El máximo responsable andaluz de Izquierda Unida, el malagueño Toni Valero, varía en sus reflexiones desde la sintonía que une a su formación con Podemos hasta la disonancia que la separa de Anticapitalistas, la rama andalucista a la que se aferra Teresa Rodríguez para tensar la cuerda de la convivencia en la confluencia electoral Adelante Andalucía.

El último capítulo del enfrentamiento en el seno de Adelante Andalucía es que los afines a Teresa Rodríguez acusan a IU y Podemos de haber celebrado una reunión esta misma semana sin contar con ellos ¿Implica este encuentro una ruptura real?

Implica un intento de encauzar una situación anómala, antidemocrática. Una formación política como Anticapitalistas, que no está entre los fundadores y no consta en la coalición registrada en la Junta Electoral, se ha apropiado tanto de las redes sociales como de la marca electoral. De este bloqueo se saldría si Anticapitalistas -Teresa Rodríguez- corrigiese esa anomalía y se mancomunara de nuevo lo que es de todos. Lo que es de todos es de todos. Esta reunión del órgano legalmente constituido de la coalición se ha celebrado para avanzar en la resolución de ese problema.

¿Se pueden hacer muy largos los próximos tres años en todo lo relativo a la convivencia con los ‘teresistas’, que usan el nombre de Adelante Andalucía con vistas a mantenerlo en próximas convocatorias electorales?

Si la pretensión es excluir a los fundadores de Adelante Andalucía, a IU y a Podemos, mientras eso siga ocurriendo va a ser un escenario desagradable. Eso que no se termina de corregir nos resulta desagradable. Y trataremos de marginarlo porque no vamos a dejar que eso paralice la verdadera vocación que nos mueve a hacer política: mejorar la vida de la gente. Tenemos claro que, a partir del 1 de septiembre, debemos poner todas nuestras energías en lo que está pasando fuera de esta dinámica cortesana, que poco aporta a la ciudadanía andaluza. Nos vamos a centrar en hacer política con la gente en un escenario de crisis económica y social.

¿Se avecina un ‘divorcio’ en el Parlamento andaluz, de modo que Teresa Rodríguez y sus parlamentarios vayan por un lado y los de IU y Podemos por otro?

Hay un programa electoral que tiene plena vigencia, responde a las necesidades del pueblo andaluz y permite hacer una oposición constructiva por parte de todos los parlamentarios que se presentaron como Adelante. La ruptura no debería darse en términos políticos, pues el programa que nos llevó a formar ese grupo sigue siendo un programa que todos comparten. Ahora bien, ya veremos en qué medida quieren seguir siendo Adelante o no los diputados que se presentaron por Podemos y ahora han decidido irse con Anticapitalistas. Eso lo determinarán Podemos o Anticapitalistas.

¿Y en los ayuntamientos y diputaciones qué pasaría con los grupos de Adelante, teniendo en cuenta que hasta las próximas elecciones municipales se debe mantener la misma denominación con la que se concurrió a los comicios?

En los ayuntamientos y en las diputaciones, hay grupos formados por concejales que se presentaron por Podemos e IU y que, en un 95% o incluso un 98% de los casos, son de IU y siguen en IU o se presentaron por Podemos y siguen en Podemos. Ahí las tensiones no se dan. La cohesión y la coherencia van a ser total. No se ha producido una fuga notoria de personas de Podemos a Anticapitalistas que haya podido generar esa situación tan anómala. La coalición que se presenta en las últimas municipales estuvo formada, fundamentalmente, por Podemos, IU y algún partido independiente en alguna localidad de Andalucía. Por poner un ejemplo, en el grupo municipal de Málaga tenemos a dos concejales de Podemos en plena sintonía con el concejal que pone IU. Y en la Diputación, tres cuartos de lo mismo.

Uno de los principales argumentos de los ‘teresistas’ es que IU y Podemos terminarán apoyando, como ahora sucede a nivel nacional, un Gobierno del PSOE en Andalucía, ¿vería con buenos ojos aupar de nuevo al poder a Susana Díaz con la sentencia de los ERE aún tan fresca?

No es eso lo que yo tengo en el escenario. Ni en el horizonte. Ni creo que en eso esté la gente de IU -ni la de Podemos- cuando hace política en esta legislatura. Es una hipótesis que se pone como trampantojo para despistar. Es una trampa que pretende desviar la atención de la práctica antidemocrática que ha llevado a cabo Anticapitalistas en Adelante. Aquí lo que hay es un intento por parte de IU y de Podemos para construir una alternativa de Gobierno en Andalucía. Nos parecía que el espacio de Adelante Andalucía era idóneo para construir una política de mayorías sociales, con el que vincular a mucha gente que podría no haber votado nunca a IU o a Podemos. Por desgracia, esa operación la está poniendo en riesgo el sectarismo de Anticapitalistas, que está dejando a Adelante Andalucía en una situación muy difícil. Tenemos claro que, si en las próximas elecciones, podemos evitar que gobierne el ‘trifachito’ lo vamos a evitar. No es una derecha cualquiera, es una derecha que está normalizando el discurso ultra bajo una apariencia de moderación. Todos los escaños que tengamos los vamos a poner al servicio del cambio político en Andalucía. Nos gustaría liderar ese cambio. A partir de ahí, la aritmética diría. Hay muchas fórmulas para evitar que gobierne la derecha. Se puede cogobernar con el PSOE o no. Serán nuestras bases las que decidan cómo echamos al Gobierno de la derecha. Eso tendrá mucho que ver con los escaños que saquemos. Aunque falta mucho para esto todavía. Se trata de un horizonte muy lejano.

Hay quien dice que Teresa Rodríguez y su entorno quieren montar «una CUP a la andaluza». ¿Cree que el nuevo sujeto político andaluz al que aspiran puede derivar en algo así?

Por lo que plantean, huele a una refundación del Partido Andalucista. Es muy legítimo y respetable, pero quizás se queda corto y estrecho en el marco de lo que Adelante en su momento ha querido ser. Que era un espacio con andalucistas y muchísima más gente de distintas tradiciones y culturas políticas; todas comprometidas con Andalucía y enmarcadas en lo que podemos llamar la izquierda. Y, sí, los discursos que van enarbolando los vinculan sin ninguna duda con las izquierdas nacionalistas periféricas. En el caso de Andalucía, huele mucho a una refundación del PA.

¿Le avergüenza que el día del homenaje a Blas Infante sea asociado a la ruptura de la izquierda andaluza por el fracaso de la reunión de los actores de Adelante Andalucía y las posteriores acusaciones que lanzó IU contra Anticapitalistas?

Absolutamente. No tenía que haber pasado eso. Podría haberse evitado perfectamente. Y, de hecho, yo no entendí por qué sucedió así. Después de una reunión anterior que tuvimos de siete horas, nos emplazamos a otra y Anticapitalistas plantea que fuese ese día 10, el del homenaje a Blas Infante. Y, cuando nos sentamos, el escenario fue exactamente el mismo que nos encontramos en aquella reunión anterior tan larga. Salimos con un bloqueo y nos sentamos en otro bloqueo que no se modifica. Eso no era necesario. Fue un error. Es un daño gratuito que nos hacemos y al que sigo sin verle un sentido. No lo entiendo.

Anticapitalistas respondió a la denuncia de la apropiación de las redes sociales asegurando que IU había cogido «sin avisar» dinero del grupo de Adelante en la Diputación de Málaga, ¿qué uso se le ha dado a esos fondos?

Esa es una denuncia inmoral, que pone las cosas en un marco de debate en el cual hay que estar muy templado para seguir hablando. IU ha hecho lo mismo que lleva haciendo desde el primer día que existe Adelante Andalucía. Se han respetado los acuerdos económicos que se firmaron. IU es la fuerza política que, a nivel regional, menos recursos recibe en esta coalición con Podemos. Y los utiliza para hacer las campañas políticas, para las asesorías de los grupos institucionales… En definitiva, para lo que se utilizan esos recursos. Y Podemos tiene que contar con los recursos que le han tocado. El problema es que Anticapitalistas, como la dirección de Teresa Rodríguez ha sido hasta ahora la dirección de Podemos, ha disfrutado y ha gestionado los recursos económicos que se le daban a Podemos. Y así ha sido en los últimos dos años. A partir del cambio en la dirección de Podemos Andalucía, el nuevo equipo de Martina Velarde es el que tiene que gestionar esos recursos. Y nosotros, cuando nos toca hacerle esa transferencia a Podemos, se la hacemos a la nueva dirección para que gestionen el dinero que les corresponde en la acción política que tienen que hacer en el seno de Adelante. Aquí Anticapitalistas pretendía, y pretende, que incumplamos el contrato de reparto de los recursos entre IU y Podemos. Somos el daño colateral en esa disputa de ‘anticapi’ con la que pretende seguir gestionando los recursos que eran -y son- de Podemos. Me he quedado ojiplático al escuchar esa denuncia. Están quedando en evidencia y demostrando que quieren hacerse con unos recursos que no les corresponden. Esa denuncia ha sido un error muy feo que podían haber evitado.

De vuelta a la Diputación, donde IU tiene más recursos que Podemos. ¿Es cierto que a Podemos Málaga le corría prisa disponer del dinero y que IU se lo ha facilitado, a pesar de que la formación morada carece todavía de dirección provincial?

No sé si les corría prisa. Han entrado como dirección regional hace unos meses y, supongo, que igual que la dirección anterior tendría que afrontar el pago del salario de su personal político o abonar las facturas que les correspondan. No sé si les corría prisa, el ingreso se ha hecho en los tiempos previstos. Como siempre se hacen estos ingresos. No sé cómo son las cuentas de Podemos, no tengo ni idea. Pero sé cómo son las de IU y nuestro responsable de Finanzas en julio suele hacer frente una serie de gastos que están comprometidos. Imagino que Podemos estaría en la misma situación. No lo sé.

Da la sensación que IU y Podemos van ahora más que nunca de la mano y hablan el mismo idioma, ¿puede romperse el amor de tanto usarlo como sucedió con Ciudadanos y el PP?

La alianza de Cs y el PP respondía a una coyuntura muy tacticista y a la necesidad de ambas partes de no quitarse votos en determinadas circunscripciones. En el caso de IU y Podemos, la connivencia y la alianza tienen que ver con motivos más profundos. Coincidimos en un momento histórico excepcional de nuestro país. Por una parte, hay un riesgo de involución democrática por el avance de la ultraderecha. Pero, por otra, se ven mimbres y una voluntad de cambio en este país. Se refleja en un Gobierno central donde, más allá del PSOE, hay una fuerza importante a su izquierda. IU y Podemos se encuentran en la misma trinchera democrática. Sabemos que tenemos que ir hombro con hombro para afrontar los cambios que necesita el país. Y si no vamos hombro con hombro, el pueblo trabajador lo pasará mucho peor.

¿Pondría la mano en el fuego por Pablo Iglesias en relación a todo lo que rodea a la supuesta ‘caja B’ de Podemos?

Absolutamente. Hay una ofensiva muy grave que pone en cuestión los principios del Estado de Derecho. Se ha abierto una investigación a partir de una denuncia basada en rumores y por parte de un juez que tampoco remite a Fiscalía lo que debe. Esto se suma a otras investigaciones ya archivadas y que obedecen a la reacción de determinados estamentos de este país que no aceptan el cambio político. Que no aceptan que, además del PSOE o el PP, pueda haber otras fuerzas en el Gobierno de la nación. Al igual que ya ha sucedido en otros países, aquí empezamos a ver una estrategia de guerra judicial. Será otra denuncia que se archivará pero los titulares y el daño ahí quedan. Además, viene acompañado de un acoso fascista como el que ha sufrido la familia de Pablo e Irene en estas vacaciones.

¿Qué opinión le merece el manifiesto de apoyo a Juan Carlos I que han suscrito exaltos cargos del PSOE y del PP?

Es el ‘comando alcanfor’ que huele mucho a naftalina y no sé si quiere defender al Rey Emérito o algo más. Quieren defender sus propias trayectorias intentado negar algo tan evidente como que la monarquía es una institución opaca. Que ha funcionado sin transparencia y de ahí se han derivado comportamientos delictivos como los del señor Urdangarín y como podrían ser, con muchas evidencias, los que tenga el Rey Emérito. Esto demuestra que en este país hay una dinastía borbónica que se siente impune. Y la ciudadanía no es tonta.

Este verano, una de las cuestiones que más tinta derrama en Andalucía es la vuelta al colegio bajo la amenaza de la pandemia. ¿Es usted de esos padres que, a día de hoy, piensa dejar a sus hijas en casa o aceptará un regreso presencial?

Como padre estoy en esa duda. De hecho, la Asociación de Madres y Padres del ‘cole’ de mis hijas en Málaga, de la que formo parte, se está planteando la opción de no llevar a los niños. Había una oportunidad histórica para que el sistema educativo saliese reforzado. Lo que se llevaba pidiendo desde hace muchos años -bajada de ratio, mejora de instalaciones o contratación de más profesorado- ahora con la pandemia es una obligación. Pero ha sido todo lo contrario. Esta pandemia puede ser utilizada para debilitar a los centros públicos y favorecer a los privados. Los padres, madres y docentes estamos exigiendo lo que debemos. Clases presenciales con seguridad y, si no las hay, que no sea porque la consejería no ha hecho sus deberes sino porque nos obliga la pandemia. Vamos hacia un escenario en el que parece que no vamos a tener clases presenciales. Bien porque la Junta decida no abrir. Bien porque los padres decidan no llevar a sus hijos por razones obvias de seguridad. Es intolerable que por la dejadez de la consejería nos veamos en la tesitura de decidir si llevamos a nuestros hijos e hijas al colegio.

Concluimos con otro asunto que está de rabiosa actualidad. ¿Qué sería lo primero que haría si llega a su domicilio con su familia y se lo encuentra habitado por varios okupas?

Evidentemente, si voy a mi domicilio -que es el único que tengo- llamaría a la autoridad competente para que interviniese. Hay un problema en este país muy grave que imposibilita el acceso a la vivienda de muchas familias en situación de exclusión social. Y, a la vez, hay muchas viviendas vacías. Se está poniendo el foco sobre un fenómeno minoritario, que es el de la ocupación con fines delictivos. Yo lo diferenciaría del fenómeno de las familias trabajadoras que ocupan viviendas que están vacías. Ese es el caso mayoritario. Se pone el foco en otros casos porque se está potenciando el discurso de la aporofobia, del odio a los pobres.