«¡Mira, acaba de pasar una rata!», alerta María Camacho. A los pocos segundos, a la rata le siguen dos más pequeñas, que no se espantan ante la presencia de los peatones.

A las 10.30 de la mañana de ayer lunes, a plena luz del día, los roedores campaban a sus anchas por el solar, en el número 6 de la calle Jorge Juan, una pequeña vía con entrada por la calle Mármoles.

María, que vive de alquiler justo al lado y que tiene una hija de ocho años, reconoce que la vecindad con el solar se ha convertido ya en un problema de salud, entre otras cosas. «Ya no es por la gente que entra aquí, es por toda la basura que genera y porque todo está plagado de ratas», subraya.

Como explica, se encontraba cerrado con un muro pero fue abierto en diciembre del año pasado «para ver si había restos arqueológicos». Cuando finalizaron estas probables catas, un mes más tarde colocaron una valla metálica que luego fue tirada.

En este año, la vegetación y la basura han crecido a la par que las ratas, y también hay dos colchones dobles en los que este verano han dormido indigentes, algo que también causa problemas.

«Es vergonzosa la pelea con la droga que hubo anoche (el pasado domingo), decían que tú me das, tú me has quitado y me has robado», recuerda Lina Cruzado, vecina de la calle que hace seis meses puso su casa en venta, de momento con poco éxito. «Vienen a ver la casa, les gusta pero en cuanto ven el plan que hay aquí salen pitando», lamenta y señala una larga mancha de orín que sale del solar y cruza la calle. «Esto no es de ningún perro, esto lo ha hecho una persona, así amanece todos los días».

María Camacho, por su parte, recuerda que el solar también es el espacio que algunos eligen para soltar los bolsos. «Dan tirones, desvalijan y tiran ahí los bolsos», comenta, y subraya que cada vez son más los objetos de todo tipo que se van acumulando en la parcela.

Las discusiones en el solar también llevan a prolongarlas en la calle y a ocupar los escalones de entrada a las viviendas, por eso María Camacho comenta que su hija ha llegado a poner un cartel en el que recuerda que los peldaños no son bancos públicos.

Por su parte, Gonzalo García, propietario de una de las viviendas de la calle, lamenta la presencia de «ratas como conejos», además de cucarachas, mientras las vecinas señalan que también hay moscas y pulgas. Un panorama de insalubridad e inseguridad que ha dado lugar a varias quejas a la Policía Local, hasta ahora sin resultado.

Los vecinos reclaman al Ayuntamiento que obligue a los propietarios a limpiar, desratizar y a volver a cerrar la parcela de Jorge Juan, 6.

Respuesta del Ayuntamiento

El concejal de Urbanismo, Raúl López, explicó ayer que está a la espera de que el Servicio de Patrimonio de la Gerencia le informe sobre si ya hay alguna orden instando a actuar a la propiedad de la parcela. En todo caso precisó que si la situación higiénica es «insalvable», el Ayuntamiento actuaría en el solar «directamente» y luego pasaría la factura a la propiedad.