Cuando la pandemia poblaba de enfermos las habitaciones y las UCIS del Hospital Clínico Vírgen de la Victoria, los equipos de anestesiólogos, en un ejemplo de coordinación interna y de magnífica práxis médica, asumieron el control de muchos de los pacientes críticos que poblaban los nuevos espacios habilitados por la dirección del Hospital. Su vasto conocimiento sobre las diferentes técnicas de ventilación mecánica, oxigenación o la reanimación de pacientes críticos fueron claves para salvar con garantías lo peor de la pandemia.

¿Cree que la pandemia ha resaltado el papel de los anestesiólogos?

Creo que sí. No solo a nivel regional, sino también a nivel nacional e internacional los anestesiólogos hemos sido una pieza fundamental en el tratamiento de pacientes de Covid19. La Unión Europea de Médicos Especialistas publicó una carta en la que destacaba nuestro papel en la lucha contra el virus.

¿Cómo ha sido la coordinación con otras especialidades clínicas como intensivistas, neumológos, médicos de urgencias, etc?

En el Clínico tenemos una UCI de postquirúrgicos llevada por anestesiólogos que trabajan de manera continuada con pacientes críticos. Esto ha permitido que en los momentos en los que la afluencia de pacientes con necesidad de cuidados intensivos era tan alta, el servicio de anestesiología apoyara la UCI durante todo el proceso, pero además como la UCI se iba colapsando (ocupacion del 100%), la UCI de anestesia empezó a coger pacientes quirúrgicos y no quirúrgicos (infartos, sepsis, etc), que no podían sera atendidos en la UCI porque todos los pacientes que estaban allí eran Covid. Nuestra unidad se coordinó dentro del Plan de Contingencia de aumento de demanda asistencial que la dirección del centro ideó y nosotros fuimos ocupando espacios y aumentando las camas de críticos. Al principio de la pandemia teníamos 12 camas y en el pico más alto llegamos a tener 27. Incrementamos nuestra capacidad de asistencia en un 140%. Esta circunstancia ha provocado que el hospital no colapsara y hemos podido atender a todos los pacientes con necesidad de cuidados intensivos. Nosotros nos hemos coordinado con el resto de especialidades la manera de proceder a medida que ibamos creando áreas nuevas. Nuestra manera de trabajar ha sido interrelacionada y muy coordinada con el resto de servicios del hospital.

¿Cómo definiría la experiencia de trabajar durante el pico más duro y agudo de la pandemia? ¿Ha sido su experiencia más dura profesionalmente hablando?

Profesionalmente, por supuesto. Ha sido un trabajo muy intenso. El impacto que ha tenido la pandemia sobre nuestro sistema sanitario ha sido brutal y ha puesto de manifiesto la capacidad de implicación de los profesionales. Para los anestesiólogos ha sido una sensación reconfortante porque ha sacado de nosotros lo mejor que tenemos dentro. Ha sido un trabajo muy duro.

¿Ha llegado el momento de reivindicar una especialidad médica como la suya?

Nuestra especialidad está reivindicando ahora una tarea que llevamos haciendo muchos años. Hace poco salió una estadística que decía que el 53% de los pacientes críticos durante la pandemia fueron tratados por anestesiólogos y las áreas de anestesia, como ha pasado en el Clínico. En estas semanas nuestra actividad ha crecido un 366%, pero lo que veníamos haciendo antes del virus ha pasado muy desapercibido. En Catalunya y Madrid los servicios de anestesiología han sido los que han soportado y han apoyado a las UCIS cuando estaban desbordadas.

En el Clínico tuvieron que improvisar UCIS para acoger enfermos de Covid-19. ¿Cómo se organizaron y cómo dispusieron de los recursos?

El momento más difícil fue cuando la UCI médica se llenó al 100% de pacientes Covid, entonces muchos pacientes críticos de esa unidad empezaron a pasar a la UCI de anestesia. A través de los Planes de Contingencia que había ideado el Hospital, organizamos un área nueva en la zona de Partos. Allí se abrieron siete camas más que se llenaron en menos de una semana; uno de los módulos de la UCI también se llenó y preparamos el siguiente. Creamos un área de 6 camas de Cuidados Críticos en el Area de Despertar y además se quedaron preparados dos quirófanos también habilitados por si hacían falta, ya que en ese momento solo se atendían intervenciones urgentes y oncología y los quirófanos estaban dotados de todo lo necesario para atender pacientes críticos.

¿Tuvieron algún problema de falta de respiradores?

Teníamos respiradores para todas las camas de cuidados críticos. En las áreas nuevas teníamos los respiradores sacados de quirófano, que son modelos de última generación capaces de dar respuesta a las diferentes modalidades de exigencia respiratoria. En ningún momento tuvimos déficit de respiradores.

Esta pandemia ¿cree usted que fomentará nuevos modelos de organización hospitalaria?

No solo de organización hospitalaria, sino de organización social. Esta pandemia nos ha cambiado la vida social y profesionalmente y traerá cambios en la manera de organizar los hospitales y la sanidad de un país.

La pandemia ha demostrado la transversalidad de la medicina ¿Llegó un momento en el que las especialidades médicas quedaron difuminadas?

Creo que sí. La dinámica de trabajo que hemos llevado a cabo durante la pandemia ha impuesto la desaparición del tabique de las especialidades que implicaránuevas formas y dinámicas de organización con nuevas transversalidades.

¿Qué conclusiones profesionales ha sacado usted de todo lo que nos ha pasado durante la pandemia?

Desde el punto de vista personal, la capacidad de entrega que ha tenido todo el personal de todos los estamentos. Han sido momentos muy difíciles y el único objetivo era atender a los pacientes que demandaban asistencia médica. Esa capacidad de implicación y esfuerzo, para mí ha sido muy enriquecedora. Desde el punto de vista profesional pienso que la zona de confort de todos nosotros, los profesionales, se puede ver alterada mucho y hay que estar preparados porque a lo mejor, muy pronto tenemos que volver a saltar a la palestra.