Transcurridos más de seis meses de pandemia, el coronavirus se mueve a diferentes velocidades en cada continente y entre sus estados. Esta situación de inestabilidad, salpicada de rebrotes y acompañada de un profundo desgaste económico, ha llevado a las autoridades, desde las nacionales hasta las locales, a afanarse por atraer al turista nacional.

Solo en Málaga, Turismo Costa del Sol calcula que entre marzo y junio habrán dejado de venir unos 4 millones de turistas debido a la Covid-19, lo que se traduce en unas pérdidas de 4.000 millones de euros, según estimaciones del ente supraprovincial malagueño.

En este contexto, y con una clara tendencia general de la población a pasar las vacaciones dentro de las fronteras domésticas, empieza a emerger una alternativa diferente a los habituales alojamientos turísticos que podría fortalecerse en esto tiempos: el intercambio de casas.

Esta práctica se inició mucho antes de la llegada de internet, en un intento de encontrar una forma de viajar más barato, y se crearon las primeras comunidades de permuta de viviendas a través de catálogos físicos; la comunicación entre las partes interesadas se daba a través de la correspondencia. A día de hoy, las plataformas online facilitan el contacto entre los usuarios y favorece la transparencia de un modelo basado en la comunicación, la confianza así como la valoración de los miembros que conforman estas comunidades de intercambio.

«Entre los miembros no existe ningún tipo de transacción económica, yo te cedo mi casa y tú me cedes la tuya, cero dinero», explica Pilar Manrique, responsable de HomeExchange en España, una de las mayores plataformas de intercambio que abarca ya más de 400.000 casas en 147 países, a la que se accede como usuario mediante una suscripción anual.

En la provincia de Málaga, HomeExchange cuenta con 764 casas para intercambiar, un 12% más que en el ejercicio anterior.

«La Costa del Sol es un destino especialmente atractivo. Las tendencias en general son todas muy positivas, en toda Andalucía y en toda España. Es una forma de viajar que cada vez está ganando más adeptos», continúa la responsable, Pilar Manrique.

El proceso es sencillo. A través de HomeExchange los usuarios interesados en intercambiar sus hogares para pasar las vacaciones se ponen en contacto, acuerdan las fechas, cómo se entregarán las llaves e incluso hacen de prescriptores de su ciudad, aconsejando lugares para visitar, restaurantes que probar... Y ahora, sumergidos en una crisis sanitaria, los interesados también acuerdan cómo desinfectar la casa y con qué productos: «Se le han hecho llegar todo lo que son recomendaciones oficiales, incluidos tipos de productos que deben utilizar... pero en realidad todo se basa en la comunicación entre los miembros. Ellos cierran qué formula de limpieza desean y qué opción les hace sentirse más seguros. Incluso en algunas ocasiones ambos acaban decidiendo usar un servicio profesional de limpieza que llega a la casa y la desinfecta previo a que llegue el huésped».

Según Manrique, ya en la desescalada, en las fases en las que ni siquiera se permitían los desplazamientos interprovinciales, se cerraron permutas cerca del hogar para los fines de semana, con el objetivo de abandonar por unos días el espacio en el que las familias habían estado confinadas durante meses.

Tendencia en alza

Pese al duro impacto de la Covid-19 para todo el sector que se nutre del turismo, las comunicaciones en HomeExchange ya se han multiplicado por diez con respecto al mes de abril. Para la responsable en España de esta plataforma, la clave reside en la idiosincrasia propia de este modelo de negocio, que la convierte en una «buena alternativa por cuestiones de seguridad».

«En HomeExchange las casas que te encuentras son casas reales, es decir, son casas donde las familias viven de verdad, no son casas pensadas para un alquiler vacacional, entonces la rotación de los invitados es mucho menor, no es lo mismo una casa destinada al alquiler turístico donde llega un invitado, se va y llega otro, se va. En este tipo de casas, se intercambian durante las vacaciones de las familias. Entendemos que ese riesgo es menor».

Por otro lado, las estimaciones de esta comunidad apuntan a un ahorro del 30% en el presupuesto destinado al viaje. Y finalmente, juega un papel importante la facilidad en la cancelación. «El tema de tener una cancelación es muy fácil en este caso porque el intercambio se produce a través de la comunicación entre los miembros, ellos cierran su intercambio, lo registran a través de la página web y si ocurre un imprevisto basta con que lo hablen entre ellos».

Esta alternativa, que encaja fácilmente con la inclinación de esta atípica temporada turística por los destinos locales y de proximidad, permite además organizar unas vacaciones alejadas de los circuitos turísticos más tradicionales y con mayor flujo de visitantes: «Si lo deseas te puedes ir a zonas mucho más tranquilas, mucho más aisladas y evitar ese tipo de lugares a lo mejor más masificados y que ahora preocupan», atajan desde HomeExchange.

En definitiva, frente a las pocas certezas que ofrece la situación actual de cara a planificar un viaje, reservar plaza tanto en el transporte como en los alojamientos y las trabas en caso de cancelación, la permuta de casas se presenta como una nueva posibilidad.