Si algo ha quedado claro durante el confinamiento debido al coronavirus, que duró más de tres meses, y que amenaza con volver, tal vez no con la magnitud anterior sino de forma más selectiva y limitada en el tiempo, es que nuestras casas no están preparadas para que alguien se confine; o, por lo menos, no están preparadas para que alguien se confine de forma cómoda. Estos fueron los pensamientos de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Málaga y de diveros promotores a la hora de crear viviendas postcovid-19.

Por ejemplo, la Gerencia ha trabajado, entre otros, con Otero Group a la hora de diseñar una de las primeras promociones de viviendas postcovid-19 de España, un proyecto en el que han trabajado juntos los técnicos del departamento que dirige Raúl López y los arquitectos de la promotora.

Así, la promotora, explica Rubén Otero, fundador y presidente de la empresa promotora, está preparando el proyecto básico para solicitar la licencia para una promoción de 46 viviendas, cada una de ellas de en torno a 70 metros cuadrados, a construir en el carril de la Cordobesa, junto a la parada de metro de la Princesa. «Hacían falta viviendas con más espacio, que se pudieran independizar. Si hay un confinamiento en los próximos años, o una persona o una familia tienen el virus, si todos lo comparten todo se infectarán». Esta vivienda genera estancias (sin obras) seguras y separadas si una persona debe aislarse.

¿Qué contienen estas viviendas? Dos dormitorios, dos baños, un salón con cocina y una sala acondicionada para el teletrabajo que también tendrá una pequeña cocina. Asimismo, hay un pequeño distribuidor anexo a la puerta principal. No hay paneles móviles de separación, sino que sólo con dos puertas más esa vivienda se convierte en dos estancias perfectamente habitables para una persona que deba confinarse del resto de la familia, de forma que cada domicilio resultante tendrá un dormitorio, un baño y un salón comedor con cocina, zonas a las que se podrá acceder desde el distribuidor.

Así, la propuesta de la promotora es que, de una vivienda de poco más de 70 metros, saldrían dos estancias perfectamente aisladas: cada una de ellas sería un salón-cocina-comedor-dormitorio (una de 26,81 metros cuadrados y la otra con 29,73 metros cuadrados); asimismo, cada una tendría su respectivo baño en estancia aparte (cada baño mide más de tres metros cuadrados) y el distribuidor, de 6,35 metros cuadrados.

Arquitectos

El edil de Urbanismo, por su parte, asegura que muchos arquitectos piensan ahora cómo generar un apartamento dentro de una casa «si alguien necesita aislarse de manera segura». «Con una vivienda de 40 metros cuadrados no puedo hacer dos de 20, pero sí puedo dar una licencia que contemple dos cocinas, todo ello para garantizar una situación sobrevenida de aislamiento temporal». Sin circunscribirse a este proyecto concreto, explica López que la idea en futuras promociones es que no haya elementos fijos ni dos entradas y salidas. «Nunca la licencia permitiría dividir la superficie pero sí generar elementos seguros de conectividad». «Se trata de habilitar en viviendas sitios seguros donde evitar mezclarse en la cocina o el baño y no tener que usar los mismos», declara.

Detalles

López apunta, en general, a la existencia de diferentes ascensores a un lado y a otro de la planta, «con edificios con elementos comunes como salas polivalentes, de teletrabajo, con el fin de dar servicios a la comunidad». «Estas ideas han ido creciendo, a medida que hemos trabajado se ha ido tirando del carrete, muchos constructores nos dieron ideas, se trabaja en propuestas duraderas de forma que, si bien es cierto que no podemos prever el futuro, sí sean polivalentes, de forma que, si hay un aislamiento, la construcción lo haga más cómodo. Creo que no hay nada similar en España. La promotora está ilusionada y contestaremos cuando presenten la licencia. Ambos estamos trabajando en este tema».

Insiste mucho López en que, en ningún caso, la Gerencia de Urbanismo permitirá que puedan salir dos viviendas en una (para ser habitadas de forma permanente), sino que se trata simplemente de que los estados de reclusión si llegaran nuevas pandemias o la estancia del coronavirus entre nosotros se prolonga, como parece, durante años, tengan mayores garantías «con nuevas distribuciones interiores, cuidado, nunca con elementos rígidos» (en este caso se refiere a futuras promociones).