados de zona verde y zona forestal, 15.000 metros cuadrados de zona docente (colegios e institutos), 10.000 metros cuadrados de zona deportiva y 7.500 metros cuadrados dedicados a usos sociales.

Los dueños de los terrenos (una familia) podrían ahora promover el suelo y luego venderlo o, por otro lado, venderlo a un promotor y que este se encargue de la construcción y posterior comercialización. Esas empresas, como suele ser normal, acompasarán el plan de urbanización con la edificación de estas casas y su comercialización. Antes, claro, habrán de pedir las correspondientes licencias. De momento, lo que se ha hecho es desarrollar el suelo y definir sus usos finales. Ya se podrían pedir, de hecho, los correspondientes permisos de edificación.

Este enorme barrio supondrá la regeneración de una gran zona de Málaga comprendida o cercana a varios polígonos industriales y a los terrenos que ocupará, o podría ocupar, mejor dicho, la exposición internacional sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible que la ciudad quiere organizar en 2027, aunque aún no hay decisión sobre ella.