El importe de las ayudas de emergencia que destina la Universidad de Málaga a aquellos alumnos cuya unidad familiar haya sufrido una disminución drástica de los ingresos durante el curso se ha incrementado este año de forma notable, como consecuencia del coronavirus. En concreto, se han destinado a este fin 121.598 euros.

El presupuesto con el que cuenta la UMA para solventar las causas económicas sobrevenidas que se le pueden presentar al alumnado es de 45.000 euros, aunque normalmente no hace falta todo ese dinero y las necesidades se sufragan con una cantidad que va desde los 10.000 a los 15.000 euros.

Ese montante fue el que solicitaron los alumnos hasta el pasado 31 de abril, cuando se habían destinado 9.810 euros a las 22 solicitudes concedidas de las 53 que se presentaron, según explicó el vicerrector de Estudiantes, Francisco Murillo.

No obstante, la situación sanitaria, económica y social derivada de la Covid-19 motivó que una de las medidas que puso la Universidad de Málaga para ayudar a su alumnado fuera la ampliación del plazo de solicitud de ayudas de emergencia hasta el 31 de mayo.

Solo ese mes se elevaron al Vicerrectorado 490 solicitudes, de las que fueron aceptadas 239, con un importe total de 111.788 euros, informó la UMA a través de un comunicado.

La Universidad de Málaga puso en marcha estas ayudas de emergencia en el año 2013, coincidiendo con el periodo más acusado de la crisis económica, cuando saltó a la palestra que un número importante de universitarios perdían la matrícula por no haber abonado las tasas académicas.

Desde entonces, el presupuesto de la institución incluye un fondo para atender situaciones de emergencia. Es decir, son ayudas independientes de las becas del sistema general que concede el Ministerio de Educación y de la línea autonómica de la Junta de Andalucía.

En este caso, los recursos son propios de la UMA y persiguen atender a aquellos estudiantes de rentas más bajas que no son beneficiarios de otras becas porque no cumplen los requisitos, por lo que en caso de sufrir una reducción drástica de ingresos se quedan desatendidos.

Entre las circunstancias que se pueden acreditar para solicitar la ayuda figuran problemas como el fallecimiento o enfermedad grave de un progenitor, la pérdida del empleo o distintas catástrofes. Este año las causas mayoritarias han sido la pérdida de empleo de sus padres o haber sufrido ERTE.