La Asociación Provincial de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), que ha celebrado este jueves su asamblea general anual, ha mostrado su "enorme preocupación" por los efectos que el coronavirus está originando en la economía nacional y, fundamentalmente, en el sector constructor-promotor. Su presidente, Juan Manuel Rosillo, ha afirmado que "todas las alarmas encendidas están encendidas" y ha reclamado un gran plan nacional de infraestructuras, capaz de dinamizar la economía, a partir de los fondos europeos y de los remanentes positivos de los ayuntamientos

"No buscamos una nueva edición del Plan E del presidente Zapatero, sino aprovechar el momento para dar un salto cualitativo hacia la economía verde potenciando el uso de energías renovables en las infraestructuras del transporte, sanitarias o educacionales, o desarrollando proyectos de rehabilitación y regeneración urbana, así como mejoras en el ciclo integral del agua", ha manifestado.

Rosillo afirma que "la incertidumbre es la constante en estos días, donde vamos viendo la evolución de la situación económica casi al minuto, aunque no parece probable que conozcamos la magnitud de la crisis en nuestro sector hasta entrado el año 2021".

El presidente de la ACP recuerda que los pronósticos de crecimiento económico no son nada halagüeños, si bien "la situación tanto de la economía nacional, como la de nuestras empresas no es la misma que la existente en 2008 ya que, el ciclo expansivo interrumpido por la pandemia, a diferencia de lo ocurrido antes de 2008, no se ha caracterizado ni por un sobredimensionamiento de oferta inmobiliaria, ni por una sobrevaloración generalizada de la misma". A su juicio, esto "va a contribuir a limitar los efectos multiplicadores sobre el sistema financiero y sobre la economía en general".

Para Rosillo, el sector constructor-promotor, pese a sufrir un importante desgaste, "será el principal vector de tracción económica en ecorto y medio plazo, contribuyendo a la normalización de la actividad económica, laboral y de consumo, dada su rápida capacidad para estimular la economía y generar puestos de trabajo".

No obstante, avisó de que que "la clave de la recuperación estará en la inversión, tanto publica, como privada, de tal forma que siendo necesarias las inyecciones de liquidez o los subsidios a los parados no serán suficiente para reactivar, por sí solas, la economía".

También ha solicitado que se trabaje para seguir captando inversión privada hacia el territorio. "Los inversores, y especialmente en inmobiliario, conoce del potencial de Málaga y sólo necesita que se refuerce la confianza en el destino", ha apuntado.

Para ello, los empresarios, piden a los poderes públicos un "urgente plan" de estímulos, basado en la seguridad jurídica y en una política fiscal "atractiva", similar a la que ya tienen en marcha otros países del entorno. Sobre las medidas concretas que podrían ser incentivadoras de la inversión privada, destacaron la necesidad de apoyar el acceso a la vivienda para los más jóvenes, poniendo en carga suelo público y disponiendo avales, que así verían reducido el esfuerzo de ahorro inicial.

"Salen las cuentas para todos, al adelantar la edad de creación de hogares, sin desembolso alguno de la Administración, que sin embargo sí contará con importantes ingresos vía impuestos", ha opinado.

Además, los promotores han destacado la importancia para Málaga de la compra de viviendas por extranjeros. En el año 2019, un 28% de las viviendas vendidas, fueron adquiridas por foráneos, siendo el segundo destino a nivel nacional preferido para ello, detrás de Alicante. ACP pide un plan de actuación específico para el turismo residencial, con medidas concretas y competitivas frente a otros destinos cercanos competidores y que se encuentre al mismo nivel que los se realizan para el turismo estacional y otros subsectors. "Está económicamente demostrado la mayor aportación, per cápita, al PIB que realiza el turista residencial", ha destacado.