La Policía Nacional y la Guardia Civil han desarticulado a un grupo criminal dedicado al tráfico de drogas. Han sido arrestadas 25 personas que empleaban métodos mafiosos y violentos, y el destino principal de su mercancía era la provincia jienense. Según ha anunciado la policía, los detenidos tenían un alto grado de especialización con unas determinadas tareas y roles que cumplían de las personas que están a la cabeza de la organización.

En la operación se han realizado 14 registros en diferentes localidades de Jaén y Málaga, donde se han encontrado 8,2 kilogramos de cocaína de gran pureza, 25 kilogramos de hachís, diez de marihuana, 225.000 euros en efectivo, una pistola con munición y 14 vehículos.

En octubre del año pasado se empezó la investigación al tener conocimiento que una banda liderada por individuos afincados en localidades costeras de la provincia malagueña se dedicaba a la distribución de drogas en ciudades españolas y europeas. En mayo fue detenido uno de los miembros de la organización al establecerse un control en la autovía A-44 a su paso por Jaén. El detenido llevaba cuatro kilogramos de cocaína ocultos en un doble fondo hidráulico habilitado en el vehículo y 13.800 euros en metálico.

La droga había sido adquirida en Alhaurín de la Torre, donde horas más tarde fueron detenidas otras tres personas en un registro domiciliario en el que fueron intervenidos 153.000 euros en efectivo. Más adelante, se dio un segundo registro domiciliario en Benalmádena en el que se intervino un kilogramo más de cocaína. En ese día también fue detenido el individuo que actuaba como lanzadera al atropellar a un agente de la Guardia Civil y provocar lesiones a los agentes que actuaron en su detención.

El 2 de junio de este año fue detenido un tercer miembro de la banda en un control policial en Granada, donde se encontraron tres kilogramos de cocaína. Días más tarde, otros dos miembros de la organización fueron interceptados en Girona, La Junquera, cuando transportaban 25 kilogramos de hachís. La investigación ha constatado el uso de la violencia física por parte de los arrestados para el cobro de deudas relacionadas con las actividades criminales, usando un arma de fuego y extorsionando a los padres de una persona que había contraído una deuda de 66.000 euros al perder dos kilogramos de cocaína.