Aquel 14 de marzo, cuando se decretó el Estado de Alarma, fueron muchas las vidas que se paralizaron. Y fueron muchos los voluntarios que decidieron ayudar a los que más lo necesitaban. Muchas fueron las noticias de personas que se acercaban a los hospitales a dejar cajas de material para los que estaban en primera línea.

En aquella confusa y difícil situación se encontraba otro voluntario, Plamen Pavlov, que durante la pandemia decidió aportar su granito de arena y donar más de 7.000 unidades de gel hidroalcohólico a todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado de la Costa del Sol: «Me sentía con la responsabilidad moral y civil de ayudar en todo lo posible», asegura Pavlov.

Reside en Fuengirola y dirige una empresa familiar de belleza y cuidado personal, Pavlova's, que «nunca paró de servir y trabajar durante el estado de alarma». Cuando comenzaron a ver cómo la situación empeoraba no duraron ni un segundo en ponerse manos a la obra. «Empezamos a ser conscientes de la gravedad de la situación. cuando más noticias veíamos, sobre la saturación en los hospitales, nos sentíamos un poco impotentes, porque uno siempre quiere ayudar en situaciones de necesidad», recalca.

Pero el punto clave y que empujó a Pavlov a actuar fue cuando comenzó a leer noticias sobre los contagios entre las fuerzas de seguridad: «Cuando nos enteramos de que había muchos policías que estaban comenzando a infectarse, decidimos comenzar a ayudar».

La primera donación fue en pleno confinamiento, y a pesar de la incertidumbre, su objetivo de ayudar no cesó: «Cuando hicimos la primera donación nos costó un poco porque no sabíamos como actuar, porque era una situación nueva, todas la puertas que tocamos eran un muro de hormigón».

Hasta que se encontró con Jupol, el sindicato policial, que se encargó de repartir los geles a todos sus compañeros del cuerpo: «Repartimos a todas las provincias, la primera fue en abril y ahora estamos también repartiendo. La labor de Pavlov ha sido encomiable e increíble, ha hecho más por nosotros que el propio Ministerio del Interior», dice Miguel Millán, presidente del sindicato.

Con los rebrotes, Pavlov ha vuelto a realizar otra donación: «Somos conscientes de que está empeorando y hay más brotes. No podemos imaginar a volver a la misma situación y hemos preferido adelantarnos y hacer los repartos con antelación». Estos repartos se realizan por la noche, «fuera del horario laboral», tal y como dice él mismo pero la sensación de ayudar es muy gratificante: «La felicidad y agradecimiento que hemos tenido y hemos sentido es increíble». Por su parte, Millán asegura que todo el cuerpo está muy agradecido: «Cuando podamos intentaremos hacerle un homenaje, porque se lo merece».