La tercera edad es el colectivo más vulnerable ante el Covid. No hay vacaciones para el coronavirus, y por lo tanto, no hay que relajarse y la protección a este colectivo de edad es fundamental. De hecho, a finales de julio, de todos los fallecidos en la comunidad, 1.257 de ellos tenían 65 años o más. Es decir, el 87% de los fallecidos por Covid en Andalucía pertenece a la tercera edad.

558 usuarios de residencias de mayores en Andalucía han perdido la vida a causa del coronavirus, de acuerdo con el Gobierno andaluz. 58 de ellos, en Málaga. Debe uno, y todos, preocuparse.

«Por edad y patología es el sector más vulnerable. Lo que queremos es hacer de las residencias una burbuja. El coronavirus puede entrar aquí a través de los trabajadores y las visitas, por eso tenemos que llevar el protocolo a rajatabla», asegura Rocío Ávila, directora de la residencia Santa Ana (Álora). La Junta comunicó en el BOJA del pasado 4 de agosto que la dirección de los centros residenciales podría establecer un protocolo de visitas «modificado» o en su caso, «suspender las mismas», por lo que cada centro adapta los movimientos de entrada y salida según la amenaza.

Las residencias, ante los rebrotes que se sumergieron en primavera y emergen este verano, deciden restringir o limitar las visitas de familiares en los centros. «Visitas tenemos solo tres al día para el total de la residencia», apunta a este periódico Toñi Romero, directora de la residencia Doña Emilia, en Pedregalejo

Doña Emilia cuenta actualmente con unos 23 residentes: «es decir, cada residente recibe una visita por semana. Pero si la cosa vuelve a ponerse complicada, volveremos a restringir las visitas por completo», avisa Romero.

En el caso de que se autorice una visita, la Junta advierte en el BOJA citado que «la misma queda limitada a un único familiar». El visitante tiene que firmar un documento en el que aparezca su nombre, DNI o documento equivalente, teléfono, hora de entrada y salida del familiar y residente al que se visita.

«En nuestra residencia hemos limitado las visitas a una por mes y residente, y las salidas no se pueden realizar a no ser que sea para algo urgente, como citas médicas o algún tema de abogados. Estas son medidas que hemos tomado nosotros a nivel privado», destaca Ávila.

Por otro lado, la directora de Doña Emilia asegura que «salir, no sale nadie, a excepción de los trabajadores».

Preocupación

No solo los residentes, ni sus familiares; los trabajadores de las residencias, conscientes de la amenaza de un virus que, según la Organización Mundial de la Salud, se ha cobrado ya casi 30.000 vidas en España, muestran su inquietud: «Hay preocupación, especialmente entre los trabajadores, que somos los que salimos y entramos. Ellos están aquí dentro y están expuestos a que cualquiera venga, incluso sin síntomas. Aunque las visitas firmen el documento, no deja de ser un simple papel. O viene una carta que el cartero tira al buzón y quién sabe si tiene algo», señala Romero.

Las directoras de estos centros señalan que a cada nuevo residente se le realiza un test rápido y un cuestionario. «Si todo está correcto, la persona puede ingresar. Los trabajadores también nos hacemos test rápidos cuando volvemos de vacaciones», apunta Ávila.

A pesar de la preocupación de los familiares, Romero señala que «hay algunos que se lo toman más en serio, otros que no. Hay de todo. Pero nuestro personal está muy concienciado de que, para nosotros, ellos son lo más importante».

La Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM) advirtió estos días de que teme que los buenos números de las residencias duren «poco», y «desgraciadamente volverán los contagios» a dichos centros de mayores.

A pesar de ello, Elías Bendodo, consejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior y portavoz del Gobierno andaluz, anunció hace unos días que el 98,7% de las residencias de la comunidad están actualmente «libres» de casos positivos de coronavirus. Por ello, la Junta anunció que realizará «más control de las visitas, entradas y salidas de las residencias de mayores, centros de día y de participación activa».

El Covid no da tregua, tampoco en vacaciones.