La holgada victoria de Martina Velarde, que acaparó casi el 73% de los votos en las primarias de Podemos Andalucía, le ha devuelto a Pablo Iglesias el control de su partido en una región en la que Teresa Rodríguez había desafiado constantemente a la dirección estatal. En verdad, el viernes por la noche, el ahora vicepresidente de La Moncloa pudo celebrar un pleno de triunfos oficialistas en las 11 comunidades en las que se votaba la renovación del liderazgo. No obstante, pocos relevos eran tan deseados por él como el que se produce en torno a la figura de Velarde, diputada nacional por Córdoba que fue la postulada para la sucesión de Rodríguez después de que Noelia Vera estuviese dedicada a sus cometidos en el Gobierno progresista.

Además, fueron elegidos 28 miembros para el Consejo Ciudadano Andaluz que coinciden con el conjunto de la candidatura Un Podemos Andalucía Contigo-Equipo Martina Velarde-Pablo Iglesias. Entre ellos, aparecen con distintos niveles de apoyo los cinco representantes de Málaga. Hasta el quinto puesto de estos resultados no se encuentra al primero de los malagueños, el concejal en la capital Nico Sguiglia, quien obtuvo el 46% de los puntos posibles frente al casi 65% de la primera, la sevillana Libertad Benítez, el 55% de María Márquez, el 52% de Isabel Franco y el 51% de Jesús Alberto De Manuel.

El segundo de los malagueños aparece en la duodécima posición y es el economista de origen italiano Giuseppe Quaresima con un 36%. En el puesto 15 ha quedado el concejal torremolinense exerrejonista José Manuel Piña con un 30%, mientras que el bombero Juan Ramón González Triguero, número 3 en las listas al Congreso de los Diputados por Málaga tras dos de IU, está el 19 con un 26%. Y en último lugar, como elección número 28, figura la edil de Rincón de la Victoria Rosa Ramada, que roza el 16%.

Sguiglia aspira al podio

Tras salidas tan convulsas como las de Íñigo Errejón o Teresa Rodríguez, la realidad actual de un partido como Podemos se nutre de los pablistas y los nuevos pablistas. Entiéndase a estos últimos como aquellos que han acudido al tufo más rentable de la brasa oficialista pese a haber sacado pecho tiempo atrás por otras sensibilidades como la errejonista o el sector Anticapitalistas de Teresa Rodríguez. Sin ir más lejos, entre los cinco malagueños que entran en el Consejo Ciudadano andaluz hay dos exanticapitalistas (Nico Sguiglia y Rosa Ramada); dos exerrejonistas (José Manuel Piña y Giuseppe Quaresima); y Juan Ramón González es el único que siempre se ha identificado con la corriente afín a Iglesias.

En el reparto del poder regional tales ingredientes van a ser tenidos en cuenta. Todo apunta a que la Secretaría de Organización, que sería una especie de segundo de a bordo en esta directiva regional, sería para un exerrejonista. Y la Secretaría de Sociedad Civil y Movimientos Sociales, que equivaldría a ser el número 3 de Podemos Andalucía, recalaría en un exanticapitalista. Y esta es, precisamente, la aspiración para la que lleva meses articulando sus movimientos en el tablero de las batallas internas Nico Sguiglia. Al postularse para el puesto, Sguiglia ha presentado como credenciales el bagaje adquirido con los colectivos sociales y las mareas malagueñas en el espacio de La Nave. Si se consuma, pasaría a convertirse en el segundo colaborador más cercano a la coordinación regional, pese a quedar quinto en la votación entre los escuderos de Velarde. Subiría tres peldaños de una tacada.

Aunque en la izquierda malagueña se da por seguro que lo conseguirá, también se comenta el doble filo de este ascenso. Hay quien sostiene que su condición de exteresista que formó parte de la lista de Anticapitalistas en Vistalegre 2 le ha venido bien al partido morado para ir mermando a Teresa Rodríguez. Y, por la misma regla de tres, consideran que puede tratarse del principio del declive de Nico Sguiglia en el seno de la formación.

A diferencia de Martina Velarde, considerada «buena gente» y con simpatía entre militantes de diversas sensibilidades, Sguiglia no agrada a compañeros suyos que recuerdan que flaco favor le hacen a la formación sus cambios de bando o polémicas como la de sus recientes vacaciones en Argentina.

La venganza «teresista»

Mientras permanecían ajenos a este proceso electoral telemático, los afines a Teresa Rodríguez han aprovechado para asignarse la marca Adelante Andalucía que aún denomina a la confluencia electoral que conformaron IU, Podemos y otras fuerzas andaluzas. Conscientes del rédito electoral que podría tener y de la erosión que esta apropiación puede causar ahora mismo entre aquellos a los que todavía se refieren como compañeros, los integrantes del sector Anticapitalistas han borrado de un plumazo su pertenencia a Podemos para identificarla con Adelante, pese a que IU y la formación morada asisten a ello con enfado y en las próximas fechas harán algún movimiento.

En Málaga se contempla un claro ejemplo entre los principales teresistas. La parlamentaria andaluza Vanessa García lleva a cabo una prolífica actividad por su cuenta y se mueve por municipios -como fue el caso de las manifestaciones contra la embotelladora de agua mineral de Antequera- para captar apoyos de cara a la creación de un partido de corte más andalucista.

El que hasta hace unos días era el coordinador provincial de Podemos, el arriateño Alejandro Serrato, ya actúa como portavoz en la provincia de Adelante Andalucía, aunque los dirigentes de IU le advierten de que ese cargo no existe.

Y la edil mijeña curtida en el nacionalismo andaluz Remedios Leiva -que fue al igual que la ahora oficialista Rosa Ramada en Rincón de la Victoria de los contados casos en los que la marca Podemos obtuvo concejalías sin formar parte de confluencias como Adelante- también se decantará en la medida de lo posible por la expresión Adelante Andalucía en detrimento de Podemos, que fue cómo concurrió con el añadido de Alternativa Mijeña a los comicios hace un año.