La pandemia del Covid-19 ha introducido a toda la población en una nueva realidad, la del uso continuo y prolongado de mascarillas y geles hidroalcohólicos. Además de una obligatoriedad, estas medidas sanitarias se han convertido en las fórmulas más eficaces para frenar y prevenir la propagación del virus. La irrupción de estos nuevos elementos en la rutina diaria se ha traducido en un aumento en el número de visitas a consultas dermatológicas.

El contacto directo, y durante un periodo prolongado de tiempo, con el material del que se compone las mascarillas ha ocasionado que muchas personas hayan observado distintos tipos de anomalías e irritaciones en la piel. «Ha habido un aumento exponencial de patologías relacionadas con el uso de la mascarilla», confiesa Guillermo Solano, dermatólogo y director de la Clínica Dermatológica DERMIMED.

El agravamiento de patologías previas es la consecuencia más observada por los dermatólogos. El uso de esta necesaria medida de protección ocasiona diferentes alteraciones cutáneas, derivadas de los cambios de temperatura, el exceso de humedad o la obturación de las glándulas sebáceas. Todos ellos, factores que contribuyen a la aparición de reacciones como acné, rosácea o dermatitis seborreica. «Estas patologías se dan en personas predispuestas a desarrollar este tipo de lesiones, si no existe esa predisposición la piel no va a sufrir tanto estos cambios», explica Leandro Martínez, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Regional y presidente de la Sección Andaluza de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

En este sentido, si una persona cuenta con esta predisposición a desarrollar irritaciones en la piel tales como el acné, el uso continuado de mascarillas podría llegar a provocar un brote y agravar estas dolencias. Hecho que estos profesionales ya vienen observando en los últimos meses. Tanto es así que incluso se ha llegado a hablar de 'maskné' para referirse al acné provocado por el uso de esta medida sanitaria. En este sentido, el tratamiento a seguir sería el mismo que en casos de acné ordinarios, los profesionales recomiendan acudir a un dermatólogo para poder tratar cuanto antes los síntomas de estos brotes.

En menor medida, también se está observando la aparición de reacciones alérgicas derivadas de los materiales que componen las mascarillas. «Hay personas que, al contacto con un determinado material de los que componen estas mascarillas, desarrollan una reactividad y les provoca lo que conocemos como dermatitis de contacto o alérgica», puntualiza Leandro Martínez. No obstante, ambos dermatólogos coinciden en afirmar que la aparición de este tipo de reacciones es poco frecuente.

¿Cómo evitarlo?

Existen distintas acciones que, incluyéndolas en la rutina diaria, podrían disminuir el impacto que estos materiales tienen sobre la piel. «La primera fase es prevenir, manteniendo ahora más que nunca las medidas higiénicas mediante la aplicación de limpiadores suaves con agua templada y mantener la piel muy hidratada», aconseja el doctor Leandro. «Es esencial el lavado de la cara por la mañana y por la noche, además de la aplicación de geles fluidos o serums, evitando la utilización de aceites y cremas muy oleosas que favorecerían la aparición de lesiones», advierte Guillermo Solano .

Así, especial cuidado se ha de guardar a la hora de elegir qué hidratante incluir en la rutina de limpieza, ya que un exceso de hidratación podría repercutir en efectos contrarios a los deseados. Martínez incide en que la hidratación se ha de realizar a raíz de productos compuestos por agentes ligeros, lo que evitará que provoquen una obturación de las glándulas sebáceas.

Del mismo modo ocurre con el maquillaje, presente en el día a día de muchas personas: «Si a todo lo que sufre el área tapada con la mascarilla se une el uso de maquillaje, utilizado de manera generosa, este proceso se agudizará», advierte este profesional.

Uso adecuado

El uso adecuado de estas medidas sanitarias será determinante a la hora de prevenir este tipo de afecciones. Guillermo Solano aconseja adaptar la mascarilla a la anatomía facial, no debiendo quedar ni muy suelta ni demasiado apretada. Además, explica, se deberán evitar materiales plásticos o sintéticos, optando preferiblemente por tejidos suaves «que no traumaticen la piel».

Por su parte, y en lo que a la elección del tipo de mascarilla se refiere, Leandro Martínez explica que las mascarillas higiénicas provocarán menor obstrucción en la piel, y por lo tanto menor humedad, mientras que las de alta filtración -como las mascarillas FFP2 o KN95- podrían llegar a favorecer la aparición de estas patologías. No obstante, el dermatólogo insiste en que «esta no debe ser la razón por la cual se decida utilizar una mascarilla u otra», ya que siempre debe primar la seguridad y la protección.

Geles hidroalcohólicos

«Debería prevalecer el lavado de manos frente al uso de geles hidroalcohólicos», defiende el doctor Leandro, quien confiesa que esto no sería sencillo de llevar a la práctica en el día a día. Es por ello que las consultas dermatológicas se han llenado estos meses, también, de personas que presentan dermatitis irritativa en las manos.

El uso prolongado y, en ocasiones, compulsivo de este gel provoca reacciones a los compuestos del mismo, produciendo grandes irritaciones en la piel. Estos productos, elaborados con alcohol y glicerina, «están provocando casos de eccemas de manos, debido a un lavado excesivo o inadecuado», explica el doctor Guillermo.

Para minimizar los efectos negativos de esta necesaria medida higiénica , los profesionales recomiendan la utilización inmediata de crema hidratante tras la aplicación de este tipo de geles. En el caso de presentar ya alguna irritación en la piel, advierte Leandro Martínez, las lesiones deberán tratarse con corticoides o tratamiento similar antes de aplicar una hidratante, ya que esto podría empeorar las heridas.