Este verano tan extraño, que a veces no resulta turístico ni alegre, tampoco es monárquico. Qué lejos quedan aquellas estampas estivales en las que la llegada de agosto traía casi por decreto las regatas vacacionales de la Casa Real o los posados familiares junto a un palacio mallorquín, que forraban con un aire tan desinhibido como monárquico las portadas del papel couché. Tal despliegue de ocio sería ahora mismo imposible, y no solo porque la ostentación pública debe estar reñida con la pandemia.

La impopularidad que le ha traído a la Corona borbónica el escándalo de Juan Carlos El Emérito ha llevado a pensar a más de uno que las visitas de Felipe VI y Doña Letizia a las Tres Mil Viviendas sevillanas, un cine semivacío o un mercado de madrugada se asemejan al trajín de una campaña electoral.

Del marco al «meme»

Ciertas generaciones crecimos en colegios públicos en los que habían ido perdiendo presencia los crucifijos del franquismo para cederle el escaparate de la humilde pared a un solemne cuadro que enmarcaba una fotografía de los entonces Reyes de España: Sus Majestades Don Juan Carlos I y la Reina Sofía.

Los propios libros de texto acentuaban el carácter campechano que se asociaba al ahora emérito. Y, en nuestros domicilios, la televisión lo mismo lo convertía cada Nochebuena en un comensal más que, en la frontera con el verano, resaltaba su figura mientras le entregaba a un futbolista la Copa a la que le daba nombre, en tiempos en los que los abucheos en los estadios eran prácticamente impensables.

Quizás por todo eso, en estos tiempos tan dominados por las nuevas tecnologías y las redes sociales, asistimos con cierta perplejidad a esa lluvia de memes ante la que se corrobora que las generaciones jóvenes son más inconformistas y no ceden a la hora de correr un tupido velo.

En los últimos días, el baile de vocales que ha transformado a la Corona española en la Corinna suiza también ha derivado en recitales de irreverencia que saltan a la velocidad de la luz de unos teléfonos móviles a otros. En ellos, lo mismo se ve a Juan Carlos I ataviado con un traje de piloto de avión, junto a su séquito de azafatas, que aparece la exreina Sofía en un popular concurso televisivo buscando pareja.

Tuits irreales

Los políticos malagueños han mostrado respecto a la crisis de la Corona una postura similar a la de sus partidos matrices. De hecho, las reacciones han variado desde los polos más críticos a esas impresiones más contenidas de los grandes eslabones del bipartidismo, en las que se encuentra también el origen de la disonancia entre el PSOE y sus socios de Unidas Podemos en el Gobierno de España.

No obstante, sin salir de Málaga hay algunas reacciones en las redes sociales que, bien por su radicalidad o la extraña mezcolanza de contenidos, pueden calificarse de tuits irreales.

Como era de esperar en línea con los mensajes que está proclamando su formación, el coordinador regional de Izquierda Unida, el malagueño nacido en Madrid Toni Valero, llegó a señalar que «si lo del emérito eran actividades privadas es que creía que España era su patrimonio. Lo tienen muy difícil para defender al emérito sin tratarnos como a imbéciles. Si la defensa borbónica va a estar en manos de la nueva caterva reaccionaria, Felipe VI tiene un problema más grave que la huida de su padre. Fuga, huida, deserción, escapada, abandono. Ningún sinónimo lo deja bien», dijo en otros tuits.

En cambio, la exalcaldesa de Fuengirola por el Partido Popular y actual vicepresidenta del Parlamento de Andalucía, la sevillana afincada en la Costa del Sol Esperanza Oña, optó -para reaccionar a la noticia del 'exilio' del monarca emérito- por un totum revolutum que le daba licencia para ajustar cuentas políticas en otros ámbitos.

«Si tenemos una vara de medir con el Rey, me parece bien. Pero debería usarse también con los millones defraudados en los gobiernos PSOE, con los porcentajes de la familia Pujol, con el trato a los golpistas o con los que gestionan una pandemia sin comité de expertos», escribió la veterana Esperanza Oña en su cuenta de la red social Twitter.