«Existe reticencia a hablar de cementerios en nuestra cultura, es complejo», admitía la semana pasada la concejala Gemma del Corral, responsable de Parcemasa.

La paradoja es que, pese a ello, la visita al Cementerio Histórico de San Miguel es una de las favoritas de los malagueños cada Noche en Blanco. Este Bien de Interés Cultural, que se inauguró en 1810, sigue ganándose a pulso su condición de monumento histórico-artístico, con trabajos que, como resalta la concejala, no se frenan por la pandemia: «Aquí no se para de trabajar».

Una de esas tareas estos días es la conversión de varias salas exteriores de la plaza del Patrocinio en salón de actos y Centro de Interpretación. Se trata de antiguas salas de duelo y la sala del depósito judicial.

En todas se mantendrán los fastuosos techos y en la última, las mesas de autopsias y hasta las cámaras frigoríficas, incluido el motor, de 1983, fabricado en Barcelona, en funcionamiento hasta tres años más tarde, cuando el entonces alcalde Pedro Aparicio clausuró el camposanto.

Como recuerda Gemma del Corral, tanto en el cementerio como en la sala de autopsias se rodaron este mismo año, antes del confinamiento, escenas de la película norteamericana 'Operation Mincemeat' de John Maden (el director de 'Shakespeare enamorado'), todavía sin estrenar.

Tras el rodaje, cuenta Jorge Serra, director del Cementerio Histórico de San Miguel, el camposanto ha conseguido del atrezzo del film «un lavabo de mármol antiguo» que formará parte del mobiliario y equipamiento de las salas.

La idea, comenta la concejala, es que el Centro de Interpretación cuente la Historia de Málaga como las del multitudinario entierro de Félix Sáenz por las calles de la capital en 1926, cedidas por su familia.

«Quedan por recuperar las salas del ala izquierda, que ahora mismo se emplean como almacén y como vestuario de los trabajadores. Estamos todavía pensando el uso», señala la concejala, a quien le gustaría que con ellas ampliara el espacio la Asociación de Vecinos Victoriana de Capuchinos y de la Fuente, que comparte la antigua sala de pésames que está exenta en la plaza.

«Vamos a seguir haciendo catas»

El objetivo es que el 1 de noviembre, Festividad de Todos los Santos, estén listas las salas en rehabilitación y con toda seguridad, también los trabajos de recuperación de la capilla, en la que unas catas han dejado al descubierto una decoración pictórica al pie de las columnas en forma de rombos negros y amarillos. «Vamos a seguir haciendo catas porque posiblemente tengamos más», destaca Gemma del Corral.

De los trabajos en la capilla se encarga Enrique Salvo Rabasco, de Aetos. Además, también restaura el Cristo que la preside, del siglo XVI o XVII, que cuando regrese, con el fin de preservarlo ya no presidirá la capilla sino que se instalará en una hornacina con una Dolorosa a sus pies, informa Jorge Serra.

Ante el tamaño tan reducido del templo en estos tiempos de coronavirus, la idea que el Ayuntamiento baraja para el próximo 1 de noviembre -«si el tiempo acompaña», puntualiza Gemma del Corral- es que la tradicional misa del Día de Todos los Santos se celebre justo en la explanada delante de la capilla, abierta al público para que los malagueños la puedan contemplar.

Por otro lado, hay previsto un futuro proyecto de botánica funeraria, para adornar los panteones con plantas con ese matiz.

Con respecto a los panteones familiares, Gemma del Corral recuerda que al tratarse de una propiedad privada, «el Ayuntamiento no puede intervenir» para recuperarlos.

En casos de fuerza mayor o si no hay constancia de los propietarios el Consistorio sí ha podido hacerlo. Pero también hay restauraciones particulares previstas, como la del panteón de Martín Heredia Escolar, hermano de Manuel Agustín Heredia, que restaurarán sus descendientes en breve.

Evidencias, en suma, de que la recuperación de esta joya del Patrimonio de Málaga no se detiene. Sólo falta que los malagueños la conozcan más.