Cumplidos seis meses desde la declaración del estado de alarma, Málaga sigue liderando un tortuoso ranking que empezó con los primeros casos de coronavirus en la comunidad andaluza a finales de febrero.

Málaga es, por ahora, la tierra andaluza con mayor número de positivos diarios, ha batido sus propios récords y prácticamente duplica los casos confirmados por PCR acumulados con respecto al resto de provincias, con más de 11.171 positivos. Por detrás le siguen Sevilla (6.681), Almería (6.458), Granada (5.517), Cádiz (4.627), Córdoba (4.158), Jaén (3.067) y Huelva (961), según los datos arrojados por la Consejería de Salud a 14 de septiembre.

Estos datos acumulados junto a los de las hospitalizaciones (1.960), los ingresos en UCI (188) y los fallecimientos (308) desvelan que estos últimos seis meses pandémicos se han cebado especialmente con Málaga, la misma que despunta en todos los registros que atañen a las ocho provincias andaluzas.

«Cuando las comunidades autónomas competían por la desescalada decían que Málaga y Granada, que estábamos en las peores condiciones en aquel momento, no teníamos ningún problema. Casualmente nos hemos convertido en la peor», lamenta José Miguel Carrasco, presidente del Colegio de Enfermería de Málaga. «No hemos aprendido qué teníamos que haber hecho para evitar esta situación».

Ahora, a las puertas de un otoño más que difícil, Málaga mantiene un ritmo que supera con creces el centenar de nuevos positivos diarios detectados por pruebas PCR y suma más de un millar de diagnósticos semanales. Esto mantiene subyugada a la Atención Primaria, que muestra inequívocas señales de colapso -sobrecargada por los rastreos, la realización de PCR, las consultas telefónicas, presenciales y los trámites y gestiones burocráticas cambiantes- como ya alertaron los sindicatos y la propia comunidad científico-médica al comienzo de la época estival.

Además, este ritmo de transmisión, definida y desmentida por la propia Administración autonómica como «comunitaria» empieza a estrangular a los hospitales de la provincia, que encaran ya una segunda oleada.

«Se pensaba que el verano nos iba a dar una tregua, esta no se ha producido y el incremento progresivo no solo de contagios sino de enfermos que precisan un ingreso y cada vez más, por desgracia, en la UCI, pues nos lleva a estar en un estado de alerta continuo», advierte el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez, que atiende a este periódico en un pequeño lapso de cinco minutos antes de su próxima consulta.

Este facultativo reitera que a la provincia le faltan médicos y que la plantilla mayoritaria está envejecida y es vulnerable. Es imprescindible reforzar los equipos y mejorar las contrataciones. En cuanto a la saturación, se cierne en todos los niveles asistenciales:

«Lo vemos con enorme preocupación, con incertidumbre, con un desgaste físico y emocional impresionante».

«Tenemos que poner los medios necesarios para que lo que se nos viene en otoño con el incremento de patologías respiratorias pueda ser sobrellevado», añade Carrasco.

Vacunas

Los últimos coletazos de este funesto año estarán marcados por un elemento: las vacunas.

Tanto la que se tiene como la que aún se encuentra en desarrollo, esto es, la vacuna contra la gripe y la que inmunizará al ser humano del coronavirus. «Tenemos la vacuna de la gripe y cualquier ciudadano que lo tenga indicado se la tiene que poner por la salud de ellos y de la propia comunidad», recalca el doctor Sánchez e insiste: «Las actitudes negacionistas no tienen ningún sentido».

La campaña de vacunación de la gripe comenzará en la segunda quincena de octubre, según anunció el consejero de Salud, Jesús Aguirre, quien también espera recibir unas 300.000 dosis de la vacuna de Oxford a finales de año o principios de 2021.