El proyecto de semipeatonalización del eje Álamos-Carretería, la ronda histórica del centro de la ciudad, licitado el pasado martes por Urbanismo, supone también la intervención en una serie de zonas emblemáticas para los malagueños como ocurre, por ejemplo, con la Tribuna de los Pobres, donde los técnicos del departamento que dirige el edil de Ordenación del Territorio, Raúl López, se han marcado el reto de «recuperar su estado inicial», usando, para ello, la documentación gráfica existente, relativa a los años sesenta, cuando se acometió este enclave popular santo y seña, por ejemplo, de la Semana Santa de la capital.

Ya en el proyecto de Carretería, consta en la parte destinada a la intervención ciudadana a través de los mecanismos de los fondos Edusi -europeos-, se habla de que es «un elemento de identidad de referencia para Málaga», una configuración que no se ha respetado con el paso del tiempo ya que, por ejemplo, las jardineras han sido reformadas con bloques de hormigón, «su valor es más identitario que material». En las reuniones con los vecinos, ha quedado claro, dice el Departamento de Arquitectura e Infraestructuras, «el alto valor de identidad que tiene el espacio para los malagueños», de ahí el esfuerzo de este negociado por «recuperar su configuración original, adoptando sus características a los condicionantes funcionales y de accesibilidad actuales».

Polémica

Así, recuerden que este proyecto generó mucha polémica por el diseño original y por la colocación del ascensor para salvar el desnivel (que obliga a recorridos superiores a 200 metros tanto si se realiza a través de la calle Postigo de Arance o subiendo la rampa del Pasillo de Santa Isabel, dicen los redactores en el informe sobre el proyecto elaborado tras el estudio de las opiniones de la anterior mesa de trabajo y las propuestas recibidas).

No en vano, en abril de 2019 el Ayuntamiento se brindó a estudiar quitar el ascensor previsto después de que varias asociaciones vecinales rechazaran una modificación radical de su estructura. Criticaron, fundamentalmente, el elevador si suponía eliminar uno de los tramos de escalera por completo. En julio de 2019, finalmente, se presentó el diseño final que respeta, al menos en su mayor parte, la esencia y el diseño actual. Así, la conexión vertical con el puente de la Aurora desde Carretería, que insisten los redactores fue una propuesta vecinal, «es una apuesta por la accesibilidad». De hecho, se modificó el diseño del ascensor respecto a anteriores propuestas «para ser menos invasivo con la escalera y se realiza con estructura metálica y cerramiento de cristal. Intenta ser lo más neutro y aséptico posible para no interferir en la imagen de la tribuna».

La intervención será, por tanto, una actuación de conservación y restauración de los elementos que configuran su imagen, así como la recuperación de elementos, dicen los redactores en el proyecto, que existían originalmente y que, por su deterioro o actuaciones posteriores, fueron desapareciendo paulatinamente. Todas estas actuaciones se adaptan a la normativa de aplicación.

«En planta se conserva el mismo trazado curvo que caracteriza a la escalinata, realizándose un desmontaje del peldañeado para la relabra de las piezas de piedra natural, ampliándose el descansillo central para su adaptación a las normativas de accesibilidad y usos que son de aplicación. Asimismo, se conserva el muro de mampostería y contención del Pasillo Santa Isabel, así como los pasamanos laterales y las farolas de cuatro brazos», recalcan los diseñadores del proyecto.

Asimismo, se recupera, a partir de la documentación gráfica existente, el diseño de los maceteros originales, así como los machones de piedra que sirven de apoyo a la barandilla sobre el muro. «Como intervención singular, para mejora de las condiciones de accesibilidad y conectividad entre el puente de la Aurora y el Centro Histórico se incorpora un ascensor en uno de los extremos de la escalinata».

Respecto a los elementos singulares, se realiza la conservación y recolocación de la farola en el centro geométrico del trazado de la escalera, «disfrutando de una situación estratégica y como punto de referencia para el entorno. Se realiza la recuperación del diseño original de maceteros, disponiéndolos de cuatro en cuatro y con un tamaño menor, con acabado exterior de piedra natural con un «llagueado alineado a la altura de cada peldaño y la conservación de los pasamanos de forja». También se recoloca el pasamanos del muro de mampostería en el nuevo muro del ascensor, concluyen los redactores.