Las residencias de mayores de la provincia de Málaga no registran, a fecha de este pasado viernes, ningún caso confirmado positivo por coronavirus, aunque se siguen estudiando e investigando las sospechas que llegan sobre residentes, haciendo las pruebas correspondientes, según han asegurado desde la Junta de Andalucía.

Estas residencias han sido en toda España uno de los focos más sensibles durante la crisis sanitaria por el COVID-19. En Málaga, estos centros tuvieron el día de mayor afectación el 9 de abril con 77 residentes positivos. Se contabilizan oficialmente 57 mayores fallecidos en residencias de la provincia.

Las unidades de residencias y gestoras de casos de la provincia han trabajado estos meses en controlar el virus en dichos centros, junto a otros profesionales, de una forma diferente siguiendo la experiencia de 20 años de funcionamiento de la unidad del distrito Málaga, basado en un acercamiento a los residentes a través de enfermeras de práctica avanzada y la telemedicina.

Así lo ha asegurado a Europa Press el coordinador provincial de COVID y director de dicha Unidad de Gestión de Residencias del distrito Málaga y Guadalhorce, Juan Carlos Morillas, quien ha explicado que esta unidad, que funciona desde el año 2000, inicialmente gestionaba 68 residencias de dichas zonas, aunque desde la aparición del coronavirus se sumaron otro tipo de centros sociales hasta llegar a los 113.

Morillas ha asegurado que en 2019 se trabajó mucho con las residencias "sobre higiene, medidas de aislamiento preventivo y colocación de EPI" en los casos de pacientes multirresistentes, "hasta el punto de que nos dieron un premio nacional", que, ha dicho, "nos ha venido muy bien contra el COVID porque ya teníamos un trabajo previo hecho con las residencias".

Ha señalado que "además, desde el año 2000 teníamos los contactos, conocemos a los profesionales y tenemos los pacientes historiados". Ambas cosas facilitaron el poder realizar una comunicación "diaria, incluido fin de semana, para llamar a todas las residencias y hacer un mapeo de los residentes, con o sin síntomas, los que hubieran tenido contacto, etcétera", clasificándolos con colores diferentes. Una tarea que se mantienen en la actualidad.

Morillas ha destacado que toda esta gestión se ha realizado "de forma conjunta y con el trabajo fundamental" de los profesionales de la Gestora de Casos, de epidemiología, la Inspección de Salud y Servicios Sociales, los médicos de familia referente de los centros y de medicina interna, subrayando la "sensación de equipo que ha habido".

Asimismo, ha indicado que el personal de las residencias, enfermeras o auxiliares de enfermería, "son héroes porque han tenido que trabajar con pacientes COVID con los equipos que había, por lo que se merecen un homenaje".

Desde la Junta han precisado que desde abril se remitieron test rápidos y PCR, así como material, en concreto 284.564 mascarillas, y 151.550 pares de guantes y 4.584 equipos de protección individual (EPI). Además, se puso en funcionamiento el centro de evacuación de mayores Arunda, una residencia habilitada como refuerzo.

Esta residencia estaba preparada para acoger a aquellos mayores cuyos centros presentaran una alta tasa de contagios y no contaran con la posibilidad de establecer las oportunas medidas de aislamiento preventivo. La media diaria estuvo rondando la docena de personas, alcanzado un pico máximo de 25 personas.