Pese a las inclemencias del tiempo, y no hablamos de lluvia sino del coronavirus, la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo pudo presentar el pasado miércoles su anuario 2019.

Y lo hizo en el Museo de Málaga, su histórica sede, a la que regresó de forma oficial el año pasado.

El anuario, con casi 400 páginas, viene cargado de noticias y colaboraciones muy interesantes, y ya puede descargarse a través de su web.

En su denso contenido, hay que destacar la entrega de la medalla de honor de San Telmo a la profesora María Elvira Roca Barea, por destapar las falacias de la leyenda negra española.

Muy interesante es también el trabajo de la catedrática de Historia del Arte Rosario Camacho sobre el Palacio de la Tinta, porque entre otras cosas nos desvela que aunque tradicionalmente se consideró que el edificio era obra del arquitecto francés Julio O’Brien (algunas fuentes apuntan que en realidad se llamó Julio Aublin), los planos del proyecto están firmados por Fernando Guerrero Strachan.

Además, Estrella Arcos recorre con detalle el Museo del Vidrio y Cristal y Mari Pepa Lara recuerda la figura de Luis Mamerto López-Tapia, director de cine y creador del festival de Cine de Autor de Benalmádena. Por otro lado, Pedro Rodríguez Oliva escribe un precioso artículo sobre los mosaicos romanos de La Concepción, hoy en el Museo de Málaga y el presidente, José Manuel Cabra de Luna, nos descubre a una grande del arte contemporáneo: la pintora canadiense Agnes Martin.

Especial relevancia tienen tres informes académicos. El primero de ellos sobre el estado general de los ficus de la ciudad (por cierto, gracias al académico José González Edo, Málaga preservó los ficus de los futuros Jardines de Picasso).

Así, lanza una alerta sobre el estado de los ficus de la Alameda Principal, pues «no son protegidos ni reimplantados en la forma exigible» y también se deterioran o pierden importantes ejemplares de Málaga Este.

San Telmo también se moja sobre el solar del Astoria: reclama ampliar la plaza de la Merced con un espacio ordenado y ajardinado, sin edificación alguna.

Por último, estudia la portada del Camino de Vélez, en terrenos de la Cementera y concluye que tanto la puerta como los pilares con las inscripciones conmemorativas tienen un valor histórico indudable que hay que preservar, no así la conocida como casa de postas, que es posterior.

El anuario incluye entre otras piezas un artículo de Carlos Taillefer sobre un festival francés de cine histórico y entre las colaboraciones, la última de Piero Tedde de Lorca, poeta y economista malagueño fallecido en febrero, sobre el diario de José María Souviron. Las páginas finales son para recordar a otros grandes que se fueron, además de Piero Tedde: Pepe Oneto, el padre Manuel Gámez, José Luis Miranda, Manuel Alvar Ezquerra, Antonio Bonet Correa y Eugenio Chicano. Pasen y lean en la web de esta Real Academia.