Un estudio que Emasa ha encargado al Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA), dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), confirma que no hay restos de SARS-CoV-2, que causa el coronavirus, en las aguas fecales de Málaga, según los análisis practicados. Ello a su vez confirma, sin duda, que hay un descenso «en la circulación del virus entre la población» y de la presencia del propio mal en la ciudad, aunque según pudo saber este periódico es aún pronto para concluir ello con toda rotundidad.

Cabe hacer varias precisiones: no se ha documentado científicamente que el virus esté presente en el agua residual de forma activa y nadie, que se sepa, se ha infectado por contacto con aguas fecales. Además, cuando se realizan los test en las mismas lo que se busca son restos del ADN del virus desactivado, indicaron fuentes consultadas por este periódico. Es decir, que nunca nadie ha cogido un virus por trabajar con aguas residuales.

En estas puede haber rastros del coronavirus debido a que el virus se expulsa a través de las heces y otras secreciones corporales, incluso dos semanas antes de que se manifieste el contagio. Por ello, Emasa se acogió a este estudio del CSIC que busca establecer la cantidad de virus que hay en una ciudad analizando sus aguas residuales y contestar una pregunta: ¿pueden las aguas residuales predecir el contagio con dos semanas de antelación?

El estudio se realizaba en Valencia y Barcelona y ahora en Málaga, desde abril. Luego, con los resultados finales, se escribirá una comunicación científica. Al comienzo del proceso de toma de muestras se detectaron restos genéticos del virus y en las últimas, no. La investigación es aún compleja, porque luego habrá que casar los datos sanitarios con los obtenidos del análisis de las aguas.

El ensayo se inició a mediados del pasado mes de abril y consiste en el análisis de muestras de agua bruta obtenidas una vez a la semana en la entrada de las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) Guadalhorce y Peñón del Cuervo.

Según los últimos informes que ha recibido la empresa municipal correspondientes a las muestras tomadas la semana pasada, las pruebas PCR practicadas al agua residual en ambas depuradoras han dado resultado negativo. Esta ausencia de trazas detectables de material genético de coronavirus se ha repetido en los análisis realizados durante la segunda y cuarta semana del mes mayo.

Asimismo, los resultados de este estudio arrojan hasta la fecha una evolución dispar de la prevalencia del coronavirus en el agua residual en función de la zona de procedencia. Así, en la EDAR Guadalhorce, que recoge las aguas residuales de las zonas oeste, norte y centro de la ciudad, así como de los municipios de Torremolinos y Alhaurín de la Torre, se registró un descenso del 48% de material genético del SARS-CoV-2 respecto a la semana anterior. A su vez, los datos que se han obtenido en esta depuradora desde la primera semana de mayo hasta hace siete días se han mantenido por debajo del umbral de detección de las pruebas.

Por su parte, los análisis de las muestras extraídas en la EDAR Peñón del Cuervo indican que se han producido diversas fluctuaciones en la concentración del virus. En esta depuradora de la zona este de la capital se observó en la última semana de abril un incremento del 66% en la carga viral respecto a la semana anterior. También durante la primera semana de mayo se detectó un nuevo aumento de la presencia de coronavirus, que supuso el valor máximo registrado, y que marcó la tendencia a la baja que reflejan los análisis posteriores.