Si una cosa han sacado clara los profesionales sanitarios durante toda la pandemia es que el propio coronavirus ha sido un libro abierto del que todos ellos han ido aprendiendo aspectos nuevos que han servido para mejorar la eficiencia y la eficacia en la lucha contra el mal.

Así lo han entendido y lo han aplicado en el servicio de Urgencias del Hospital Regional Universitario de Málaga (HRU), que ha diseñado un cuestionario, una escala llamada REMA-Covid (del acrónimo: Regional de Málaga-Covid), una herramienta que perfecciona el cribado inicial de pacientes y que está compuesta por siete preguntas que se hacen desde el pasado día 1 de mayo en el triaje avanzado, a todos los pacientes que acuden a urgencias con posibles síntomas de tener la infección.

«Cuando empezó la pandemia preguntábamos al paciente por los síntomas más comunes que conocíamos del Covid-19: la fiebre, la tos y la falta de aire, además de tomarle la temperatura», comenta Manuel Salido, médico de Urgencias del HRU, y uno de los miembros del equipo de este servicio que ha diseñado este nuevo procedimiento. Con el avance de la epidemia se iban descubriendo otros síntomas de la enfermedad (cefalea, diarrea, pérdida del gusto y olfato, etc.) y de ahí, «de esa necesidad de ir afinando ese primer cribado en el diagnóstico, nace la idea de incluir más items en esa lista, naciendo a primeros de mayo la escala REMA Covid», afirma Salido. Siete preguntas basadas en los síntomas y en el criterio epidemiológico fácilmente evaluables por la enfermera/o sin necesidad de prueba alguna para derivar al enfermo al CRB (Circuito de Riesgo Biológico, el destinado a pacientes con coronavirus) o al circuito ordinario de pacientes con otras patologías.

El procedimiento es sencillo: cualquier paciente con síntomas del virus es atendido en el triaje avanzado (primer mostrador que atiende a los pacientes que van a urgencias) donde un administrativo le toma los datos y un enfermero/a le hace las preguntas para conocer si sus síntomas son indicativos de la enfermedad.

«El cuestionario está basado en el estudio de las publicaciones científicas hechas hasta ahora, sobre todo en China e Italia, -indica Salido-y según la prevalencia de los síntomas se les ha otorgado una puntuación distinta que va desde 1 a 7 puntos».

Por ejemplo, a la pregunta sobre si un paciente tiene tos, la Escala REMA otorga 3 puntos al paciente con tos y antecedentes de problemas respiratorios, y 6 puntos al paciente con tos sin antecedentes previos de este tipo.

Una vez completadas las siete preguntas el paciente será derivado al CRB si obtiene más de 6 puntos en la totalidad de las siete preguntas y si tiene al menos dos síntomas, aunque también ingresará si ha sido derivado por su médico de Atención Primaria, hospitalaria o si viene ya con un diagnóstico de Covid-19.

«El punto de corte es muy sensible porque hemos puesto 7 de un total de 43 puntos que se pueden alcanzar, que es una escala muy sensible a la infección, -indica Manuel Salido- así dificultamos mucho que un paciente Covid entre en el circuito de urgencias ordinario».

El triaje, clave

El triaje avanzado antes de llegar a la sala de recepción de pacientes está siendo clave y estratégico porque así se evita el contacto del paciente Covid con los No Covid. El primero va a una consulta aislada donde es atendido por un médico, ya perfectamente protegido, para hacer el diagnóstico. «Al principioteníamos solo una consulta, luego con el aumento de los casos hubo que crear un circuito con varias donde se atendían todos los presuntos positivos», añade Salido.

Este protocolo seguirá vigente durante los próximos meses, con la vista puesta sobre todo en otoño, donde puede haber un rebrote del coronavirus e incluso para picos muy altos de enfermedades estacionales como la gripe común.