La posible fusión entre Unicaja Banco y Liberbank tendrá un impacto en las plantillas, en las redes de oficinas y en los servicios centrales, aunque podría ser leve, debido a que son bastante complementarias en términos geográficos y también a que ambas entidades ya han hecho recortes recientemente.

Según fuentes sindicales consultadas por Efe, que recuerdan que la fusión aún no se ha confirmado, la mayor preocupación la plantearían las duplicidades en los servicios centrales de la entidad fusionada, así como la posible ubicación de los mismos.

Unicaja, con sede central en Málaga, tiene sus servicios centrales repartidos entre esta ciudad y Madrid, mientras que Liberbank -resultante de la unión de las antiguas cajas de Asturias, Extremadura, Cantabria y Castilla-La Mancha- los tiene en Asturias y en Madrid, aunque con más peso en el Principado, donde tiene un hondo enraizamiento.

En cuanto a las oficinas, Cáceres, Ciudad Real y Madrid son las áreas en las que se darían los mayores solapamientos, que las fuentes confían en que se resolverán sin necesidad de despidos.

También destacan que esta va a ser la primera fusión que se negocie con el nuevo convenio colectivo del sector en vigor, que regula por primera vez el teletrabajo, una opción que ya ha demostrado su eficacia durante la pandemia y que podría ayudar a evitar traslados forzosos.

La unión de estos bancos de antiguas cajas daría lugar al quinto grupo financiero español, con unos activos totales de unos 100.000 millones de euros, una red de más de 1.600 oficinas y una plantilla de algo menos de 10.000 trabajadores.

Según las fuentes consultadas, con su fusión, las dos entidades podrían sortear la escalada de la morosidad crediticia que el sector da por hecha debido a la crisis del coronavirus y que de momento se ha mantenido más o menos controlada gracias a las moratorias y a los créditos con aval del Gobierno.

Todo está en el aire todavía y dependerá de múltiples variables, como el reparto accionarial, que fue el motivo del fracaso de las negociaciones en 2018, que iba a ser de un 60-40 a favor de Unicaja, y que podría decantarse un poco más hacia Liberbank en esta ocasión, según las fuentes.

Otras fuentes sindicales consultadas por Efe expresaron su preocupación porque consideran que, de materializarse, tanto esta unión como la de CaixaBank y Bankia llevan al sector hacia un oligopolio financiero que no parece inquietar «a nadie».