La semana pasada hablábamos en esta sección del investigador Francisco García Gómez, quien hace unos siete años, para la sección dominical 'Mirando atrás', realizó un paseo por la Catedral de Málaga, con el fin de descubrirnos sus rincones más desconocidos, en pos de las huellas del pasado.

Un ejemplo que desconocen muchísimos malagueños es la puerta por la que los canónigos entraban al templo mayor hasta comienzos del siglo XVIII, y que hoy puede verse tapiada en los jardines de la Catedral, aunque conserva el arranque de un gastado escalón.

Otra curiosidad son las dos grandes puertas al pie de sendas torres, en el atrio de la Catedral, que fueron enrejadas y en la práctica convertidas en ventanas, con motivo de la visita de la Reina Isabel II a Málaga en 1862, posiblemente por motivos estéticos, para que en el atrio hubiera tres puertas en lugar de cinco.

La semana pasada mencionábamos por cierto el depósito de agua del Sagrario, que se encuentra en la esquina inferior derecha del Patio de los Naranjos y que casi data, literalmente, de tiempos de Miguel de Cervantes pues se construyó hacia 1540, siete años antes de que naciera el autor de El Quijote.

Todos estos detalles y cientos de ellos más justifican el que tanto la Catedral de Málaga como la anexa iglesia del Sagrario sean Bienes de Interés Cultural desde 1931.

Y sin embargo, tanta veteranía no ha impedido que las normas de protección del BIC se incumplan de forma clara sin que esto importe un pimiento ni a la Diócesis de Málaga ni a los responsables municipales.

No es la primera vez que esta sección saca este asunto a colación. El caso es que la Ley de Patrimonio Histórico Español prohíbe en el entorno de los BIC la presencia de cables o carteles pero en la esquina del Sagrario con el Patio de los Naranjos los carteles están creciendo como setas mientras que los cables, simplemente nunca se fueron.

Así que si en la Mezquita de Córdoba las sensibles autoridades cordobesas han procurado que los carteles indicativos e informativos se instalen al otro lado de la calle y no pegados a la inolvidable joya arquitectónica, en nuestra ciudad, donde somos más brutos, a un poste indicativo de los monumentos y museos más próximos le han seguido con los años tres carteles más pegados al muro del Sagrario, que además es el único vestigio de la antigua Mezquita Mayor de la ciudad.

El primer cartel, de gran tamaño, es un gran plano municipal del Centro de Málaga y sus alrededores. El segundo, un plano de Camino Mozárabe de Santiago, mientras que el tercero es un plano de la Málaga Nazarena.

A comienzos de 2018 el profesor de Historia del Arte Francisco Rodríguez Marín ya alertó de esta barbaridad. Lo adivinaron: dos años después nadie se ha dado por aludido.