«Serían las 2 o las 2.30 de la mañana cuando escuché algo, pero estaba muy oscuro. Por la mañana, al salir a trabajar, es cuando vi a la policía vallando la calle», cuenta esta semana Jesús Manuel López, vecino de la Virreina Alta en la zona más próxima al puente del Conservatorio.

Jesús Manuel hace referencia a la noche del 24 de enero de este año, la siguiente a la del famoso granizo, cuando el muro de ribera junto al Guadalmedina cedió y con él un tramo de acera de la calle Joaquín Gaztambide, lo que de paso provocó el derribo de una farola.

Nueve meses más tarde la situación no ha cambiado, lamenta este vecino, mientras contempla, junto al camino terrizo del río, restos del lienzo del muro y la farola desplomada.

La policía valló la calle y desde enero así sigue. Como explica, el corte obliga a los vecinos a dar un gran rodeo. «Antes venías de la autovía y te metías directamente por la calle. Ahora, o bien bajas a la barriada de la Sagrada Familia, hasta el puente y subes con el coche, o bien bajas hasta el final de la avenida Jane Bowles y subes. Es una vuelta que es un fastidio, cuando está la calle aquí», resalta.

En el tramo cortado al tráfico de coches -no así al peatón, pues se puede seguir pasando por la acera de enfrente- se aprecian grietas en la calzada, además del tramo desplomado.

«Esto sigue como en enero, con las plantas creciendo por las grietas porque ya no entran a limpiar», comenta el vecino, que señala además la acumulación de basura y la presencia de arbustos en este tramo antes impoluto.

Cuando el pasado mes de abril, en pleno confinamiento, Jesús Manuel se puso en contacto con La Opinión, el concejal de Urbanismo, Raúl López, ya explicó que a causa de las lluvias, «el terreno se ablandó y se desprendió el acerado y la parte que lo sostenía, el muro de ribera del Guadalmedina». Entonces informó a través del diario que la Gerencia de Urbanismo estaba haciendo sendos estudios geotécnico y topográfico, por la cercanía del río. «No será una obra de llegar y reparar, hay que ver cómo se regenera para que no vuelva a ocurrir», explicó entonces.

A Jesús Manuel López el tiempo transcurrido desde el accidente, nueve meses, le parece más que suficiente para que el Ayuntamiento hubiera tenido a punto ya el proyecto. «Este es un tramo pequeño, como un campo de fútbol sala, no tiene más. No es que Gaudí vaya a hacer aquí la Sagrada Familia», ironiza.

El vecino de calle Joaquín Gaztambide aprovecha para criticar lo que a su juicio es una discriminación del distrito de La Palma-Palmilla hacia la Virreina Alta. «Nos sentimos un poco abandonados de la rotonda para acá. Entiendo que en la otra parte tengan más trabajo, pero aquí hay 2.500 viviendas, pagamos nuestros impuestos y tenemos nuestro corazoncito», subraya.

Respuesta del Ayuntamiento

El concejal de Urbanismo Raúl López atendió ayer a La Opinión para informar de que la Gerencia ya tiene listo el proyecto de reparación. «Lo único que falta es la financiación, que trataremos de buscar para ir sacándolo adelante», indicó.

Con estos datos, el concejal se comprometió a licitar la obra de calle Joaquín Gaztambide «entre este año y el primer trimestre del año que viene», destacó.