¿Con qué sensaciones ha vivido estos casi cinco meses que han transcurrido desde que, coincidiendo con la declaración del estado de alarma, fue nombrado subdelegado del Gobierno?

Por mucha experiencia que uno tenga, lo del virus era algo completamente nuevo. Y yo tenía una gran preocupación porque no sabía si íbamos a ser capaces de parar un país, de esa manera, para evitar que se contagiase la mayor parte de la población. Luego, cuando vi que la gente estaba siendo muy responsable, me tranquilicé un poco y me dediqué a todo el trabajo que el Gobierno me pidió que hiciera.

¿Es aún mayor la responsabilidad cuando se sustituye a alguien con una trayectoria como la de María Gámez

María dejó el listón muy alto. He mantenido todo el equipo que ella ha dejado porque me parece de muy buen nivel. Y eso me ha facilitado mucho el trabajo. Como el virus era algo nuevo, María y yo no podíamos confrontarnos. Porque a ella la función que le ha tocado en Madrid, dirigiendo a la Guardia Civil, ha sido bien distinta. Al fin y al cabo, la pandemia era una cuestión nueva tanto para ella como para mí.

Aún están recientes incidentes como el acaecido en un local de ocio del litoral torremolinense, ¿en qué términos valoran los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado la respuesta de la población malagueña a las medidas preventivas que se exigen?

Una vez que ya no hay estado de alarma, la mayor preocupación están siendo las fiestas que no son legales. Y en el caso de los establecimientos que son legales, si cuentan con una licencia concedida por un ayuntamiento con unas determinadas condiciones de cumplimiento de normativa sanitaria, se debe clausurar inmediatamente ese sitio si lo incumple. La Junta acaba de publicar su ley de procedimiento sancionador con la que se puede llegar a multas de 600.000 euros por hechos muy graves. Estamos criminalizando a los jóvenes, pero hay de todo. Aunque es verdad que los jóvenes se sienten menos afectados porque piensan que a ellos no les va a pasar gran cosa y no va a ser grave, hay que concienciarlos para que no hagan ese tipo de actuaciones y sepan que pueden llevarle la enfermedad a las personas que más quieren, a sus padres o a sus abuelos. De todos modos, el virus puede surgir en cualquier sitio. Lo importante es hacer el trazado y aislarlo.

¿En qué líneas ha estado trabajando el Gobierno para que el sector turístico costasoleño se vea afectado en la menor medida posible por las restricciones del Reino Unido a sus viajeros?

Fue una sorpresa que el primer ministro británico saliera a decir que nadie estaba exento de hacer la cuarentena, viniera del lugar que viniera de España. El Ministerio de Asuntos Exteriores pensaba que el Reino Unido iba a aceptar un corredor sanitario con las islas, con Canarias y Baleares por su propia insularidad, y tenía en cartera proponer inmediatamente a la Costa del Sol como corredor. Eso nos causó un gran daño, estábamos intentando negociar que incluyera otro corredor con la Costa del Sol. Es una decisión que le corresponde a un gobierno extranjero que maneja sus propias claves políticas y económicas, y nosotros tenemos que negociar y discutir. Nos está salvando que haya sectores en la población inglesa y grandes touroperadores como la Tui que están en contra de lo que dijo el primer ministro porque les ha pillado por sorpresa, iban a venir y han tenido que anular sus viajes. Me parece muy fuerte que se aplique a todo el país cuando en España hay zonas que son mucho más seguras que Inglaterra.

Los chiringuitos valoraron la reducción del canon anual, ¿existen posibilidades de que se les exima del pago total?

Hace unos días, en una reunión de la subdelegada del Gobierno de Andalucía con la patronal de los chiringuitos se habló de la decisión ya final con la exención que nos parece razonable. Si tienes un negocio que no está abierto, no puedes ingresar y no puedes pagar. Pero una vez que estás abierto y tienes ingresos, estás en un espacio de dominio público que otro ciudadano no puede ocupar. Lo razonable es que pagues. Pero si hay 40 mesas y solo puedes usar 20, te proponemos que pagues por las 20. Eso es lo más justo. Les pareció muy bien y razonable pero, lógicamente, intentan no pagar en todo el año. En esta zona, los chiringuitos están teniendo una buena acogida porque le gustan mucho al turismo español. Hacer una exención total iría en contra de la ley. Entiendo la pretensión pero lo lógico es lo que se ha concedido.

¿Cree que el clima de crispación reinante en España ha sido un obstáculo más para el Gobierno de Pedro Sánchez a la hora de enfrentarse a la pandemia?

Más que un obstáculo ha sido como una molestia. Molestaban las palabras gruesas que, a veces, se utilizaban cuando los demás estábamos ocupados en lo importante. No ha sido un obstáculo porque a trancas y barrancas se han ido aprobando las prórrogas del estado de alarma y determinadas cuestiones que al Gobierno le interesaban. Había un partido que se liaba en banderas y colapsaba Larios porque decían que querían libertad, pero a la hora de la verdad el resto de los partidos han ido aprobando la mayoría de las medidas que era lo que necesitaba el Gobierno.

¿Considera que la gestión de la crisis sanitaria está siguiendo la línea adecuada desde que el Gobierno central soltó el mando único y las comunidades autónomas asumieron las riendas?

Creo que, a nivel general, sí. Lo están haciendo bien. Se están tomando medidas y el procedimiento sancionador recién aprobado por la Junta de Andalucía es contundente y muy serio. El problema es que antes había que tener un ojo puesto en la economía y ahora es un ojo y medio. Volver atrás es muy complicado. Hay que intentar que la salud sea lo primero pero que no se nos vaya la economía con carácter irreversible. Quizás la Junta tarde algo más para evitar eso, pero en principio lo está haciendo bien. Yo me estoy coordinando con ellos cuando es necesario. También es verdad que la responsabilidad de los ciudadanos es muy importante.

El reparto de mascarillas realizado en la provincia por la Subdelegación del Gobierno fue cuestionado por otras instituciones gobernadas por el PP.

Hice un primer envío para el transporte público de 570.000 mascarillas pero, como el colectivo que lo usaba esos días era mínimo, sobraron muchas. Y como estábamos en una epidemia muy dura, tras consultarlo con la Junta y Protección Civil, hicimos otro reparto entre colectivos profesionales que podían necesitarlas. Y como seguían sobrando, y a los ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes no les había entregado nada Diputación, decidimos adelantárselas. No sé por qué les molestó, cuando se lo había comentado a la delegada de la Junta y ayuntamientos del PP como Nerja o Torrox fueron los que más mascarillas se llevaron. El alcalde de Antequera hasta dijo que me iba a denunciar y todo porque solo se las había entregado a los del PSOE, lo cual era falso. Después, para evitar conflictos, se las di a la Diputación para que las repartieran ellos. Y ahí ya no hubo problemas. Pero eran del Gobierno.