Esta semana vamos a analizar en esta crónica la movilidad en las sociedades urbanas tras el coronavirus, un cambio ideológico y político del que se viene hablando, al menos en Málaga, desde que las tuneladoras del metro comenzaron a engullir tierra allá por 2006: ya saben, se trata de potenciar el transporte público reduciendo el vehículo privado, fomentar el uso de la bicicleta, generar grandes espacios peatonales (ahí tienen el ejemplo del Centro) para comodidad del viandante y, al mismo tiempo, generar sinergias circulatorias que permitan reducir o eliminar la emisión de gases contaminantes a la atmósfera. ¿Qué tienen que decir a este reto el PP, actualmente en el equipo de gobierno, el PSOE y Adelante Málaga?

En estos días, de hecho, hemos conocido que Ordenación del Territorio e Innovación y Digitalización Urbana -las áreas municipales- van a sacar a contratación pública una enorme red de abastecimiento para vehículos eléctricos, que contempla, en principio, de cuarenta a sesenta puntos de recarga en los 11 distritos de la ciudad, con el fin de potenciar el coche eléctrico, lo que se suma a los intentos anteriores de insuflar a los consumidores (a veces asustados por los precios de estos vehículos) las ganas de hacerse con automóviles híbridos o con consumos limpios (la instalación de puntos de recarga en los edificios municipales o los aparcamientos de Smassa). Es, sin duda, una buena iniciativa de los ediles de ambos ramos, Raúl López y Susana Carillo, respectivamente. Ambos conocen bien el paño.

Por otro lado, el equipo de gobierno y el edil de Movilidad, José del Río, informaron a principios de mayo de la necesidad de realizar una serie de pruebas de hondo calado, aprovechando que la circulación se redujo un 79% durante los días que estábamos encerrados en casa, para ver cómo mejorar la movilidad en la capital de la Costa del Sol. Así, recuerden, los paseos marítimos Pablo Ruiz Picasso y Antonio Machado han estado cerrados varios fines de semana para permitir que deportistas y viandantes disfrutaran de sus paseos y actividades. Incluso, se habló, al menos en cuanto al paseo marítimo de la zona Este, de cerrarlo todos los días al tráfico teniendo en cuenta que allí llegan los autobuses públicos, pero se desistió de esa idea.

Del Río anunció asimismo el 8 de mayo una serie de medidas para potenciar el autobús, el taxi, los desplazamientos peatonales, el uso del patinete y de la bicicleta, ideas que iban a ser temporales pero con vocación de permanecer. Entre ellas, se trabaja en un corredor bus/taxi con el fin de potenciar, claro, los desplazamientos en patinete, a pie o en bicicleta, que discurriría del Centro Histórico a la Universidad, de forma que en el tramo que va entre General Torrijos y la plaza de la Marina un carril por sentido estaría limitado a 25 km/h para turismos, bicis y patinetes, y se destinaría, asimismo, otro carril (uno por sentido) para autobuses y taxis.

También se anunció la limitación en el carril derecho de la velocidad a 30 km/h en numerosas calles con dos o más carriles por sentido de circulación, siempre que no dispongan de infraestructura ciclista reservada. La red llegaría hasta casi 70 kilómetros de vías en la capital, además de aumentar las zonas de aparcamiento para vehículos de movilidad personal. Y ya saben que hay una red de bicicletas municipales y que ahora, tras un cambio de concepción, se está estudiando la ejecución de carriles bici desde los barrios periféricos a nudos de transporte (María Zambrano, por ejemplo). Ya veremos cuáles de estas medidas se acaban aplicando y el grado de éxito de las mismas.

Daniel Pérez, portavoz del PSOE, por su parte, señala que es el momento idóneo para cambiar «el actual modelo, caduco y desfasado, de movilidad de la ciudad». «Después de décadas de dejación en materia de movilidad, sin adoptar decisiones más allá de las llamadas microactuaciones en algunas calles, es momento de tomar partido para llevar a cabo una modernización y dinamización de la movilidad en la ciudad. Un elemento que debe comenzar con una apuesta real y resuelta por la movilidad de masas, es decir, del transporte público. Prueba de esa falta de ideas no es otra cosa que la subida en un 10% del uso del coche privado en la ciudad poco antes de esta crisis. Esto además es una pésima noticia también para el medio ambiente. En el caso de Málaga, estudios recientes de GreenPeace y CSIC avisan de cómo en los últimos 30 años, la media de la capital se ha elevado en 1,3 grados».

Los modelos nórdicos, para Pérez, son «espejos donde mirarse, con uso del transporte colectivo entremezclado con el uso de aparcamientos disuasorios, una red planteada por este grupo municipal en elecciones». Así, pide más medios para el transporte colectivo, enfatizando en la necesidad de poner en marcha el famoso ‘Bus Rapid Transit’, más conocido por sus siglas BRT, en los ejes de tráfico más importantes, como el Este-Oeste, que «asegure la prelación del autobús en el entramado municipal, garantizando una movilidad pública de calidad como opción prioritaria para el residente y el propio visitante o trabajador diario residente en otro municipio». También propone la creación de un ‘Málaga Central’, que lleve anejo un concurso público de ideas para la búsqueda de soluciones que tengan como objeto la dinamización del «tráfico rodado a su paso por el centro de la ciudad, así como recuperar espacio para el peatón», una red de aparcamientos públicos disuasorios en la entrada de la ciudad (la zona de la Comisaría Provincial y el Martín Carpena), lo que requerirá de inversiones importantes en Smassa y la EMT, reflexiona.

Eduardo Zorrilla, portavoz de Adelante Málaga, por su parte, hace las siguientes propuestas: iniciar un plan de inversiones relativas al impulso de la movilidad sostenible para que sean incluidas en la reprogramación del presupuesto de 2020 y de los ejercicios venideros, «orientadas a la construcción de carriles bici, el aumento de las peatonalizaciones, la ampliación de los acerados, el refuerzo y readecuación del servicio público de la EMT, la consolidación de nuevos carriles reservados bus-taxi, la creación de una red de aparcamientos disuasorios en el eje Este-Oeste-Norte, conectadas de forma eficiente con la red ciclista y el sistema de transporte público, etcétera...».

Reclama la confluencia de IU y Podemos la creación de un espacio de trabajo participativo con presencia de vecinos, asociaciones de movilidad, colectivos comerciales, sindicales, taxistas, transportistas, etcétera, para debatir acciones sobre movilidad sostenible en la capital; solicitan la ejecución de todo los carriles bici comprometidos en el Plan Andaluz de la Bicicleta y que se exija a la Junta de Andalucía que se consoliden los 50 kilómetros comprometidos en el convenio firmado entre ambas instituciones, inciden en la necesidad de ampliar el número de estaciones de préstamo de bicicletas para expandirlas a todos los barrios y enclaves estratégicos para la movilidad ciclista del municipio, comenzando por Campanillas, el PTA, Churriana, el centro comercial Plaza Mayor y los polígonos El Viso, La Estrella y San Luis y, finalmente, piden en su moción, que por cierto, va a ser debatida en la próxima comisión de pleno de Ordenación del Territorio y Movilidad (que será este lunes, casi seguro a través de medios telemáticos) y la implantación gradual de bicicletas de pedalada asistida en el servicio público de alquiler de estos vehículos, de forma que, al menos, el 20% de estos cuenten con impulso eléctrico. Estas son las propuestas y las intenciones de un debate que merece ser abierto en una ciudad que quiere aspirar a todo y, para ello, ha de pensar primero en sus vecinos.