En los albores de una estación estival que se inicia tras más de dos meses de riguroso confinamiento, la piel, nuestro principal escudo contra la luz ultravioleta, se enfrenta a la temporada de playa con niveles bajos de melanina y vitamina D, y más vulnerable a las quemaduras. Protegerla es más importante que nunca.

"Excepto la gente que ha tenido la suerte de estar al aire libre porque tenga jardín o terraza, cuando las personas han empezado a salir, la piel estaban con niveles de melanina bajos porque, como es lógico, no nos habíamos casi expuesto a rayos ultravioleta", explica el jefe de Dermatología del Hospital Regional de Málaga. "Eso implica que la piel no esté adaptada a la realidad con la que se encuentra porque se confinó a finales del invierno e inicios de primavera y sale casi en verano. Es una piel que tendremos que cuidar ahora más".

La privación de cierta exposición solar durante el invierno y la primavera durante la propia rutina diaria ha supuesto que la piel deba enfrentarse al inicio de la temporada de playas -en Málaga adelantada este año 15 días debido a la crisis de la Covid-19-, totalmente "desentrenada" y con mayor riesgo de sufrir las agresiones producidas por el sol si no se extreman las precauciones, alerta el doctor Martínez: "La piel no puede darse ahora un atracón de sol".

Esas agresiones agudas suponen, a la larga, la aparición de manchas en la piel y aceleran su envejecimiento. Además, abren la puerta al cáncer de piel. "Sobre todo es lo que queremos evitar".

Por todo ello, las recomendaciones anuales de los dermatólogos con la llegada del verano se hacen más necesarias que nunca: "Hay que protegerse con cremas protectoras, con ropa adecuada, la exposición tiene que ser muy progresiva y poco a poco, y las primeras no deberían superar los 15-20 minutos aproximadamente", enumera el doctor Leandro Martínez, que además define como "gran aliado de la piel", las zonas de sombra en días especialmente soleados y con una intensa luz ultravioleta.

Exposición progresiva

En concreto, la exposición progresiva de la piel a la luz solar será clave para fortalecer de forma lógica y sana su resistencia a la luz solar aunque, eso sí, teniendo en cuenta que "no existe un bronceado saludable", incide el jefe de Dermatología.

"Si no somos cautelosos, si no vamos progresivamente al sol, la piel va a tener que afrontar una situación que normalmente, por los cambios estacionales, es fisiológica, pero si lo hacemos progresivo, la piel rápidamente se adapta, si vamos poco a poco... si la duración de la exposición la vamos alargando progresivamente, como es lógico, la piel se adapta", recuerda Leandro Martínez.

Esta exposición moderada, de entre 15 y 20 minutos, favorecerá la síntesis de melanina en la piel y ayudará a mejorar los niveles de vitamina D en el organismo, una "supervitamina" que también se ha visto menguada debido a la clausura. "Es importante para el organismo, para el metabolismo e incluso hay estudios que abogan que puede evitar el desarrollo neoplásico de algunos tumores y tiene una relación directa con el calcio y con el metabolismo óseo". La dieta juega un papel importante en la recuperación de la vitamina D, para lo que se recomienda el consumo de alimentos tales como como las sardinas, los boquerones, el salmón, la caballa...

Acudir al médico

"Queremos que la gente no se queme para que no llegue el temido cáncer de piel pero si, por desgracia, no lo hemos podido evitar tenemos que saber identificarlo lo antes posible", así ataja el doctor Martínez la importancia de consultar al dermatólogo con celeridad cualquier cambio observado en la piel, de forma que favorezca la detección precoz de dos tipos de cáncer de piel: el melanoma y el carcinoma basocelular.

"El melanoma, que por suerte no es el más frecuente pero sí es el más agresivo, son aquellos lunares que se malignizan", determina el dermatólogo. "Cuando alguien vea que un lunar cambia de forma, tamaño o color o crece debe venir al dermatólogo. La mayoría de las veces cuando lo valoramos en consulta, casi seguro confirmaremos que por suerte no es un lunar problemático, pero aquellas veces que sí sea un melanoma, es fundamental diagnosticarlo precozmente".

En el caso del carcinoma basocelular, el más frecuente, se manifiesta con pequeñas heridas en la piel, normalmente en zonas más expuestas al sol, como por ejemplo, el rostro, en definitiva, pequeñas lesiones que no acaban de cerrar, crecen y van cambiando, y que requerirán un diagnóstico médico temprano. "Si realmente queremos cuidar nuestra piel, ahora tenemos que ser muy cautos", alerta el doctor Leandro Martínez.