La nueva ordenanza de Movilidad saca a las bicis y los patinetes eléctricos de la acera y las zonas peatonales y los manda a la calzada allí donde no haya carriles bici. En el confinamiento, Movilidad señalizó hasta 57 kilómetros, 110 calles, para que pasaron por ellas ciclistas y usuarios del patinete: en calles con dos carriles por sentido se reserva la preferencia para el paso de estos vehículos y se limita su velocidad a 30 km/h. Ha habido críticas sobre la posibilidad de que se produjeran accidentes y siniestros al convivir los patinetes con coches y motos. Por ello, el Área de Movilidad asegura que va a hacer sobre esos carriles «itinerarios seguros» para ciclistas y patinetes.

¿Cómo? Pues va a mejorar su señalización. De esta forma, el carril va a estar separado del resto de zonas de la calzada por una línea discontinua blanca el doble de ancha de lo habitual (30 centímetros), habrá señales viales y verticales muy explícitas, las bicicletas y los patinetes tendrán preferencia sobre los coches, aunque estos sí podrán usarlos, pero se aconseja que el discurrir de estos automóviles por estas zonas sea mínimo (además, las medidas de calmado de tráfico harán que deban circular a poca velocidad).

Hay más: se harán campañas de concienciación para que los conductores respeten a ciclistas y usuarios de patinetes e, incluso, se baraja la posibilidad de implantar radares para que se respeten los 30 km/h. Asimismo, estos 57 kilómetros de carriles «ciclables o itinerarios seguros», como los llama el edil de Movilidad, José del Río, se van a conectar con los 45,69 kilómetros de carriles bici, es decir, de uso exclusivo para ciclistas y usuarios de patinetes. Actualmente, son 110 las calles con carriles de uso preferente de ciclistas y patinetes y, según explicó Del Río, la idea es pasar de los 57 kilómetros a los 100.

«Tenemos que mejorar esos carriles ciclables que, de alguna forma, hemos marcado en el confinamiento, prácticamente hemos llegado a 70 kilómetros (esto es lo previsto, pero se han marcado 57 kilómetros por ahora), y ahora mismo estamos viendo en ciudades que han puesto en marcha este sistema: hablan de señalizar un carril calmado de tráfico, limitándolo a 30 km/h, pero además se ve claramente que el carril de la derecha se marca con una línea discontinua mucho más ancha, 30 centímetros, donde se limita la velocidad; se marca claramente el carril preferencial para la bicicleta y los vehículos de movilidad personal, se complementa en señales verticales», dice.

«Hacemos una red de carriles donde la ciudad a corto plazo, en dos meses o dos meses y medio, vamos a tener una serie de pruebas piloto que nos van a marcar claramente la apuesta del equipo de gobierno por garantizar y dar seguridad a las bicicletas y los vehículos de movilidad personal».

Señala Del Río que habrá campaña para los conductores, llegando incluso a «colocar radares si es necesario para controlar la velocidad en esos carriles». Asimismo, indica que «cuando terminemos el proyecto casi llegaremos a los 100 kilómetros». La idea es hacerlo desde ya para extremar la seguridad antes de que la Ordenanza de Movilidad entre en vigor.

En cuanto a unir la calzada con los carriles bici habrá que estudiar qué calles son las mejores, porque la idea es que haya continuidad. Un ejemplo que pone Del Río es el de unir Puerto Sol con un carril «ciclable» al cercano carril bici. El concejal afirma que ya ha trasladado esta iniciativa que se llevará a cabo a corto plazo a algunos representantes de asociaciones de ciclistas y que, de momento, lo ven con buenos ojos.