La dirección nacional de Ciudadanos ha decidido echar toda la carne en el asador para evitar que el partido en Málaga deba tragarse el sapo de formar gobierno en la Diputación Provincial con Juan Cassá, exportavoz municipal de la formación en el Consistorio y ahora edil no adscrito, que tras un acuerdo con el PP es ahora portavoz del ejecutivo de la institución supramunicipal y responsable de Relaciones Institucionales. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, también abogó por revisar el pacto en la capital con Cs y dejar entrar en el gobierno a Cassá. Los naranja no quieren ver ni en pintura al asturiano en responsabilidades de gobierno después de abandonar el partido con su acta bajo el brazo y ayer, el vicesecretario general adjunto de Cs a nivel nacional, José María Espejo, fue contundente: el PP debe rectificar y echar a Cassá del gobierno de la Diputación y no intentar nada similar en el Ayuntamiento.

¿Qué pasará si eso no ocurre? No se lo quiere plantear. Espejo se negó, en declaraciones a este periódico, por activa y por pasiva, a confirmar si abandonarán los gobiernos de ambas instituciones si el PP no echa a Cassá del ejecutivo de la institución supramunicipal (para el PP, de hecho, Cassá no es un tránsfuga, ni forma parte del gobierno); y tampoco quiso señalar si ello tendrá consecuencias, por ejemplo, en Andalucía. «No entendemos que el PP haya comprado la voluntad del señor Cassá con 75.000 euros de todos los malagueños. La cordura se va a imponer. Nos interesa la visión de los malagueños del gobierno PP-Cs, esos malagueños no aprueban que con su dinero se compre la voluntad de Cassá, un señor que ha roto el compromiso ético que firmó y, con la amenaza de romper un gobierno, exige que se le coloque en un cargo. No nos lo esperábamos del PP y exigimos que rectifique». En cuanto a que el alcalde esté pensando en meterlo en el gobierno de la ciudad, aseguró: «No podemos pensar que esté de acuerdo en comprar la voluntad de un cargo público que ha abandonado su partido. Compartimos con el PP el gobierno de la Junta y estamos seguros de que van a rectificar».

Espejo recordó que Adelante Málaga ya ha dicho que nunca negociará nada con Cassá, por lo que, defendió, no hay riesgo para la estabilidad. Recalcó que el asturiano ha pedido un sueldo para sus asesores y para él «a cambio de no destituir a un gobierno», reseñó que es «un tránsfuga» y, por tanto, «no concebimos que el PP entre en el juego», además de sentir pena por el hecho de que «los partidos de la oposición den lecciones de transparencia al partido con el que gobernamos. El PP va a rectificar, no creemos que la gente del PP aprueba esto, que se compre la voluntad de un señor con dinero de los malagueños para afrontar la amenaza que este señor hace a la estabilidad de un gobierno», dijo, en referencia a los rumores de una posible moción de censura nunca confirmada junto al PSOE y Adelante.

El PP en la Diputación ha llegado a un acuerdo con el asturiano por el que este es nombrado portavoz del gobierno de Francisco Salado y responsable de Relaciones Institucionales, lo que rechaza Cs, que ha presentado una moción para el pleno de hoy en la institución supramunicipal en la que pide a su socio de gobierno que aplique el pacto antitransfuguismo y se vuelva a la situación anterior del pacto entre PP y Cs, con Cassá fuera del ejecutivo como diputado raso de la oposición tras dejar Cs. De lo que se vote hoy en el pleno de la Diputación dependerá en buena parte el futuro de los pactos de cogobierno en esa institución y en el Consistorio. Sin ir más lejos, tanto la portavoz de Cs en el Consistorio, Noelia Losada, como el vicepresidente de la Diputación, Juan Carlos Maldonado, pidieron al PP, en la línea de Espejo, que rectifique y eche a Cassá del gobierno de la Diputación, aunque ninguno de ellos especificó tampoco si, en el caso de que no se acceda a sus peticiones, romperán los dos ejecutivos. «Pedimos que se rectifique por parte del PP», dijo Losada. Maldonado, por su parte, se mostró convencido de que «el PP va a rectificar, somos un socio leal, damos estabilidad donde gobernamos».