El verano de las mascarillas ha traído consigo un sin fin de costumbres nuevas que antes ni siquiera nos planteamos. Una de ellas es el alquiler de piscinas privadas entre particulares, este nuevo «boom» de las piscinas ha irrumpido en este atípico verano y parece que lo ha hecho para quedarse.

No todo el mundo cuenta con piscina en su casa y por eso, tras el confinamiento, se ha disparado la venta de piscinas desmontables, a pesar de que muchas familias cuentan con una comunitaria, las medidas de seguridad y el temor al contagio hace que muchos este verano eviten su uso.

A pesar de que la opción de alquilar un inmueble mediante una web o aplicación era una práctica habitual, hasta ahora nadie se había percatado de que podía alquilar y sacar beneficio de su piscina particular. Por eso nace «Swimmy», el AirBnB o el Booking de las piscinas. Esta aplicación te permite reunir a un grupo de amigos en una piscina privada y a un precio bastante asequible.

La plataforma se creo en Francia, hace tres años, y se instaló en España en julio del pasado año; aunque opera desde hace años en países como Estados Unidos o Canadá. Pero no es hasta este año cuando se ha dado a conocer, debido a la crisis sanitaria.

Esta nueva opción tiene cada día más adeptos, ya que en España ya son más de 3.000 usuarios los que se han animado a arrendar su piscina por un precio determinado.

El alquiler medio suele rondar los 15 euros por persona, aunque el precio suele variar dependiendo de la características del lugar. Del precio medio del alquiler de piscinas, Swimmy cobra un 15% de comisión a los particulares que ofertar su piscina en la plataforma.

La función de la empresa es poner en contacto a usuarios con particulares que quieran usar sus piscinas ya sea durante unas horas o el día completo. El precio del alquiler suele variar en función de los arrendadores, ya que algunas piscinas no solo ofrecen baño sino que permiten hacer barbacoas o contratar el servicio de un catering.

Los anuncios ofrecen numerosos detalles sobre qué servicios están disponibles, como la característica de la piscina, si ofrecen algún extra como el acceso al jardín, tumbonas, duchas o si el propietario estará presente o no.

Para acceder a estos servicios tan solo basta con inscribirte en la página web, de manera totalmente, gratuita y una vez dentro buscar por zonas y señalar en un calendario el día que te interese. Una vez seleccionado debes realizar la reserva y el pago a través de la plataforma.

La aplicación ha supuesto en muchos casos un salvavidas económico para muchos usuarios, ya que también te da la opción de poder rentar la tuya, y así poder sacarte un sueldo.

No es de extrañar que Andalucía se encuentre a la cabeza en la lista de las comunidades que más piscina oferta.

Hay inscritas 21 piscinas con diversos precios, que oscilan entre los 5 euros por persona o los 25. La más barata está en Las Lagunas de Mijas, en Málaga y ofrece una piscina a dos niveles con chorros y una profundidad de 1,55 metros, con una capacidad máxima de 20 personas. Mientras que una de las más caras está a 15 minutos del centro de Sevilla, en una lujosa villa privada.

En tiempos de pandemia, el miedo al contagio es la principal razón que conduce a los usuarios a hacer uso de estas plataformas. Por eso, Swimmy, garatiza a sus clientes todas las medidas de seguridad pertinentes. Las piscinas privadas cuentan con una exhaustiva desinfección siguiendo todos los protocolos oficiales, ya que la plataforma publicó con los usuarios una guía anticovid.

Estas instalaciones desinfectan el agua mediante cloro o alguna otra sustancia con capacidad para eliminar virus y gérmenes. En el caso de las zonas comunes se limpian y desinfectan tras cada uso, así como es obligatorio el uso de geles y mascarillas.