El Mercado de la Merced tiene una nueva oportunidad para recuperarse como referente gastronómico en el Centro Histórico. La empresa malagueña Maskom asumirá la gestión de este recinto, que desde 2015 estaba a cargo de Ezebag2016 SL y de su proyecto de un mercado gourmet, que nunca ha terminado de despegar.

El Ayuntamiento de Málaga aprobó el pasado viernes la transmisión de la concesión para la explotación de este espacio a Maskomos, matriz de la cadena de supermercados Maskom. La idea de la firma malagueña es convertir esta zona, que ahora está concebida con varios puestos de mercado y una parte destinada a hostelería, en un supermercado gastronómico donde se combine la experiencia de compra con el consumo de algunos productos recién comprados.

Sergio Cuberos, presidente de Maskom, explica que la idea es adaptar el actual recinto hostelero del Mercado de la Merced para acoger un supermercado gastronómico "como cualquier otro, con el precio habitual de Maskom, que es económico, pero además se ofrecerá la posibilidad de consumir allí mismo o para llevar a casa una serie de platos preparados o que preparen en una parrilla una carne recién comprada, algo de pastelería o la bebida que habrá allí".

Además, se ofrecerá una amplia selección de productos gastronómicos de Málaga y otro algo más especiales, de tipo gourmet, aunque Cuberos insiste en que la idea no es crear un supermercado gourmet, sino un establecimiento accesible, algo distinto y con los mismos precios habituales de los supermercados de su cadena.

"Será un supermercado de concepto moderno, con algunas mesas para consumir allí, parrilla, cortadores de queso y jamón, servicio a domicilio... será muy innovador, porque en esa zona hay mucha carencia de algo parecido", insiste el presidente de Maskom, quien afirma que ya ha presentado en Urbanismo el proyecto de reforma interior del actual mercado y está pendiente de obtener su autorización "y la de Cultura, al estar en un entorno BIC".

La entrada de Maskom espera ser un revulsivo para este proyecto, que no ha terminado de funcionar desde que fuera inaugurado en 2015, intentando imitar el modelo de mercados gastronómicos como el de San Miguel, en Madrid. Eso ha llevado al cierre de la mayoría de los establecimientos que abrieron en su momento y algunos de los puestos del mercado tradicional de la Merced y que fueron reagrupado tras la reforma del recinto.

En 2017 hubo un intento de darle una vuelta a la deriva del mercado con la entrada de Julio Alberto Alfonso Bazo para que, por medio de una empresa especializada, asumiera la gestión del proyecto. Aunque se potenciaron los eventos y se renovaron algunos aspectos, no terminó de funcionar la zona gourmet, que ha quedado reducida a una presencia testimonial y con los puestos del antiguo mercado también muy afectados económicamente, llevando al cierre a algunos de los concesionarios.