Jupol, el sindicato mayoritario de la Policía Nacional, ha vuelto a denunciar el criterio que la institución utiliza a la hora de entregar las medallas al mérito policial, ya que considera injusto que muchos agentes que cumplen los requisitos para acceder a una condecoración se queden sin ella mientras los responsables del cuerpo sí las conceden a personas ajenas al cuerpo.

Según los datos que maneja la organización, la Dirección General de Policía (DGP), que a causa de la pandemia no ha organizado actos de entrega el 2 de octubre con motivo del día del patrón, ha repartido en toda España unas 300 medallas honoríficas al mérito policial con distintivo blanco y otras dos rojas a jueces, actores, directores de hoteles, limpiadoras o presentadoras de televisión, mientras «muchísimos» policías que han protagonizado grandes servicios o ya cuentan con la trayectoria suficiente para recibirlas se han quedado sin ellas.

Descartes en Málaga

El sindicato asegura que entre los descartes se encuentran los policías de Málaga que el pasado mes de agosto consiguieron reanimar a una bebé de apenas un mes de vida en Pedregalejo; el agente que murió en un accidente de tráfico la misma noche que sus compañeros lo despidieron al cambiarse de grupo; o Sebastián, el inspector de la policía científica que murió víctima del coronavirus en plena pandemia. «No estamos en contra de que la policía reconozca la extraordinaria labor de otros profesionales, pero no nos parece apropiado concederles medallas al mérito policial tan a la ligera», asegura el secretario de Jupol Málaga, Miguel Millán, quien añade que cada año son muchos los agentes que se quedan sin su merecido reconocimiento al que sólo pueden acceder de dos maneras. Para optar a la blanca es necesario tener un mínimo de 10 años de servicio y al menos entre 10 y 15 felicitaciones públicas, aunque también se puede acceder a ella por una actuación muy destacada. Según la peligrosidad, se puede conceder la roja, medalla que conlleva un incremento del sueldo base y trienios del 10%. Pese a que la blanca no es pensionada, Millán asegura que es «muy deseada por cualquier policía que sabe que la merece».