El sanitario es uno de los sectores que más de cerca está siguiendo las fases de la desescalada. Con la entrada de la provincia de Málaga en la fase 2, el próximo 1 de junio, son muchos los profesionales de la salud que aseguran sentirse alarmados por la respuesta que este aumento de movilidad pueda tener por parte de la sociedad.

Esta preocupación estaría originada, no por los protocolos de actuación que ofrece la desescalada, sino por cuáles están siendo las reacciones y el comportamiento de la ciudadanía. «Parece que el cumplimiento por algunas partes de la ciudadanía no se está respetando y ese es el problema», denuncia Enriqueta, enfermera en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria y miembro de Marea Blanca. Para esta sanitaria, la masificación de personas que no cumplen con las medidas de seguridad impuestas produce una preocupación generalizada. María Enriqueta defiende que la situación por la que han pasado los profesionales sanitarios durante los últimos meses ha sido «muy difícil, con sobrecarga en los hospitales, falta de materiales para atender a los pacientes y poder protegernos. Nos hemos contagiado mucho, no se debe volver a repetir».

El presidente del Sindicato Médico de Málaga, Antonio Noblejas, asegura que la desescalada se está produciendo de forma heterogénea, lo que contribuye a la propagación del virus. «Parece que la gente que no respeta es una minoría pero el riesgo está en la rapidez con la que se propaga el virus», explica. Por su parte, Rafael González, secretario de Sanidad de CCOO, expone que la provincia «está cumpliendo, por lo general, con los horarios y las medidas. No es de las peores provincias en las que se están produciendo la desescalada». Pese a ello, las actuaciones irresponsables por parte de algunos sectores de la sociedad propician que estos profesionales no descarten un futuro rebrote.

En este sentido, Juan Antonio Martos, delegado sindical del Sindicato de Enfermería de Málaga (Satse), explica que el personal sanitario del país ha sido el que mayor índice de contagio ha registrado, a nivel mundial. Por ello, confía en que, en el caso de un nuevo repunte de contagios, «las autoridades sanitarias hayan aprendido que tienen que proteger al personal sanitario, porque ellos sí han estado a la altura».

Por su parte, aquellos centros hospitalarios de la provincia que tuvieron que adaptar sus infraestructuras para atender los casos de Covid-19 mantienen esos módulos habilitados para estos pacientes, «por la posibilidad de un rebrote», atestigua Enriqueta. No obstante, Rafael González denuncia que «si no se corrigen estructuralmente las deficiencias que tiene Málaga, en cuanto profesionales y camas, si vuelve a haber otra pandemia puede provocar el colapso que ha provocado esta».

Reponsabilidad social

«Apelamos a la responsabilidad, las consecuencias de un caso aislado pueden ser impredecibles», expone Martos. Para reducir al máximo el riesgo de nuevo brotes de Covid-19, los profesionales sanitarios llaman a la calma de la ciudadanía. «La sociedad tiene mucha prisa y debemos esperar los 14 días, porque si son 14 y no siete es porque ese es el tiempo de incubación del virus. Tenemos que andar con pies de plomo», explica Pedro, profesional sanitario en el Hospital de la Axarquía. Por su parte, Enriqueta asegura que una de las soluciones principales pasaría por el desarrollo de un proyecto de intervención social: «Una campaña intensiva que nos informe constantemente sobre cómo ponerse una mascarilla, la importancia del distanciamiento social... La sociedad necesita conocimiento y formación», sentencia.

De cara a la detección de futuros casos de Covid-19, los profesionales sanitarios apuntan a la Atención Primaria como la piedra angular de la prevención de contagios. «El control va a depender de la Primaria, que es donde ya se están haciendo estudios de redes, rastreando los contactos de una persona que ha dado positivo, así sí se podrían controlar los rebrotes», expone Enriqueta.