Juan Cassá ha movido ficha y se ha decantado por los cantos de sirena que le llegaban de la órbita del Partido Popular, que quería frenar a toda costa una moción de censura que pusiera fin a su cuarto de siglo de Gobierno municipal en la capital malagueña. Ahora bien, el primer movimiento del asturiano -tras pedir la baja a primeros de mayo en Ciudadanos- no se ha producido en el tablero de la Casona del Parque sino en el de la institución provincial de la malagueña calle Pacífico. En la misma Diputación Provincial en la que fue compensado tras ser degradado por el partido naranja en el Ayuntamiento de Málaga, Cassá tendrá ahora más responsabilidades de las que consiguió hace un año.

Entonces, en la constitución de la corporación provincial, las áreas de Gobierno y la vicepresidencia primera que le correspondían a Ciudadanos fueron centralizadas en la figura del exalcalde mijeño Juan Carlos Maldonado. A Cassá le quedó una portavocía simbólica de su formación que ahora ha sido multiplicada por el presidente del PP en el ente provincial, Francisco Salado, para entregarle galones de portavoz del Gobierno pactado en la Diputación por PP y Ciudadanos, pese a que el asturiano no pertenece a ninguna de estas dos fuerzas políticas e incluso rompió relaciones con la segunda de ellas.

Sobre los nuevos cometidos del ex de Ciudadanos, Salado explicó que también asumirá la Delegación de Relaciones Institucionales, perteneciente a la vicepresidenta tercera María Francisca Caracuel (PP). Segun recalcó el presidente de la Diputación, la tarea de Juan Cassá "será prácticamente la que tenía cuando pertenecía a Ciudadanos". No obstante, junto a la vitola de portavoz del Gobierno se le han encomendado "tareas de coordinación de relaciones institucionales entre la Presidencia de la Diputación así como con alcaldes, y de comunicación de mensajes y acuerdos de la junta de gobierno local".

Un par de días después de que el Pleno de la institución formalizara su estreno como miembro del grupo de no adscritos, Francisco Salado anunció -tras ser preguntado por ello en una rueda de prensa relativa al Consorcio Provincial de Bomberos- los 'premios' con los que Cassá afrontará una nueva situación que resulta tan excepcional como incómoda para el resto de grupos políticos. Hasta ahora, todos se veían obligados de algún modo a mantenerlo contento por si daba un paso hacia la derecha o hacia la izquierda con su poderosa llave que hiciese caer el ayuntamiento capitalino para un lado o para otro.

Salado también respondió a las preguntas que le interpelaban por la sensación de Ciudadanos al respecto y se limitó a decir que "se trata de un tema doméstico" insistiendo en que "la responsabilidad de consolidar y dar estabilidad a la Diputación es fundamental". De algún modo, mientras lo mantiene cercano a la órbita del PP, Salado también se cura en salud pues, aunque la mayoría de 16 la tenía garantizada con el diputado de Ciudadanos, el cambio de grupo del asturiano lo había dejado sin el margen de error con el que contaba cuando Cassá todavía era un diputado naranja y las votaciones comprometidas sumaban 17 frente a los 14 de PSOE y Adelante. "La Diputación tiene que ser fuerte y estar consolidada con la máxima seguridad desde el punto de vista político; la estabilidad es fundamental para que un gobierno avance", reiteró Salado.

Sin embargo, el único diputado que ha quedado de Ciudadanos y vicepresidente primero de la Diputación Provincial, Juan Carlos Maldonado, prefirió no pronunciarse sobre el anuncio hecho por el presidente Francisco Salado en relación a la incorporación de Juan Cassá, tras su marcha del partido naranja, al equipo de Gobierno.

El silencio de Maldonado resulta, cuando menos, ilustrativo. Las relaciones de Cassá con sus compañeros del partido naranja se habían deteriorado especialmente después de que, tras el fracaso de la candidatura liderada por el político asturiano en las elecciones municipales de mayo de 2019, hubiese sido relegado en el Ayuntamiento de Málaga en beneficio de la ex de UPyD Noelia Losada.

Ahora bien, el malestar de Ciudadanos por los guiños del PP a Cassá tras su salida es patente. De hecho, el partido naranja ya criticó el ofrecimiento con el que el alcalde Francisco de la Torre le abrió la puerta del Gobierno municipal a Cassá para prevenir una posible moción de censura que le diera la alcaldía de la capital malagueña al socialista Daniel Pérez.

El 'gesto' de la Diputación -orientado posiblemente en la misma dirección para evitar la pérdida de la alcaldía de la capital- incendiará aún más el enfado del partido naranja, que tendrá que lidiar con el socio de Gobierno 'en paralelo' en el que se va a convertir a partir de ahora Cassá

Las reacciones en la oposición no se hicieron esperar. La portavoz de Adelante Málaga, Teresa Sánchez, dijo que se trata de "un ejemplo más de cómo desprestigiar la política buscando el beneficio propio". "Suena a juego de trileros, Cassá no entró en el Gobierno y ha sido portavoz de Cs, abandona Cs para ser el portavoz de un gobierno en el que no quiso entrar, ahora le saldrán mejor las cuentas", añadió Sánchez.