El Laboratorio de Fotobiología Dermatológica de la Universidad de Málaga, dirigido por el catedrático Enrique Herrera y situado en el Centro de Investigaciones Médico Sanitarias (Cimes), alerta del doble riesgo a la exposición solar que supone el periodo de desconfinamiento, en el que los niveles de melanina en la piel son muy bajos por el aislamiento pero, sin embargo, la intensidad de radiación ultravioleta solar en la calle corresponde a índices muy altos, por lo que ha elaborado una guía.

"En esta época del año es cuando la gente más se quema, ya que la piel no está acostumbrada al sol y nos exponemos a intensidades de radiación ultravioleta de nueve o diez al día, las más altas", explican los profesores del Departamento de Dermatología la UMA José Aguilera y María Victoria de Gálvez.

A esto añaden que este invierno puede considerarse más largo de lo normal debido al confinamiento, que nos ha tenido encerrados en casa, en muchos casos sin terraza, sin prácticamente exposición solar, más allá de la que emite la luz azul, la que producen las pantallas y ordenadores.

Según los expertos de la UMA, el sistema pigmentario está aún en periodo invernal, ya que nuestra respuesta biológica cutánea se ha visto alterada como consecuencia del aislamiento y la imposibilidad de tomar el sol.

Además, tal y como señalan, cuando la exposición al sol es progresiva, la piel paralelamente va aumentando el grosor en su capa más externa, hecho que no ha ocurrido en estos meses por el repentino impedimento a la radiación solar debido al confinamiento.

El actual desconfinamiento gradual exige, por tanto, nuevas rutinas para una exposición solar responsable, que no ponga en peligro la piel y que, a su vez, garantice los efectos positivos del sol como el mantenimiento de valores de vitamina D adecuados. Así, el Laboratorio de Fotobiología Dermatológica de la UMA ha elaborado una guía con estrategias de fotoprotección saludables, adaptadas al COVID-19.

En esta guía recomiendan exposición solar gradual: para facilitar la adaptación de la piel a nivel pigmentario, grosor y respuesta inmunológica a las altas incidencias de radiación solar.

Evitar tomar el sol las horas centrales del día: se recomienda paseos con luz solar indirecta a primera hora de la mañana o al atardecer y evitar la exposición solar directa entre las 12-16 horas.

Sombra: utilizar estos espacios para minimizar la exposición al sol directa. Además, se puede usar la sombra individual como indicador de incidencia de radiación solar, señalando alerta cuando la sombra es corta. Cuando la distancia de la sombra es el 70 por ciento de la altura, el índice UV es 7, por lo que el riesgo de quemadura muy alto.

También recomiendan usar sombreros con suficiente ala para proteger cara y cuello y mantener las gorras con las viseras bien colocadas para proteger la cara; así como recuerdan que las gafas de sol deben ser homologadas y con certificación CE.

Los tejidos de punto estrecho y colores oscuros bloquean mejor la radiación solar. Por ejemplo, una camiseta de algodón negro tiene un valor FPS de 50+, al igual que la ropa técnica deportiva, muy utilizada en estas fechas.

Fotoprotección tópica: es aconsejable el uso de cremas solares con factores de protección solar altos (FPS > 30), aplicarlo diez minutos antes de la exposición solar y reaplicarlo cada dos horas en condiciones de exposición continuada.

También es fundamental una buena hidratación en estas fechas de alta incidencia de radiación solar y temperaturas elevadas, puesto que la pérdida de líquidos es muy alta.

Igualmente, el Laboratorio advierte de la importancia de no descuidar la fotoprotección en los días nublados, así como extremar precauciones en los niños, las personas que practiquen deportes o tengan profesiones al aire libre, inmunodeprimidos, personas con enfermedades fotosensibles y aquellos que tomen medicamentos.

Una app para saber cuánto tarda en quemarse la piel

La aplicación móvil de fotoprotección UV-Derma, que calcula cuánto tarda la piel en quemarse al tomar el sol, también se ha adaptado al COVID-19.

Diseñada hace dos veranos por investigadores del Laboratorio de la UMA, en colaboración con la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología, ha sido actualizada en estos nuevos tiempos de desescalada y exposiciones solares de riesgo.

Además de indicar los minutos de exposición solar recomendables, también muestra los niveles fisiológicos normales de vitamina D adecuados para cada piel, en función de la localización.