Aunque los propios representantes del sector admiten cierta «disparidad» de opiniones, los chiringuitos costasoleños respaldan el cierre nocturno de playas solicitado por la Junta de Andalucía a los ayuntamientos «si ha sido para acabar con los botellones y las moragas». «La arena se había convertido en un club de noche, con concentraciones que sustituían a los locales nocturnos que han cerrado y en la que los jóvenes destrozaban las hamacas cuando se tomaban cuatro copas», denuncian. En estos términos se expresó el presidente de la Federación Andaluza de Empresarios de Playas, Norberto del Castillo, quien reiteró que ve con buenos ojos el cierre nocturno de las playas del litoral costasoleño «si esto ayuda a evitar las moragas y los botellones que se estaban celebrando».

«Nosotros que los vivimos tan de cerca, estamos viendo bastantes excesos por la noche en la playa, se celebran muchas reuniones y botellones en la arena y las medidas tendrán que ver con eso que es tan difícil de controlar; tal y como vuelve a estar el tema de los contagios ya no sabe uno lo que será bueno y lo que será malo», expresó Del Castillo con resignación.

El portavoz del sector de los chiringuitos aseveró que «como no se permite la apertura de los locales nocturnos, la playa se estaba utilizando como club de noche con lo que conlleva todo eso». «Cuando se pasan con el consumo de alcohol, cometen todas las tropelías posibles en las instalaciones cercanas, rompen por ejemplo muchas hamacas y eso hay que perseguirlo», añadió Norberto del Castillo.

Así, el empresario de playa apuntó que esta restricción «no afecta excesivamente al sector» porque de noche el acceso a los chiringuitos «no es desde la playa sino desde el paseo marítimo». «Esto afecta en la parte sentimental, está claro que aquel que quisiera ver la luna con su pareja de forma afectiva ya no podrá hacerlo desde la arena y tendrá que conformarse con mirarla desde el paseo marítimo», indicó igualmente este empresario, que regenta un chiringuito desde hace más de medio siglo en el litoral fuengiroleño.

Del Castillo insistió en que la medida que clausura el acceso nocturno a las playas tiene sentido aplicarla «si se ha observado que se estaban cometiendo muchos abusos». «No sé si la mejor medida es cerrar la playa o establecer un control pero se estaba creando una situación bastante tensa en ese sentido; la gente joven llegaba, se tomaban cuatro copas, tiraban las hamacas, las pateaban y hacían cosas de ese tipo», relató.

A juicio del empresario, lo más evidente de todo es que «se estaban haciendo unas concentraciones sustituyendo a los bares que estaban cerrados». «No sé si era peor eso o los bares abiertos», matizó Del Castillo.

Asimismo, el representante de los chiringuitos se refirió a la caída del negocio que han sufrido estos establecimientos con la llegada de septiembre. «Hemos dado un bajón enorme, como de alguna manera ya preveíamos cuando se fuera la gente que ha estado en julio y agosto, que es un público nacional de ciertos entornos -Córdoba, Sevilla, Jaén o Madrid- y cuando estas personas se ha tenido que incorporar a sus actividades normales -familiares o laborales- se ha sufrido un éxodo terrible", apostilló este empresario de playa.

Del Castillo llegó a hablar de una bajada del 75% en la facturación con el inicio de septiembre, ya que la actividad actual de los chiringuitos se habría quedado reducida «a solo una cuarta parte» en el «verano más corto» que recuerda este veterano empresario de playa que abrió en los años 60 su chiringuito Los náufragos en Los Boliches y decidió no volver al norte, durante una excedencia que había pedido en sus cometidos como director de hoteles importantes en Barcelona o Cadaqués, donde entabló amistad con Salvador Dalí y Gala.

«Nunca habíamos vivido un verano de solo 40 días, hay que reconocer que en julio y agosto hemos tenido bastante gente, más incluso de la que esperábamos en estas circunstancias; pero también es verdad que el consumo ha sido más bajo: bien porque unos están en ertes, otros parados o quienes tienen unos pocos de recursos han optado por ser precavidos y no gastar mucho, esperando a ver lo que al final sucede con todo esto», incidió el presidente de la Federación Andaluza de Empresarios de Playas.