Los secretarios generales de los sindicatos CCOO y UGT en Málaga, Fernando Cubillo y Ramón Sánchez-Garrido respectivamente, afirmaron ayer que es «necesario» pactar un «nuevo Contrato Social para la Recuperación y la Resiliencia» que asegure que la economía pueda recuperarse y afrontar así «los desafíos convergentes de la pandemia, el cambio climático y la desigualdad». Los sindicatos CCOO y UGT convocan este miércoles, 7 de octubre, una nueva edición de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente (#JMTD20) que en Málaga contará con una concentración a las 12.00 a las puertas de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM).

Se trata de una jornada que se celebra a nivel mundial para reclamar que el «trabajo decente» sea «un elemento central de las acciones gubernamentales para recuperar el crecimiento económico y construir una nueva economía que dé prioridad a las personas».

Sánchez-Garrido afirmó que «los efectos de la pandemia sobre la salud, el empleo, los ingresos y la igualdad de género resultan aún más catastróficos teniendo en cuenta que el mundo estaba ya fracturado, con un modelo de globalización fallido ocasionando una arraigada desigualdad e inseguridad para los trabajadores».

UGT aseguró que Málaga tiene «unos niveles de pobreza, de exclusión social que provocan que un gran elevado número de personas deban utilizar comedores sociales y ayudas sociales para sobrevivir». Los parados de larga duración superan las 65.000, elevando el porcentaje de personas sin protección por desempleo a más del 40% del total.

Por su parte, Cubillo, de CCOO; instó a recomponer un marco normativo y de incentivos «que aborde definitivamente la precariedad estructural de nuestro modelo laboral, facilitando herramientas de flexibilidad interna pactada en las empresas, pero a la vez sometiendo a serias restricciones legales al modelo de temporalidad, parcialidad y despido». También apeló a fortalecer el papel vertebrador de la negociación colectiva; potenciar las políticas activas de empleo y los servicios públicos de empleo; y reformar los sistemas de prácticas no laborales.

«Málaga necesita una nueva cultura empresarial que reconozca que hoy en día es la sociedad la que está salvando a las empresas y que apueste decididamente por sumarse a esa imprescindible solidaridad sin la que no saldremos de esta situación», reclamó.