La rápida actuación de agentes de la Policía Local de Málaga ha logrado salvar la vida de una bebé de ocho meses que se estaba atragantando con un plástico.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 11:15 horas de la mañana de ayer, jueves 20 de agosto, en un domicilio sito en calle Ebro, en la barriada La Palma, desde donde una mujer telefoneó a la Sala 092 de la Policía Local de Málaga alertando de que el bebé de su vecina no podía respirar.

Nada más conocer los hechos, dos unidades de la Policía Local de Málaga se personaron de urgencia en el lugar, comprobando a su llegada que la madre bajaba con la niña en brazos al portal del bloque en el que residen, encontrado los agentes a la bebé amoratada y respirando con mucha dificultad, ante lo que uno de los policías locales le practicó la maniobra de Heimlich para lactantes con la que, tras varios intentos, logró desobstruir las vías de la pequeña, que reaccionó expulsando un plástico que tenía en la boca así como varias bocanadas de leche, tras lo que rompió a llorar.

Viendo que la pequeña aún respiraba con cierta dificultad y no paraba de llorar, si bien estaba recuperando el color natural de su piel, ante la gravedad de los hechos y siendo el medio más rápido para llegar a un centro hospitalario decidieron trasladarla junto a su madre, una mujer de 28 años de edad, al Hospital Materno Infantil en un vehículo policial exento de mampara de protección.

Una vez allí, la bebé fue estabilizada por el personal médico, quienes informaron de que la maniobra realizada por el agente para desatascar la obstrucción motivada por el plástico que tenía alojado en las vías respiratorias resultó decisiva para el buen desenlace final de los hechos.

Finalmente, una vez estabilizada, la pequeña Retaj Alia quedó ingresada en el hospital en compañía de sus padres.

Maniobra de Heimlich en lactantes

La maniobra de Heimlich en lactantes consiste, a grandes rasgos, en alternar cinco palmadas en la espalda con cinco compresiones en el pecho aplicadas con dos dedos, trazando una línea imaginaria entre las tetillas del bebé, hasta que el objeto sea expulsado y el bebé pueda respirar, toser o llorar.