La mitad de los rebrotes que están apareciendo en Andalucía están relacionados con las reuniones familiares pequeñas, como las comidas o incluso los funerales. Así lo confirmó hace uno días el delegado de Salud en Málaga, Carlos Bautista, poco después de que el Ejecutivo central recalcase esta misma tendencia a nivel nacional.

El último informe Situación de Covid-19 en España elaborado por el Instituto de Salud Carlos III apunta al entorno del domicilio como el «ámbito más frecuente de exposición» al virus y, en cuanto a la edad de los contagiados, aunque la institución refleja que el 70% se mueve entre los 15 y los 59 años, el porcentaje de hospitalizaciones y, en última instancia, las defunciones se ceba con la población anciana, con más de 80 años.

Estos datos han llevado a las autoridades sanitarias a poner el foco en las reuniones de las familias, en las que se tiende a bajar la guardia en cuestión de prevención y seguridad, como por ejemplo, mantener el distanciamiento interpersonal o el uso de la mascarilla en todo momento.

En Málaga, el caso más manifiesto fue el de una familia residente en la capital que acudió a un funeral multitudinario en Belicena, un pueblo de Granada, y que tuvo que confinarse en su domicilio tras detectarse un brote en el velatorio. Hubo que realizar más de 500 pruebas PCR con las que se detectaron hasta 45 nuevos contagios de Covid-19.

«Los primeros contagios se han producido en una media de edad de entre 15 y 35 años, ¿hace falta que diga dónde se contagian?», inquiere el epidemiólogo y catedrático de la Universidad de Málaga, Eduardo Martínez, que apunta a las congregaciones de jóvenes sin control ni medidas preventivas.

En este sentido, este experto en Epidemiología achaca la proliferación de brotes en el entorno familiar a la relajación de algunos de los miembros ante los riesgos de contagiarse, de manera que puede acabar infectando a sus propios allegados. «Esta gente también tiene familia y empieza a contagiar a personas de hasta 45 años y alguna persona más mayor. Esto es un tema de concienciación y de responsabilidad personal».

Por ello, aunque la situación epidemiológica de Málaga, según indica Eduardo Martínez, está bajo control, es preciso recordar la advertencia que, aún en fase de desescalada, lanzaba el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón. «Todavía existe la posibilidad de que un brote que se produzca por una pequeña fiesta inocente con familiares o amigos pueda ser el inicio de otra onda epidémica a nivel nacional».

Responsabilidad

«A veces no somos conscientes y parece un poco penoso ir a ver a la familia y mantener la distancia, es complicado», reconoce, con cierta comprensión, Eduardo Martínez, sin embargo incide en que es esencial preservar las normas básicas de seguridad -lavado de manos continuo, mascarilla y distancia social-para evitar los contagios entre familiares.

En este sentido, para el presidente del Colegio Oficial de Enfermería en Málaga, José Miguel Carrasco, es esencial que las autoridades sanitarias se cercioren de que la población respeta las normas sanitarias, también en estos contextos más íntimos.

«Cuando la ciudadanía no es consciente o no se da cuenta, nos tendrán que hacer conscientes de alguna manera, bien con campañas contundentes u otra manera, que es la sanción correspondiente», recalca Carrasco.

En cuanto a cómo organizar una visita a familiares o cualquier tipo de reunión o celebración, lo esencial es hacerlo al aire libre como, por ejemplo, en un patio o un jardín. En caso de que esto no sea posible, los familiares y amigos asistentes deben asegurarse de favorecer la ventilación en la habitación, así como colocarse guardando la distancia de seguridad para prevenir contagios.

«Hay dos estrategias: cuando estamos con el agua al cuello hay que aislar a todo el mundo porque no sabemos quién está contagiado y quién no. Cuando estamos en otra situación tenemos que aislar a las personas que están enfermas o son portadoras del virus para que los demás puedan tener una vida lo más normal posible, con la precaución de no contagiarse», concluye el epidemiólogo, que apela al sentido común. «Ahora mismo en Málaga no estamos mal. Los brotes están controlados, no se ha visto ninguna transmisión a nivel de población de forma incontrolada€ ¿que esto puede cambiar de un día para otro?, sí, pero ahora mismo estamos donde estamos».