La pandemia ha volteado todo el día a día en los colegios de nuestra provincia. Todos los involucrados han tenido, tienen o tendrán que adaptarse a la nueva realidad en las aulas y en los centros educativos, pero son realmente los alumnos los que se enfrentan a un escenario no previsto ni imaginado por ellos en una vuelta al colegio que les provoca, en muchos casos, dudas, miedos e incertidumbres.

Hay que partir de la base que es importante entender que podemos seguir haciendo nuestra vida pero desde la prevención y el autocuidado, así, niños y adolescentes serán capaces de mantener sus rutinas, sus actividades extraescolares y sus juegos, vitales para el desarrollo de las habilidades sociales.

Los psicólogos creen necesario tener en cuenta una serie de puntos para encauzar y hacer más fácil la rentrée de los estudiantes a las aulas.

Los profesionales quieren llamar la atención de las familias y del profesorado ante cambios significativos en la motivación, en el ánimo o en el comportamiento de sus hijos, considerando si fuese necesario acudir a un profesional que pueda apoyar y acompañar a las niñas y niños en el proceso emocional que están viviendo desde que empezó el curso.

Otro de los puntos importantes que tienen en cuenta los profesionales es que las familias deberán explicar a sus hijas e hijos la nueva situación que se van a encontrar, y para ello tendrán que informarse en los colegios para saber exactamente cómo se van a llevar la vuelta a las aulas. Dar información a los pequeños, siempre según la opinión de los especialistas, les ayuda a encontrar seguridad y contención, y les genera una sensación de control mayor a si no disponen de tal información.

Se hace necesario pensar en prevención y no en miedo al contagio. Debemos cuidarnos entre todos, pero no es bueno tener miedo ante esta situación, sino respeto.

Las familias pueden buscar apoyo en centros de psicología en los que tengan desarrollado un programa para ayudar a gestionar las dificultades que se están encontrando en la educación de sus hijos y en su relación con ellos.

Sería muy recomendable que los colegios e institutos incorporen en su equipo psicólogos o expertos en educación emocional, teniendo en cuenta el gran impacto que la nueva situación puede tener en la conducta y el estado de ánimo de los niños y adolescentes. En caso de que no lo hiciesen, las familias pueden buscar el apoyo de estos profesionales de manera externa antes de que sea tarde.

Es importante para el miedo, la ansiedad y la desesperanza crear sentimientos opuestos como la esperanza, el autocuidado y el optimismo realista. Es muy importante saber que si actuamos de forma correcta, nos cuidamos y somos respetuosos con los demás, entonces todo irá bien.

En este curso que se inicia ahora se hace muy perentorio la petición por parte de las familias, y a través de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAS), de programas reglados de educación emocional en los colegios, ya sea a nivel presencial, si se puede, o de modo virtual, si no hubiese otra posibilidad.

Hay que afrontar este curso 20-21, «el curso de la pandenia» con garantías psicológicas suficientes que nos permitan desenvolvernos en el espectro aducativo a la altura de lo que somos: seres humanos en busca de una formación. Una cosa esta clara: seamos profesores, alumnos o padres hay que tener siempre presente que somos nosotros los que movemos nuestras emociones, no las emociones las que nos mueven a nosotros.