La enorme crisis económica desatada por la pandemia del coronavirus, motivada a su vez por la práctica paralización de la actividad debido al confinamiento, va a hacer daño a las empresas más vulnerables. Así, según estima el presidente de la Federación de Comercio de Málaga (Fecoma), Enrique Gil, de las 30.000 pequeñas y medianas tiendas que hay en toda la provincia entre un 10% y un 20% «no van a abrir la persiana ya»; asimismo, el presidente de Mahos (organización que agrupa a los hosteleros malagueños), Javier Frutos, destaca, remitiendo a las estimaciones de Hostelería de España, que entre un 20% y un 30% de los bares, restaurantes y establecimientos hosteleros podrían cerrar conforme pasen las semanas y, de hecho, muchos de ellos no volverán a levantar la persiana tras clausurar por el decreto del estado de alarma.

Enrique Gil declara que todavía, una vez pasado el confinamiento y con la desescalada plenamente consolidada pese a los brotes que están surgiendo en diversas provincias, «muchos comercios no han abierto; y los que lo han hecho durante la pandemia, los de alimentación o higiene, han salvado a muchas familias de pasar hambre». Destaca el también vicepresidente de la Confederación Comercio Andalucía que la facturación ha caído un 70% en los pequeños y medianos comercios en relación al periodo inmediatamente anterior al decreto del estado de alarma. «Ha vuelto el ‘apúntamelo’, la famosa frase, en las tiendas de barrio». Aunque parte del comercio de proximidad, fundamentalmente el de alimentación e higiene ha mejorado su facturación al ser la única tipología de negocio que podía permanecer abierta, la caída de facturación media es, insiste Gil, del 70%. «Hay que tener en cuenta que hay ciudadanos que han estado hasta dos y tres meses sin cobrar», destaca, y eso ha supuesto una retracción del gasto de las familias y del consumo. Todo, absolutamente todo, está unido en economía.

Los alquileres

Asegura Gil que le gustaría decir que ningún negocio va a cerrar, pero señala que uno de los condicionantes o factores decisivos en relación a la supervivencia van a ser los alquileres. «Muchos dueños de locales pagan un alquiler, algunos propietarios han sido muy sensibles con la situación que atraviesan los comerciantes, han condonado los arrendamientos o han llegado a acuerdos para que se paguen variables o cantidades mínimas; otros no, otros no han rebajado nada. Entre un 10% y un 20% de los pequeños comercios no van a abrir».

Gil indica la necesidad de que haya rebajas en el pago de los impuestos municipales, por ejemplo en el IBI o en las diferentes tasas y, cómo no, también reclama facilidades de financiación para el sector por parte de los bancos y de las líneas de crédito públicas, aunque recalca que al final supone para el profesional un endeudamiento, dinero que luego hay que devolver. «Hay que dar facilidades para la liquidez, pero eso al final pasa por el endeudamiento, es difícil aportar garantías a los bancos, pero hay que obligarles a que pongan en marcha el dinero».

También recalca Gil la necesidad de que los expedientes temporales de regulación de empleo, los conocidos Ertes, se puedan extender no sólo hasta el 30 de septiembre, sino también hasta final de año. «Algunos trabajadores llevan tres meses sin cobrar», destaca, pero considera que este instrumento ha sido esencial para mantener el empleo. En la provincia, dice, hay en torno a 30.000 pequeños y medianos comercios y cada uno de ellos posee 1,9 trabajadores, la mayor parte autónomos, «autónomo el titular y autónomo el dependiente», dice Gil. Una cuarta parte de los negocios ha hecho uso del ERTE, según sus estimaciones, aunque son muchos los autónomos que están ellos solos al frente de la firma. Fecoma tiene a 10.000 comercios asociados.

«Que no sean solo palabras»

Salvador Pérez, presidente de la asociación Comercio & Málaga, afirma: «Nosotros desde la federación estamos intentando por todos los medios posibles que salgamos la mayor parte posible de empresas y empleados; algunos se van a quedar por el camino, no sé si el 10%, el 15% o el 20%, espero que no llegue a ese 20%, porque nosotros tenemos 15.000 establecimientos asociados que crean 65.000 empleos y si se llega a algunos de esos porcentajes son muchos los trabajos que se pierden». Pérez dice que hay que ser optimista y que muchos de los que van a cerrar es porque ya lo tenían previsto y han aprovechado la coyuntura de la pandemia para dar carpetazo a sus negocios por no tener relevo generacional, aunque admite que el precio de los alquileres ha puesto en jaque a buena parte de los empresarios. «Veo todos los días establecimientos hosteleros abriendo y cada día escucho que van a abrir establecimientos en el Centro Histórico, en Cruz de Humilladero; a ver si salvamos los muebles, pero nos hacen falta ayudas y publicidad, estar unidos y un mensaje para las administraciones: que no se quede todo en palabras, que haya hechos».

Javier Frutos, presidente de Mahos, dice que en el Centro ha abierto hasta esta semana un 55% de los establecimientos hosteleros y están facturando «un 30% de lo que facturaban antes»; en el resto de barrios, las aperturas rondan, según estima, el 75% u 80%, y la caída de la facturación en relación al periodo inmediatamente anterior a la pandemia es del 25% o 30%. «Hostelería de España dice que entre un 20% y un 30% de los negocios hosteleros podría echar la persiana», destaca. Eso ocurrirá, presumiblemente, en los próximos meses. Y, para evitarlo, Frutos incide en una receta repetida hasta la saciedad por cualquier empresario durante la pandemia: «Necesitamos liquidez, prorrogar los Ertes, ayudas al alquiler y créditos para autónomos y pymes. así como planes de promoción». Aunque sobre todo lo que necesitan ambos sectores es que vuelvan los turistas a la ciudad, tanto nacionales como internacionales, así como los propios malagueños.

Juanibel Vera es la presidenta de Comerciantes del Centro Histórico de Málaga y dice que su sector está como otros, «tratando de retomar la normalidad, son tiempos muy duros, porque hemos estado tres meses sin sacar mercancía, pero estamos con ganas y mucha ilusión». Explica que en zapatería la facturación ha caído un 50% en mayo y junio y en moda, entre un 65% y un 75%. «Confiamos plenamente en que esto, si no va a ser igual, sea algo parecido a lo de antes; el comercio está luchando y aguantando el tirón», dice, y recalca que lo que necesitan es promoción, campañas de publicidad para que los malagueños vuelvan al Centro Histórico y la supresión de impuestos, al menos por ahora. «Tenemos el producto y la atención personalizada». Afirma Vera que todos los comercios que ella conoce van a abrir. «El otro día estuve por Císter, hay muchos cerrados», por ahora, tal vez porque esperan que se acaben los Ertes y aguardan a que vuelva el turismo; «otros del Centro se han ido a otros sitios, da la casualidad de que ha caducado el alquiler y suben mucho, los alquileres». Es decir, ha habido cambios de zona de comercios que estaban en el casco antiguo por los alquileres; otros, directamente, no han abierto porque no hay relevo generacional, «o por otras cosas». «En la calle Nueva, por ejemplo, han abierto tres; cierran unos y abren otros». La vuelta de los cruceros y los turistas es vital para estos comercios, así como también deben hacerlo los malagueños. «Hasta que no arranque la historia al 100%...», dice. Lo que ha hecho mucho daño al casco antiguo, indica, son las viviendas turísticas, porque cada vez hay menos vecinos.

Horarios comerciales

Esther Izquierdo, responsable de Comercio de CCOO Andalucía, dice no manejar datos de posibles cierres y asegura que, algunos de los que pueden cerrar o los más afectados económicamente, serán posiblemente quienes no hayan emprendido el camino de la digitalización para seguir vendiendo pese a haber estado cerrados, y destaca los problemas que los pequeños y medianos comercios andaluces están teniendo debido a que cada vez se permite a las grandes superficies abrir más domingos y festivos al año o por el decreto de la Junta que permite declarar zonas de gran afluencia turística a municipios con más de 100.000 residentes durante todo el año, no sólo en verano, de forma que todos, grandes superficies y pequeñas tiendas, podrán abrir los domingos, con la incidencia que eso tiene en el comercio de proximidad.