«Empezamos en noviembre de 1988 en la calle Fernando el Católico, donde iban nuestros amigos para hacernos un favor», recuerda Enrique Ortigosa con una sonrisa.

Este librero de 61 años lleva desde entonces al frente de la librería cristiana Renacer, que ha pasado la mayor parte de su tiempo en la calle Granada -desde 1991- pero que en 2015 tuvo que trasladarse a Carretería, 67, muy cerca de la plaza de San Francisco, debido al alza de los alquileres: «Con la ley Boyer nos multiplicaban por cuatro el alquiler así que tuvimos que irnos», comenta.

A los amigos, Enrique Ortigosa les comentaba en broma que más que un traslado había sido una 'caída', «pero nos pusimos en pie, cogimos el andador y a afrontar el día a día», subraya.

En estas últimas palabras subyace el carácter optimista del librero, que pese a que dejó la calle Granada, uno de los ejes peatonales del Centro y a que Carretería está «en el anillo» y con coches, también resalta que «gracias a Dios, todavía queda mucha gente en Málaga que viene a cosa hecha a buscarnos».

'Renacer' puede decirse que también ha vuelto a nacer en el nuevo emplazamiento, por eso Enrique, que cuenta que ha vivido incontables obras en la calle Granada además de en el antiguo inmueble de la librería, resalta que no teme a las inminentes obras de semipeatonalización de la calle Carretería.

«Ojalá que no se eternicen, pero habrá que hacer lo que siempre hacía en los tiempos de obras en la calle Granada: informar a nuestros clientes de que a pesar de la obra estamos abiertos, que se puede llegar», subraya.

Y para no perder el contacto con ellos, Renacer ha ido adaptando su estrategia de fidelización: «Empezamos mandando una carta al mes con las novedades, luego por correo electrónico y ahora, desde que mi hijo colabora conmigo, hemos accedido a las nuevas tecnologías: instagram, facebook y twitter».

Su hijo Elías, por cierto, traductor de inglés, francés e italiano de 25 años, comenta que no cierra la puerta a continuar con la librería cuando su padre se jubile. «Tal como estamos no se puede cerrar, y más cuando es algo que te gusta», confiesa.

El tiempo del confinamiento, comenta Enrique Ortigosa, le ha servido para replantearse la tarea de librero: «La retomamos con todas las ganas del deber moral de trabajar pero sabiendo que la vida no está en estos metros cuadrados. Por eso los viernes por la tarde ya son para la familia», subraya.

Acostumbrado a tener una semana de vacaciones al año, destaca que sus vacaciones han sido esta vez los meses del confinamiento. Lo que Renacer está empeñada en mantener es el reparto a domicilio, una novedad que trajo el coronavirus y que le permite seguir atendiendo a clientes, algunos de ellos mayores y con miedo a la Covid-19».

En estos 32 años al frente de Renacer, Enrique destaca que los libros más vendidos siguen siendo los místicos españoles «y los escritos espirituales de Carlos de Foucauld, porque si San Francisco es el Jesús de la Edad Media, Foucauld lo es del siglo XX».

Al echar la vista atrás, no sólo se siente orgulloso de su renacida librería de 32 años, también de que los libreros del Centro hayan tejido una hermosa red de solidaridad entre ellos.