La regeneración urbana del entorno de la Iglesia de Santo Domingo, en el corazón del Perchel, empieza a andar hoy con la salida a contratación pública del proyecto elaborado por el Departamento de Arquitectura e Infraestructuras de la Gerencia de Urbanismo, que será financiado con cargo a fondos europeos. El ámbito de actuación es de casi 8.000 metros cuadrados repartidos en tres plazas, la de la Religiosa Filipense Dolores Márquez, la de Fray Alonso de Santo Tomás y la de La Legión, que conforman las zonas de paso comprendidas entre uno de los templos centrales de la Semana Santa y el río Guadalmedina.

El objetivo, consta en la documentación del proyecto, es «la recuperación de la calidad urbana y ordenación del espacio público, devaluado por el clima de deterioro social entre vecinos y visitantes, para transformarlo en otro con mayores oportunidades y calidad». La rehabilitación urbana consiste en una intervención que «convierta al espacio en un entorno amable, protegido del sol, con mobiliario urbano accesible y disfrutable por todos, y, sobre todo, con mucha calidad, de modo que se eleve el nivel de espacio público de esta barriada». En la actualidad, «el espacio está solado con un pavimento prefabricado de hormigón que se encuentra, en líneas generales, en buen estado». «El contenido de este proyecto, no es, por tanto, un cambio de pavimento total, sino la creación de alfombras que sirvan de lugares de estancia y sombra. Para ello, se proponen tres conjuntos de pérgolas, bajo las cuales habrá bancos y fuentes bebedero».

Las pérgolas propuestas están conformadas por acero estructural y madera laminada. Se trata de elementos de cuatro por ocho metros que cuelgan de una viga en zigzag, de forma que las pérgolas «quedan suspendidas sobre el espacio de la plaza. Cada elemento del conjunto de pérgola está sustentado sobre un único pilar, provocando una ingravidez a lo largo del recorrido». Se ubicará además una zona de juegos infantiles en la plaza de Dolores Márquez, con el fin de «fomentar las relaciones sociales y el uso del espacio público». Los juegos cumplirán la normativa vigente, con una fuente bebedero y elementos de seguridad.

Para mitigar «la posible contaminación ambiental que pueda surgir desde el falso túnel del Guadalmedina, además del pavimento fotocatalítico, se plantará más vegetación en el talud existente, incluyendo la especie vetiver. Es la herramienta perfecta para formar rápidamente barreras vivas contra la erosión, cortavientos, pantallas acústicas, visuales y antipolución. Es una planta que lucha contra la erosión y la conservación del suelo y del agua». Asimismo, se sustituirán los ejemplares que se encuentren en mal estado en la Plaza Dolores Márquez, siguiendo indicaciones de Parques y Jardines, «con troncos de calibre no inferior a 25-30 centímetros. Se prevé un sistema de riego por goteo».

En la plaza de la Legión, se colocará una fuente ornamental de piedra circular. Se compone de un vaso circular de ocho metros de diámetro, pulverizadores que generan un efecto nube a una altura de entre 70 y 80 centímetros y un sistema de gota gruesa para evitar la dispersión de líquido fuera del vaso. También cuenta con luces Led con cromatografía de colores que dotará al espacio de «gran calidad arquitectónica». También se plantarán una línea de palmeras de la variedad 'Roystena regia', haciendo de este espacio «una nueva centralidad que contribuye a la rehabilitación y regeneración física, ambiental y social de la zona». Para contribuir al ahorro energético, agregan los redactores del proyecto, se «plantea un cambio de luminarias por otras de bajo consumo, obteniendo una mejora de la eficiencia energética y un aumento de las energías renovables en esta área urbana».

La obra tiene un plazo de ejecución de seis meses y un presupuesto de 1,16 millones de euros, según la documentación a la que tuvo ayer acceso La Opinión de Málaga. Recalca Urbanismo que la iglesia de Santo Domingo es un templo que data del siglo XV, edificado tras la conquista cristiana y originalmente ubicado extramuros de la ciudad medieval. Ya en el siglo XV existía el Puente de Santo Domingo, que conectaba la almendra central con el arrabal de Attabanim. El convento experimentó sucesivas ampliaciones a lo largo de los siglos.