The Railway Innovation Hub, el clúster de empresas del sector ferroviario constituido a finales de 2017 en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) y que agrupa ya a casi 90 firmas, desde grandes compañías con proyección internacional a pymes de carácter más local, ha reorientado sus estrategias de investigación con motivo de la pandemia de coronavirus, dando prioridad a proyectos que afiancen a futuro la seguridad de los usuarios que utilicen estos transportes.

El hub, que tiene como ambicioso objetivo convertir a Málaga en el referente internacional de la innovación ferroviaria mundial, está impulsando desde su creación la tecnología y conocimiento del segmento ferroviario mediante la generación de proyectos colaborativos de I+D, la comercialización del know-how, la promoción del emprendimiento y la prestación de servicios especializados.

«El coronavirus nos está cambiando la vida a todos. El transporte ferroviario es fundamental para vertebrar los flujos urbanos e interurbanos de pasajeros o mercancías y queremos desde nuestra asociación garantizar una continuidad en el mismo, con respuestas de futuro que garanticen la seguridad», explica Iván Rivera, director de innovación en la empresa Telice y miembro del comité ejecutivo del hub. El segmento ferroviario abarca diversas modalidades de transporte (tren de larga distancia, cercanías, metro, metro ligero, tranvía, etc).

De momento, RIH acaba de lanzar a todas las empresas interesadas la propuesta de desarrollar, por un lado, un reto tecnológico a corto plazo y, por otro, dos proyectos colaborativos de futuro (cuyo desarrollo podría llevar entre uno y tres años). Las tres iniciativas ya cuentan con firmas que se han inscrito e iniciado los estudios al respecto.

Toma de temperaturas

El reto lanzado a las empresas del sector consiste en el diseño de un sistema automatizado de detección de personas con temperatura corporal inusualmente alta, mediante cámara termográfica, en un flujo de pasajeros. Existen ya en el mercado soluciones muy cercanas a lo descrito, pero el hub precisa su adaptación al ámbito ferroviario.

«Estimamos altamente probable que los operadores sean requeridos a implementar este tipo de sistemas a muy corto plazo, por lo que se busca un producto mínimo viable que ofrezca la funcionalidad principal lo antes posible, y sobre el que se puedan incorporar funcionalidades más avanzadas con posterioridad», detalla. La solución requerirá un mínimo impacto en el nivel de servicio, y el mayor grado de automatización posible, para detectar posibles positivos con la mínima intervención del personal de control de accesos.

«Se podría proponer un piloto para el sistema en un punto de aislamiento del pasajero, como los mostradores de check-in de una estación de Alta Velocidad o los puntos de control de equipajes. El motivo de proponer un piloto así es reducir las necesidades del sistema de cara a la identificación de rasgos concretos de personas en lugares donde el flujo de individuos presentados simultáneamente ante la cámara termográfica pueda ser muy alto», apuntan.

En función del grado de madurez de las propuestas que reciban, el hub se plantea incluso unir ese diseño a otro tipo de soluciones, que podrían incluir la identificación de los pasajeros con técnicas de inteligencia y visión artificial, la notificación a las autoridades y la integración con sistemas que incluyan otros medios de transporte o sanitarios.

En RIH creen que, ante la crisis del Covid-19, el segmento ferroviario debe «sentar las bases de los futuros sistemas que permitan una mejor respuesta ante este tipo de amenazas». Y recuerda que, si bien España se encuentra aún afrontando esta grave situación sanitaria, económica y social, «es imperativo iniciar ya el análisis de diversos aspectos en los que nuestro sector puede y debe actuar lo antes posible». Entre otras razones, desde el hub se afirma que hay «un riesgo elevado de aparición de sucesivas oleadas de la presente pandemia» que podrían ser tan letales como la actual.

Ante esa posibilidad, se apunta que uno de los aspectos diferenciadores de los países que mejor han respondido ante esta emergencia sanitaria es la utilización de tecnología en la detección muy temprana de posibles casos positivos procedentes de las denominadas «zonas calientes» de propagación del virus, lo que les permitió establecer cuarentenas que frenaron de manera crucial la expansión por su territorio.

El clúster ferroviario de Málaga ya desarrolla una I+D de seguridad frente al Covid-19

Con motivo de la pandemia también se quieren estudiar superficies con propiedades bactericidas y viricidas para su utilización en todos los objetos y superficies en contacto con las personas en los ámbitos de movilidad ferroviaria.

«Queremos conseguir que cualquier patógeno, no sólo el coronavirus, sea rechazado más fácilmente por las superficies que la gente toca en un vagón o en zonas comunes. La pervivencia de los virus en determinadas superficies metálicas parece ser inferior, por eso hay que favorecerlas», explica Rivera.

La implantación y generalización de este tipo de materiales en el medio ferroviario podría suponer así una actuación muy significativa y mejorar la recuperación de la confianza de la ciudadanía en el uso de transportes públicos, argumentan en el hub. Existen tres mecanismos básicos de acción de las superficies antibacterianas y antivíricas: las que previenen el depósito de bacterias y la formación de biofilm (por lo general superficies hidrofóbicas); las que destruyen los patógenos mediante la emisión de agentes antibacterianos/antivíricos (normalmente nanopartículas metálicas); y las superficies cuya naturaleza destruye el patógeno, ya sea por interacción química o física. Un ejemplo son las superficies tratadas con nanopartículas de dióxido de titanio. Podría considerarse también la adaptación de pigmentos con propiedades fotocatalíticas, unidas a emisores de luz ultravioleta integrados en vehículos o estructuras.

El otro proyecto de investigación lanzado por RIH es el desarrollo de sistemas de desinfección automáticos por pulverización de solución desinfectante, adaptados tanto a coches de pasajeros como a salas de espera. La iniciativa puede basarse en los usados en el ámbito sanitario y hospitalario, con equipos móviles de pulverización seca y nebulización de solución desinfectante con peróxido de hidrógeno.

«Estos sistemas utilizan aspersores y boquillas capaces de generar una dry mist o atmósfera de neblina capaz alcanzar la totalidad de las superficies expuestas. Por ello, este proceso solo podría realizarse con el coche o sala vacíos, si bien solo es necesario un corto espacio de tiempo (15 minutos) hasta que puede reocuparse», recoge la ficha del proyecto.

Así, la intención es crear un sistema gestionado de manera automática e inteligente, apoyado por sistemas de visión artificial y de telecomunicaciones. Incluiría una modelización 3D de la zona a tratar, con una simulación en detalle de la difusión de la atmósfera de neblina para garantizar la inexistencia de zonas no tratadas que puedan constituirse en focos de infección. Se propone igualmente explorar el posible aprovechamiento de sistemas antiincendios ya instalados, o cualquier otra estrategia que permita reducir costes de implantación y operación.

«Con la crisis del coronavirus se ha reforzado la limpieza en el transporte. Y pensamos que utilizar los sistemas antiincendios para proyectar también estos líquidos desinfectantes es una posibilidad interesante, que mejoraría el resultado de la limpieza y controlaría los costes», apunta Rivera.