Málaga después de la pandemia. El paisaje tras la batalla. Han muerto 288 malagueños por el coronavirus hasta el pasado jueves y 2.854 personas se han infectado. Y esos son los datos oficiales, porque los oficiosos anuncian que la magnitud del desastre ha sido aún mayor. Mientras el eco de los aplausos a los sanitarios desde los balcones aún resuena en nuestras cabezas, la Costa del Sol ha de comenzar su reconstrucción económica, a lamerse las heridas para coger impulso y ganar, en lo que se pueda, algo de futuro. Es la llamada nueva normalidad, que estará aquí desde este domingo, 21 de junio. El turismo y la hostelería están muy tocados y, al depender de ellos, en buena medida también lo están la economía de muchas familias y del resto de sectores. Pero ¿qué hacer? Los expertos consultados por este periódico dicen que ahora hay dos caminos esenciales: certificar que la provincia es un destino seguro y abogar por la llegada de las nuevas tecnologías, no de una forma tímida como hasta ahora, sino de manera más decidida.

Los datos

Los datos marcan las líneas del terreno de juego, una referencia desde la que se ha de partir: la provincia recuperó, en mayo, más de 1.400 empresas, una quinta parte de las que se perdieron en marzo y abril: 6.700. Ahora, en la provincia hay 52.171, la peor cifra de Málaga desde 2013. Hace un año había 59.232. Este mes de mayo, el paro en Málaga registró una pequeña bajada tras haber sufrido en el conjunto de marzo y abril un fortísimo incremento de casi 39.000 desempleados. Coincidiendo con el inicio de la desescalada, el desempleo descendió el pasado mes en 1.659 personas. El total de parados está en 190.744. En mayo de 2019, había 49.739 desempleados menos en la provincia.

El sector turístico llega al verano con 80.000 trabajadores, 23.400 menos que hace un año. En comercio, son 100.000 los trabajadores, 5.000 menos que en mayo de 2019. La venta de coches cayó en mayo un 80% y actualmente hay abiertas en la capital 2.500 plazas de hotel con una ocupación del 25%, las previsiones son que se llegue al 50% en julio.

Todos estos datos se traducen en el terreno social: Más de 27.000 malagueños (de toda la provincia) solicitaron la ayuda de Cáritas del 15 de marzo al 15 de mayo, coincidiendo con la época más dura del confinamiento. Un 44% lo hacía por primera vez. Los Servicios Sociales de la capital preveían en abril una oleada de peticiones al acabar el confinamiento, que culmina oficialmente el 21 de junio, hoy. El plan extraordinario de ayuda municipal había llegado el 22 de abril a 8.500 familias de la capital y podría llegarse a las 15.000. Hay decenas de miles de residentes en la provincia en expedientes de regulación temporal de empleo.

RECONSTRUCCIÓN

Para reconstruir la economía provincial, las instituciones se han puesto en marcha. El Ayuntamiento ya anunció una batería de medidas fiscales, tasadas en 800.000 euros, para ayudar a pymes y negocios hosteleros de la ciudad; la Diputación ha movilizado 233 millones de euros para reactivar el tejido económico con ayudas al sector turístico y a los pueblos y la Junta de Andalucía también ha habilitado varias líneas para apoyar a las empresas andaluzas y crear empleo (el plan de vigilantes de playas ha creado 3.000 empleos en la comunidad, un tercio de ellos en Málaga).

La ciudad, consciente del tirón urbanístico que tiene, ha elaborado cinco dossieres que entrega a inversores y en ferias internacionales para atraer inversores en logística, comercial, hotelero, residencial y equipamiento. En el residencial, la ciudad tiene 29 sectores con capacidad para acoger la construcción de más de 43.000 viviendas. Según explica Raúl López, edil de Ordenación del Territorio, él recibe en Urbanismo a cuatro o cinco inversores todas las semanas interesados en dejarse su dinero en Málaga. El director del aeropuerto, Pedro Bendala, propuso hace poco un plan de marketing para, aprovechando el teletrabajo -realidad que ha venido para quedarse tras el confinamiento-, atraer a la ciudad a los ejecutivos y que dirijan desde aquí sus empresas en todo el mundo. Tienen poder adquisitivo, viajan mucho y son «grandes contribuyentes», dijo. Ya se están construyendo viviendas de lujo para ellos.

El alcalde, Francisco de la Torre, dice que en la nueva normalidad el reto es «no relajarnos» y no tiene dudas de que ahora va a haber más dinamismo económico, «más ocupación en los comercios». Pide el regidor la colaboración de todos: el uso de mascarillas y la distancia social. ¿Cuándo se saldrá de la crisis? «Dependerá de muchas medidas y cómo vayan la política económica europea y española, cómo se canalicen fondos europeos, si el tejido empresarial va al 100% o no». A su juicio, el marco normativo ha de ser ágil, y ha de tenerse seguridad y estabilidad jurídica, además de lealtad institucional. Y la seguridad, claro. La capital, de hecho, ha creado el sello 'Málaga, safe for you', un distintivo con el que se identificará a los establecimientos que siguen los protocolos de seguridad higiénico-sanitaria que garantizan a malagueños y visitantes que Málaga es una ciudad segura. La Junta ha creado un sello similar.

Para el regidor es esencial, sobre todo para el turismo, que haya contagio cero, ir bajando el número de incidencias por cada 100.000 habitantes, que «Málaga está muy bien, mejor que Baleares, pero que lleguemos a cero». Incide en la importancia de triajes y rastreos. «El vacío del turismo en Málaga es muy visible», aunque considera que esta es una ciudad de éxito y volverá a serlo. En su opinión, deben hacerse test en salida a los turistas y a la llegada, y afea que el Gobierno haya hablado de cuarentenas.

Para Gonzalo Fuentes, secretario estatal de Hostelería y Turismo en CCOO, hay que mirar a medio y a largo plazo. «Hay que apostar por el turismo seguro y por cumplir los protocolos escrupulosamente», dice, es decir, mandar el mensaje de que la Costa del Sol es un destino seguro. «Que se cumplan los protocolos, hay normas ISO para certificarse y el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) ha elaborado protocolos muy rigurosos, «hay certificaciones oficiales». Asimismo, se debe formar al trabajador y poner en marcha planes de prevención y salud en los hoteles y negocios hosteleros, «eso va con retraso».

Es esencial, además, prolongar los expedientes temporales de regulación de empleo hasta final de año para que los trabajadores puedan abandonar paulatinamente el desempleo y aprovechar el tirón del turismo nacional, una vez desaparecidas desde hoy las restricciones de movilidad interprovincial. Julio va a ser malo, dice, pero agosto y septiembre pueden ser algo mejores. Además, las encuestas revelan que los españoles van a apostar este año por hacer turismo en el país y eso hay que aprovecharlo. Este domingo, se abren fronteras con Europa y, a partir del 1 de julio, con el resto de países del mundo. El turismo internacional comenzará a recuperarse con timidez en julio. «Vamos a estar hibernados un año en los hoteles», dice Fuentes, en relación a que estarán abiertos, pero no habrá estabilidad hasta que exista vacuna o tratamiento. Por cierto, Turismo Costa del Sol ha puesto en marcha un nuevo servicio de ayuda que facilita el acceso directo a todos los protocolos y recomendaciones en materia de seguridad.

EMPRESAS

Natalia Sánchez, vicepresidenta ejecutiva de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), augura que la pandemia y la implantación del teletrabajo han supuesto un gran cambio en el tejido empresarial malagueño, de forma que las inversiones en nuevas tecnologías e innovación que se iban a hacer en tres o cinco años se están agilizando y se hacen ya, por ejemplo «para la digitalización turística, el comercio o el sector agrario». Las grandes compañías lo hacen con medios propios. A las pequeñas «hay que ayudarlas». Hay mucho margen, por ejemplo, para mejorar el teletrabajo y la venta 'online'.

Lo que sí hay, insiste, «es mucha incertidumbre», y reclama, de nuevo, potenciar la afluencia de liquidez a las empresas y flexibilización de los ERTE, así como acometer otras medidas como la agilización de trámites, que la Administración ponga en carga inversiones (obras y servicios) para que las empresas puedan concurrir a los concursos e impulsar la colaboración público-privada en multitud de proyectos ahora paralizados. «Acelerar el proceso de recuperación de la normalidad», dice. E insiste en su idea inicial: «Las empresas se están replanteando los procesos, la inversión en equipos, el proceso de digitalización». Hay un gran proceso para readaptarse al teletrabajo. Es importante también que las empresas tengan líneas específicas para ayudarles en su digitalización.

HOSTELERÍA

Javier Frutos, presidente de Mahos, que agrupa a los hosteleros malagueños, ve positiva la llegada de la nueva normalidad desde hoy, aunque la acoge con «incertidumbre», debido «a la indefinición de muchos temas que afectan al sector hostelero que impiden que los empresarios tengan certezas y se decidan a retomar la actividad». Como a Sánchez, a Frutos no le gusta lo de «nueva normalidad». Indica que la prioridad es la salud, pero destaca que de 10.000 inspecciones que ha hecho la Policía Local en terrazas de la capital, apenas un 1% ha acabado en sanción.

Insiste en pedir, a todas las administraciones, exenciones fiscales, laborales, políticas de promoción, de reactivación del sector, medidas para minorar los alquileres, y el hecho de que esto no se haya efectuado «provoca que muchas empresas no hayan decidido aún abrir sus puertas». No sabe cuántas empresas cerrarán (en España se previó que el 40% no vuelva a abrir, aunque no es el escenario actual), cree que este año va a haber muchas pérdidas, destaca que hay muchos hosteleros endeudados y recalca que hay restaurantes y bares que a esta altura de año han facturado un 30% o 40% de lo que facturaron en 2019.

Por cierto, el plan de reactivación turística implementado por el Gobierno parece no gustar al sector, que esta semana ha pedido más dinero para paliar las pérdidas.