La nueva Plataforma Salir a Pasear en Málaga ha sido constituida hace unos días con el objetivo de «conseguir que se autoricen las visitas de familiares y salidas en las residencias de mayores de Málaga como se podía hacer antes del primer estado de alarma, hace más de tres meses», señala una nota.

Como informó La Opinión el 18 de junio, la Federación Provincial de Asociaciones de Mayores denunció la existencia de algunas residencias de ancianos privadas, en Málaga capital que todavía no permiten salir a sus residentes o les aplican condiciones como permanecer una semana en la habitación, una vez realizado el paseo, lo que en la práctica impide las salidas de muchos de ellos.

El pasado 28 de mayo la Junta publicó en el BOJA la autorización para recibir visitas y salir a pasear en las residencias andaluzas.

José Antonio Sierra, de 84 años, portavoz de la plataforma, declaró ayer que también quieren promover «un debate público» sobre los efectos de estas medidas «en la salud mental y física de los residentes en residencias de mayores».

La plataforma Salir a Pasear en Málaga, destacó, cuenta con el respaldo de la Federación Provincial de Asociaciones de Mayores y confían en recoger numerosos apoyos tanto de colectivos como de particulares.

«Hace falta un debate con médicos y psicólogos para que analicen las medidas que tome cada residencia, con vistas a establecer un criterio común, porque parece ser que cada residencia establece su propio protocolo», indicó.

A este respecto, pidió a la Junta de Andalucía «que intervenga», para que las reglas que establece cada residencia de ancianos puedan aplicarlas «hasta un límite».

Respuesta de la Junta

Ayer, el delegado de Sanidad, Carlos Bautista, reconoció que se trata de un asunto «complejo», dado que lo que la Junta de Andalucía publicó el pasado 28 de mayo con respecto a las salidas al exterior es una «recomendación general». «Se trata de residencias privadas que ponen sus normas», destacó y mencionó el caso de una residencia malagueña en la que sus gestores están muy preocupados porque algunos residentes regresan tras largas horas fuera.

«Para mucha gente sobreactuar es coartar la libertad, pero si no sobreactuamos podemos tener un lío muy grande en pocos días. La Junta no puede obligar a una residencia privada», concluyó el delegado.