Un vecino de Málaga de 63 años está siendo investigado penalmente como presunto autor de un delito de maltrato animal tras comprobar la Policía Local el estado en el que tenía cuatro de sus equinos. Según ha informado el cuerpo municipal, el hombre también ha sido denunciado por otras irregularidades detectadas en las instalaciones, localizadas en la Virreina Alta, en la zona norte de la capital.

La investigación se inició en el pasado mes de junio en unas cuadras sitas de la calle Salvador de Madariaga, donde los agentes del Grupo de Protección de la Naturaleza (Grupona) se entrevistaron con el propietario y lo acompañaron hasta el lugar en el que se encontraban cuatro de los animales. Según la versión policial, presentaban "un evidente estado de desnutrición, apreciándose en ellos un pronunciado marcado de sus estructuras óseas a nivel de cruz, costillas y cuartos traseros, sin grasa en el cuello y con el pelaje sin brillo". Los policías también comprobaron que, si bien había dos bidones con agua, los comederos estaban vacíos y no había comida en todo el recinto, argumentando el propietario que el confinamiento decretado durante el estado de alarma no le había permitido llevarles comida con regularidad y que comenzó a echarles la que tenía en una furgoneta.

Los agentes procedieron entonces a la identificación de los equinos mediante lector de chip. Uno de los animales era una yegua de 19 años en cuya cartilla equina aparecía como propiedad de otra persona, no habiéndose realizado el pertinente cambio de titularidad. También había una burra que presentaba heridas en sus patas delanteras y carecía de su documentación, otra yegua de 15 años y una potra de menos de un año.

Los funcionarios pudieron conocer que al interesado le constaban otros seis caballos más en el Registro Andaluz de Identificación Animal (RAIA), de los cuales otros dos se encontraban en el interior de un recinto cercano sito en una zona de campo. Se trataba de dos yeguas de 5 y 7 años que igualmente presentaban "un estado de desatención y desnutrición, con las costillas marcadas y los cascos dañados por la falta de cuidados". En cuanto a los otros cuatro caballos que aparecían a su nombre, el hombre manifestó que se los entregó a un tercero para que se los vendiera hacía varios años y no había vuelto a saber de ellos.

Preguntado por el libro de explotación agraria, el hombre dijo que se encontraba en posesión de su veterinario, siendo informado de que se remitiría oficio dándole conocimiento de todo lo actuado a la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de la Conserjería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía. Los policías solicitaron la presencia de veterinario del Servicio de Vigilancia Sanitaria-Ambiental del Área de Gobierno de Sostenibilidad Medioambiental del Ayuntamiento de Málaga para la valoración pericial del estado de los animales y realización de informe técnico. Este documento se envió desde el Centro Zoosanitario Municipal al Grupona, constatándose la presencia de tres animales de especie equina y uno de especie asnal, observando que presentaban todos una delgadez muy acusada por una clara carencia de nutrición, no poseyendo alimentos a su disposición, y añadiéndose que la asna presentaba heridas en las extremidades provocadas por picaduras de moscas y autolesiones por el picor que no habían sido tratadas por el cuidador.

Una vez culminada la investigación, el Grupona procedió a informar de los derechos como investigado no detenido como presunto autor un presunto delito de maltrato animal, remitiéndose diligencias a la Fiscalía Provincial de Málaga, Sección de Medio Ambiente.