En Andalucía pueden pasar hasta seis días desde que un paciente empieza a presentar síntomas de coronavirus hasta que recibe el diagnóstico tras la realización de la PCR. Así lo indica el último informe sobre la situación de la pandemia en España realizado por el Instituto Carlos III (Nº44).

Desde finales de agosto, ese tiempo medio de espera de los sospechosos de contagio para recibir los resultados de las pruebas ha aumentado 24 horas en la comunidad autónoma que, en el mejor de los casos, puede tardar dos días, según la institución.

Cuando se realiza la PCR, se necesitan unas 24 y 48 horas para tener el diagnóstico, aunque la delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Patricia Navarro, ya admitió esta semana la existencia de un «tapón» en los laboratorios del Servicio Andaluz de Salud que está causando retrasos: «Tenemos las PCR y los test aunque nos hace falta agilizar el poder dar esos resultados», reconoció.

La realización de esas pruebas recae sobre la Atención Primaria, que ha tenido que encajar esta nueva tarea con las ya asociadas a este nivel asistencial. Cecilio Linares, coordinador de Cuidados del Servicio de Urgencias de Atención Primaria estuvo al frente de planificar la toma de muestras en su distrito sanitario, Málaga-Guadalhorce, desde principios de marzo: «Te puedo decir que [los sanitarios] empezaron con 10, 12 PCR y han pasado a más de 50 diarias por centro. Estamos haciendo muchas».

Tanto es así que durante el verano, a pesar de ser período vacacional, los centros de salud de este distrito sanitario se han asegurado de formar a todo el personal de Enfermería posible y capacitarlos para la realización de pruebas PCR, de forma que puedan asumir un aumento de la carga de trabajo en caso de «avalanchas» de casos en otoño.

Además, el Valle del Guadalhorce cuenta con dos dispositivos móviles para hacer PCR a domicilio en caso de pacientes frágiles, dependientes... y también para usuarios internos en residencias y centros sociosanitarios.

«Los compañeros habrán tenido que dejar de hacer otra actividad o desdoblar tiempos. Esto ha llegado a incrementar otra tarea más, pero es prioritario en los tiempos que corren» mantiene Cecilio Linares, que coordinó también el paso de los puntos fijos de tomas de muestras desde el coche, como el de la Roca o El Cónsul, los «Mac Covid» al asentamiento de las consultas de realización de PCR en los centros de salud. «Ya tenemos a todos los centros de Salud de Málaga y Valle del Guadalhorce haciendo PCR».

Tras los contagios

En el momento en el que un centro de salud confirma una PCR positiva, se activa un estudio de casos directos que estuvieron con la persona infectada dentro de las últimas 48 horas.

Ese rastreo también corre a cuenta de los centros de salud, que mantienen a uno o varios profesionales asignados como responsables. Suelen recaer en la Enfermería -según la Junta, en Málaga son más de 1.400 enfermeras de Atención Primaria dedicadas a ello-, aunque pueden ser también médicos, epidemiólogos y sanitarios de otras ramas.

Todos los «rastreadores» recibieron una formación de la Escuela Andaluza de Salud Pública. «No todos los profesionales del centro de salud hacen labores de rastreo, suele ser un número determinado», explica Patricia Fuentes, técnico de Educación para la Salud Pública y Comunitaria del distrito sanitario Málaga-Guadalhorce. Hacer un estudio de contactos es un trabajo laborioso y extenso. Una PCR positiva supone tirar de un hilo que puede prolongarse según el ámbito de exposición.

«Asumir esos contactos significa que hay que llamarlos por teléfono, a cada uno de ellos y confirmar efectivamente que ha sido contacto estrecho. Una vez tenemos esa confirmación se le indica la PCR y cuarentena de 14 días». Sobre lo que supone esta función para la Atención Primaria, Fuentes sostiene hay una carga asistencial «Es evidente. Los datos son los que son, de todas maneras se está dando respuesta».