«Es que no puedo estar parado», confiesa Salvador Cobos. El artista malagueño, que cumplió 90 años en pleno confinamiento, es famoso por haber copiado a tamaño natural, con tanta paciencia como destreza, la obra completa de Diego de Velázquez.

En las pasadas semanas de cuarentena, además de continuar pintando en el estudio de casa de su hija Trini, en el Puerto de la Torre, donde vive, Salvador Cobos ha decidido pasar de los grandes formatos de Velázquez a una de las escalas más pequeñas: las de las miniaturas de monumentos y piezas arqueológicas de Málaga.

«Ya llevaba tiempo haciéndolas», cuenta y explica cómo en su haber ya tenía hace años un pequeño busto de su admirado Velázquez y unos tranvías de Málaga en relieve que sobresalían con gran veracidad de los cuadros que pintaba.

En esta ocasión, este miembro de la Asociación de Amigos del Museo de Málaga ha querido convertir en miniatura algunos de los bustos de terracota de inspiración romana del Palacio de la Aduana, originalmente instalados en 1877, coincidiendo con una visita de Alfonso XII a Málaga.

Además, ha reproducido algunas de las estatuas romanas que provenían del Museo Loringiano y que hoy se encuentran en la sección de Arqueología.

«Para hacer las miniaturas tengo todas las herramientas, hasta alfileres para pinchar las piezas y que no se caiga la cabeza», detalla.

Como explica, en una primera fase las figuras están hechas de plastilina y para endurecerla le aplica un barniz. A continuación, realiza un molde de silicona de la figura, «y cuando lo levanto, ya tengo el molde de silicona que es flexible y puedo echar dentro la escayola».

El proceso termina con una mano para tapar los poros y el barnizado. Y por supuesto, en algunos casos pinta las miniaturas para darle más realismo. Así, las esculturas romanas tienen un color «marfil, de tierra», para dar sensación de antigüedad.

El reto del marqués de Larios

De esta manera ha hecho unos diez bustos de la Aduana, dos clases de esculturas romanas, la Farola de Málaga (de unos 20 centímetros de alto), también cuenta con la torre de la Catedral, con el obelisco a Torrijos y entre sus piezas más llamativas destaca el grupo escultórico completo de la estatua del II marqués de Larios (de 27 centímetros de alto), obra original de Benlliure.

La miniatura del marqués de Larios, reconoce, ha sido un reto, en especial la escultura de la mujer con el niño en brazos, que ha necesitado de dos moldes para poder obtenerla.

Muchas de estas obras, detalla el artista, parten de las fotos que él mismo toma.

Además, entre sus próximos proyectos quiere transformar en miniatura el gran monumento a Manuel Agustín Heredia, obra de José de Vílchez, así como la fuente de las Gitanillas, de Adrián Risueño, recién devuelta a su emplazamiento de la avenida de Andalucía tras las obras del metro.

Aunque Salvador Cobos realiza estas pequeñas obras de arte por la satisfacción de crearlas, cuenta que está abierto a cualquier sugerencia.

Esta Málaga en miniatura, pese a su reducido tamaño, está llamada a seguir creciendo gracias a su arte.