La Agrupación de Cofradías cumple cien años. ¿Qué mensaje se quiere lanzar desde San Julián a la sociedad?

Pues un mensaje de ilusión. La Agrupación ha sido muy valiente diciendo 'oye, no nos quedamos quietos', sino que presentamos a la sociedad un proyecto que es enorme, un gran proyecto. Queremos ver no sólo lo que fuimos, sino lo que somos y lo que pretendemos ser. Y un proyecto de alcance nacional e internacional. El mensaje de ilusión y de ambición por hacer las cosas bien y por último decirle a la ciudadanía lo importante que son las cofradías dentro de la sociedad, como un hecho social profundo que es.

Los eventos empiezan en enero del 21 y llegan al mismo mes del 22. De todos ellos, desde exposiciones a conferencias, pasando por una procesión magna, y dados los tiempos que vivimos, ¿cuánto se podrá celebrar?

Excepto tres de los actos previstos todos son en recinto cerrados, por consiguiente, teóricamente, todos se pueden celebrar con restricciones y demás. Los abiertos los hemos ido aplazando en el tiempo para que nos pillen menos de los problemas de la pandemia. Hay programas alternativos. Pero el fuerte de los actos en la calle va a ser partir de septiembre, yo creo que de aquí a un año esto habrá cambiado. Si ve el programa empezamos con actos, conciertos, conferencias, presentaciones de libros, que son en recintos cerrados. El primero público es el via crucis en la cuaresma, y tenemos previsto dos via crucis alternativos, uno con mucha presencia en la calle y otro prácticamente interno en la Catedral. Hay un jubileo en mayo para la juventud y el tercero es la procesión magna de septiembre. Hemos hecho un programa rectificado adecuándolo a la situación que tenemos.

¡Cómo se estructura la procesión magna?

Estamos debatiendo ahora mismo cuál tiene que ser la estructura de la magna y lógicamente lo estamos hablando con el Obispado que es quien nos debe dar el visto bueno. Pero la idea será una procesión muy amplia, en la cual haya una gran representación de los tronos y cofradías de Málaga. El recorrido está por señalar, está por señalar qué tronos van a participar y, sobre todo, qué mensaje queremos dar. Hay varias ideas aportadas encima de la mesa y las estamos tratando en este momento, pero yo calculo que para final de año tendremos definido ese tema último, que es en septiembre.

¿Habrá Semana Santa en 2021?

Espero que haya. No lo sé. Me consta que están trabajando todas las agrupaciones de cofradías de Andalucía conjuntamente y también con las autoridades, con la Junta de Andalucía, para presentar distintos escenarios, pero no se sabe lo que va a pasar. Ojalá haya el plan A, que es que salgan las cofradías; después el plan B, salir de otra manera y un plan C, que es no salir, pero hacer una serie de actividades en las casas de hermandad, en los templos y demás para que haya una actividad cofrade importante. Pero nadie puede saber lo que va a pasar.

Hablando de cosas de la ciudad, ¿hay mimbres para salir de la pandemia y su crisis?

Yo creo que la ciudad tiene en este momento una serie de valores importantes para salir de la pandemia. En primer lugar, la marca Málaga es una marca importante. La ciudad está muy consolidada a nivel nacional e internacional, hay una serie de impactos de imagen de la ciudad que son importantes. Desde el punto de vista de infraestructuras Málaga ha avanzado mucho. De la Málaga de la que yo fui alcalde a la Málaga actual hay un mundo en medio tremendo de cambio y evolución gracias a Dios y yo creo que Málaga está muy bien posicionada para salir de la crisis. Es una de las ciudades españolas que tienen una estructura social, económica y de imagen mejor para salir.

¿Ve al alcalde en forma?

Yo la última vez que hablé con él lo vi más en forma que nunca. Lo conozco de toda la vida, físicamente está estupendamente, la cabeza la tiene muy bien amueblada y tiene esa capacidad y ese entusiasmo que no decae con la edad. Es más, yo creo que cada vez tiene más entusiasmo. Yo creo que tenemos alcalde para muchos años.

¿Qué haría usted en el Astoria?

En primer lugar, los temas urbanísticos se convierten en temas dogmáticos. El urbanismo y de eso entiendo un poco, porque mi bufete tiene una rama muy especializada en tema de urbanismo, hay que verlo como una ciencia en evolución constante y no estática. Igual que las ciudades. No podemos morir de éxito ni pueden quedarse esclerotizadas. Por consiguiente, la idea del Astoria no hay que dogmatizarla. Hay que esperar en primer lugar a ver si lo que se ha encontrado allí merece la pena que se vea, que se cuide o no, que todavía está por ver. Por lo que he leído las excavaciones han llegado a cinco metros y hay que excavar hasta diez. Si hay restos realmente muy importantes y hay que mantener, creo que por lógica se mantendrán. Si no es así, restos en la ciudad hay en todos los aparcamientos, conservados. Serían restos a conservar. Por otro, la fachada de la plaza. La fachada de la plaza, desgraciadamente, es buena en tres de ellas, la otra es una fachada fracasada, porque la fachada del Cine Astoria y Victoria no eran para mantener. El debate sobre si la plaza debe estar cerrada o no creo que por ahí flaquea un poco. En cuanto a la perspectiva, bueno la perspectiva si tú echas abajo un edificio siempre ves una nueva perspectiva. Entonces, ese es un valor relativo. Por tanto, en primer lugar hay que saber el alcance de lo que hay allí y a la vista de ello actuar. ¿Cómo? Si realmente merece la pena, encontraremos un espacio arqueológico importante en el Centro de la ciudad. Si no, buscar un proyecto que sea muy bueno, porque ahí no puedes meter cualquier cosa, que no rompa la estética de la plaza y que sirva para un uso en gran parte ciudadano. Si eso se consigue, sería la solución perfecta.

Estamos asistiendo a un debate urbanístico sobre si debe primar el urbanismo vertical, con torres y rascacielos, la Torre del Puerto... ¿Cómo lo ve?

Las ciudades no pueden ser homogéneas. Tienen distintos espacios con distintas perspectivas, alturas y visiones. Málaga tiene un Centro Histórico muy pequeño, eso hay que preservarlo. Ahora, fuera de ese Centro Histórico pues hoy la verticalidad se impone por la falta de espacio por un lado y, por otra parte, parece que lo vertical ayuda a que haya más espacios libres. Respecto a edificaciones que rompen la imagen de la ciudad, pues sí hay algunas que chocan: la que se quiere hacer en el Puerto a mí me parece que rompe el 'skyline' de la ciudad. No tengo más elementos de juicio que los que he leído. Por consiguiente hago un juicio muy relativo. Pero creo que el frente de la ciudad visto desde el mar tiene una definición muy clara y eso lo podría romper.

¿Qué recuerdo le queda de su etapa de alcalde?

Fueron tres años largos, apasionantes. En los que me encontré una ciudad quebrada, en una situación económica tremenda, las arcas municipales vacías, no por culpa del anterior regidor, que fue un gran alcalde, Cayetano Utrera, sino porque era la situación general de la Administración. Mi función fue preservar al Ayuntamiento, intentar hacer lo más que pudiera, más con imaginación que con dinero. Recuerdo que hicimos planes como el 'Aire Libre', se llamaba, para hacer en cada barriada un espacio cultural, un espacio deportivo, un espacio verde y la verdad es que nos inventábamos los espacios y nos inventábamos el dinero. Llegábamos incluso a hacer campos de fútbol en el cauce del Guadalmedina y cosas así. Imaginación toda, dinero muy poco. ¿Y apoyo de la Administración General del Estado? Menos todavía. Pero hubo una gran respuesta ciudadana, hubo un gran apoyo, luché por los míos y creo que, mire que he estado después en otras responsabilidades y demás, la responsabilidad de ser alcalde, como esa no hay ninguna.

¿Echa de menos esa forma de hacer política, el consenso y el pacto frente a lo de hoy?

Pues sí, yo viví la época apasionante de la Transición, estuve muy metido en la Transición, fui senador, diputado, estuve con UCD, en sus órganos de dirección, y viví muchas muchas situaciones muy complicadas, complicadísimas, porque la situación social era complicada, la situación económica era complicada, había poderes fácticos que estaban dispuestos a romper lo que se había creado. En aquellos momentos tan difíciles se encontraron grandes consensos. Y hay una prueba de lo que digo: los que estuvimos en aquella época no fuimos enemigos, fuimos adversarios políticos. Muchos de ellos hemos mantenido amistad.